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Aunque no conocía al presidente electo, Luis Guillermo Solís, la futura jerarca de Salud, María Elena López, sí era reconocida en el Partido Acción Ciudadana (PAC), pues en el 2000 fue la coordinadora de su Comisión de Salud.
También tiene trayectoria en el Ministerio de Salud, pues allí fue jefa del Departamento de la Salud del Niño y del Adolescente, así como directora de la Dirección de Servicios de Salud.
López admite que el contexto en el que asumirá la cartera de Salud, no es fácil. El año pasado, por ejemplo, ocurrió la mayor epidemia de dengue en la historia.
Además, está la amenaza de otras infecciones como el cólera en México y Haití, así como el sarampión en Brasil y Canadá. Junto a estos males, están los que cada día atacan a más ticos: obesidad, diabetes e hipertensión.
Por otro lado, ella deberá encontrar puntos de encuentro con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y los hospitales privados.
La Nación conversó con ella.
¿Cómo llega María Elena López al Ministerio de Salud? ¿Conocía a Luis Guillermo Solís?
A él lo fui conociendo poco a poco. Hace unas semanas, recibí una llamada de su secretaria y me dijo que él quería reunirse conmigo.
¿Se decidió inmediatamente?
No fue fácil, porque es dejar el tiempo que uno tiene como pensionada con los hijos y nietos, para dedicarse de lleno al trabajo, otra vez.
¿Qué le hizo decir que sí?
Estamos en un momento en el que hay que trabajar. Es muy fácil criticar, pero debemos trabajar y construir; por eso, dije que sí.
Esta última gestión tuvo dos ministras con estilos diferentes. ¿Qué aciertos y desaciertos vio?
Como acierto veo el manejo que se le dio a la epidemia del dengue para quebrar una curva ascendente, que descendió muy rápido.
” La doctora Corrales (Daisy, actual ministra), me dijo que hasta le pidieron escribir en una revista.
¿Y un desacierto?
El Ministerio hay que fortalecerlo. Es una obligación del Ministerio de Salud tener una voz fuerte, para el derecho a la salud de la gente. Tal vez no se comprendió del todo ese rol y no se llevó esa voz tan fuertemente. Hay mucho celo.
”Necesitamos una política de Estado y no una de gobierno; una conducción política que se construya desde las bases y que tenga como norte el derecho a la salud de toda la gente. El Ministerio no puede descuidar el deber de velar por la calidad de atención al paciente”.
¿Cuáles serán sus prioridades?
Fortalecer el sector salud. Este es un movimiento que no debe ser político. Debe hacerse de abajo hacia arriba, donde las áreas regionales tomen decisiones.
”Planeamos un taller con los funcionarios de esta gestión para hacer un análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) para ver prioridades.
”Hay cosas que siempre serán prioridad. El dengue, por ejemplo. Además, los males crónicos, el cáncer, la salud de niños y adolescentes y la salud sexual y reproductiva”.
Usted hablaba del dengue, ¿cómo hacer para que este año no se dé una epidemia como la de 2013?
Se necesita más vigilancia epidemiológica, comunicación con niveles locales y con la gente. Se debe trabajar con las municipalidades.
¿Hará cambios estructurales dentro del Ministerio?
Debe fortalecerse la Dirección de Protección al Ambiente Humano. Debe tener más personal, más recursos. Un buen ambiente es vital para la salud de las personas. Si el ambiente no está bien, las condiciones de salud de una persona o comunidad no van a poder mejorar.
¿Tiene definido el enfoque de sus viceministros?
Eso sí. Por un lado se necesita una persona muy cercana con los servicios de salud, que busque fortalecer los servicios de salud de la CCSS y mejorar la atención. Por otro lado, se requiere un especialista en vigilancia de la salud, que sea crítico y que tenga buen manejo de las nuevas tecnologías.
La relación con la CCSS es de las más importantes, pero nunca ha sido fácil, ¿cómo solucionarla?
La relación siempre ha sido compleja. Debe manejarse en una forma absolutamente conversada. La crisis en la seguridad social implica un sentimiento en su defensa. La CCSS, por sí sola, no puede defenderse; hay que protegerla.
¿Cómo dividir lo que hace el Ministerio, de lo que hace la CCSS?
La frontera es angosta. Deben estar claras las líneas de acción. Lo importante es enfocarnos en resultados y no en procesos. Hay que poner atención a la calidad de la atención y fiscalizarla. La idea no es llegar a la institución con un policía; es trabajar con la gente. Crear un sistema de alertas, para ver dónde están los fallos y mejorar.
Con los hospitales privados, ¿cómo se trazará la rectoría?
La Ley General de Salud es clara sobre el reporte que deben dar los centros privados al Ministerio. Un reporte de la Procuraduría indicó que no pueden alegar confidencialidad. Se necesita controlar y fiscalizar más, para que los usuarios puedan tener una atención de calidad y todo esté a derecho.
¿Cómo enfrentar un mosaico tan variado que muestra enfermedades de primer mundo, pero con infecciones de países pobres?
La única forma es la epidemiología social. La población debe conocer su entorno y el nivel local debe saber qué sucede con su población. Sin la parte local, el Ministerio no sabe qué pasa. Si a la gente le cuesta llegar a los servicios de salud, estos deben ir donde la gente está.