El copago está entre las propuestas de Marta Eugenia Esquivel Rodríguez para desahogar las listas de espera en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Lo anunció el 7 de noviembre, al presentar la “Ruta de la Salud. Menos espera, mejor servicio”.
Sin embargo, la institución no cuenta con un sistema preparado para reconocer a los asegurados que opten por acudir a atención privada y cobrar una parte de esa atención a la Caja.
La Gerencia Administrativa presentó un informe sobre reconocimiento de gastos médicos y libre elección médica, un esquema que ha existido en la Ley Constitutiva de la Caja (artículo 69) pero que, según reveló el informe, se caracteriza por una insuficiente oferta de servicio, carencia de sistemas de información que lleven la contabilidad de la inversión institucional en este campo, y una peligrosa debilidad en los controles.
Según señala el documento, la CCSS invierte más de ¢5.846 millones por año en el reconocimiento de gastos médicos y libre elección médica. Un 94% de ese monto se va para la compra de aparatos ortopédicos; entre ellos, sillas de ruedas.
El informe de esa gerencia a la Junta Directiva muestra que no hay información sobre cuántas atenciones se dieron porque no está digitalizada. Es por eso que, a la fecha, no se pueda decir cuánto se ha pagado e invertido a través de los años en reconocimiento de gastos médicos y libre elección médica.
A la CCSS también le falta estandarizar procedimientos y patologías que están desactualizados, lo mismo que las tarifas de costos. A la vez, el sistema actual se caracteriza por la indefinición de criterios de conveniencia, indicó el informe de la Gerencia.
Entre los riesgos actuales identificados están los asociados al control, como el monitoreo y la supervisión. “Está como a la libre lo que se otorga”, dijo la funcionaria encargada de presentar el estudio.
A la vez, mencionó la Gerencia Administrativa, hay riesgos asociados a la información que podrían materializarse en pérdida, uso indebido y adulteración de la información.
Esa dependencia integró un equipo “de alto desempeño” con representación de las gerencias Médica, Administrativa, Financiera y equipo del EDUS (Expediente Digital Único en Salud).
El objetivo, explicó, es hacer un análisis normativo regulatorio para proponer un nuevo esquema de cara al abordaje de las listas de espera.
Se presentó un plan en seis fases para desarrollar en un plazo de diez a 12 meses; sin embargo, y dada la urgencia para la CCSS de sacar el tema, se propuso un “plan contingencial”, sobre el cual varios miembros de Junta Directiva manifestaron sus dudas.
Dudas de los directivos
La representante sindical ante la Junta Directiva de la CCSS, Martha Rodríguez González, manifestó cierto recelo sobre la propuesta presentada que, según dijo, está relacionada con el copago.
“(Con el copago) solo se puede atender 0,5% de los pacientes de listas de espera. Pensando solo en listas de espera, lo que dice el estudio es que el aumento del costo puede ser de hasta 4.000% de los costos institucionales, por lo que ampliar la oferta tendría un costo mayor.
“A uno lo que le preocupa es que discutamos esto sin considerar este tipo de cosas. Uno de los cometidos de la Junta Directiva es garantizar la sostenibilidad financiera del Seguro de Salud, pero una propuesta de copago tiene un costo adicional para las personas, porque sería un subsidio a las personas con mayores ingresos”, insistió Rodríguez.
Por su parte, Johnny Gómez Pana, representante patronal, manifestó su inconformidad con la propuesta de un plan contingencial, planteada como parte del acuerdo a discutir para aprobar o no este tema.
“Dicen que se va a emitir una circular que no conozco, que se instruirá a la Gerencia Financiera actualizar los costos. La Junta Directiva no debe tomar decisiones de esa naturaleza, que quedan en el aire, porque no sé a quiénes estoy perjudicando o beneficiando y no tengo mecanismos de control”, manifestó Gómez.
Por su parte, Adrián Torrealba, también vocero patronal hasta este 18 de enero, preguntó si este se convertirá en un modelo sustituto a la contratación de personal o construcción de edificios.
“Cada colón que se pague para que alguien vaya a un médico (privado), hay que ver si eso es hacer menos inversión en construcción o contratación de personal.
“El análisis financiero tiene que decir: voy a poner dinero en esto, pero no voy a tener dinero para otro Ebáis. Es un equilibrio complicado, pero sí es un costo de oportunidad. Ahí sí se podría ver comprometida la sostenibilidad”, advirtió Torrealba.
La presidenta ejecutiva de la CCSS afirmó que se debe amarrar sostenibilidad con oportunidad.
“Si tengo gente del 2016, eso no es oportuno. No estamos llegando a tiempo. Cuando atrasamos la atención el costo institucional aumenta, porque son incapacidades enormes y complicaciones. Un tema tan sencillo como una vesícula si no se atiende a tiempo, le genera a la CCSS hasta ¢50 millones o ¢60 millones, cuando el costo no supera los ¢5 millones”, defendió Esquivel Rodríguez.
“Aquí lo fundamental es tener opciones para que los directores de hospitales y regionales puedan gestionar sus listas de espera. Son alternativas que bien documentadas, son fundamentales para que avancemos como seguridad social”, agregó Esquivel.
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