La ministra de Salud, Mary Munive Angermüller, reafirmó su oposición a que el nuevo Hospital Max Peralta se construya en el terreno de El Guarco. Así lo manifestó este lunes durante una comparecencia ante la comisión legislativa de Cartago.
Para la jerarca, la cercanía de industrias químicas amenazaría la integridad del inmueble y pondría en riesgo la atención de los asegurados. Según dijo, hay una industria de agroquímicos a solo un metro de distancia y aseguró que se han dado derrames y fugas en industrias de la zona, cuyo impacto ha impactado por varios kilómetros.
“Un hospital no puede evacuarse, es el lugar donde las personas más bien deben llegar en una crisis. No puede construirse un hospital ahí, las industrias siguen ahí“, insistió Munive.
Según ella, el terreno violenta normas de seguridad para un centro médico, pues este no solo debe dar atención en salud a la población, sino también resistir a fenómenos adversos para seguir operando en su máxima capacidad después de algún desastre natural o provocado por el ser humano.
Las razones para oponerse difieren de las manifestadas por la presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Marta Esquivel, quien señaló la necesidad de que expertos en fallas sísmicas de California evalúen si el terreno es apto.
No obstante, tanto el Colegio de Geólogos como el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) reaccionaron con molestia, pues afirmaron que hay profesionales aquí que pueden emitir criterio y ya lo han hecho, considerando que el terreno es apto.
La ministra de Salud, sin embargo, había advertido en diciembre que si el Max Peralta se construye en la propiedad de El Guarco no dará la habilitación.
Choques
Las aseveraciones de la ministra solo fueron respaldadas por la diputada oficialista Pilar Cisneros Gallo, quien coincidió en que la edificación en ese terreno sería “una amenaza”, especialmente por el uso del ácido sulfúrico, que es de uso común en las industrias que se ubican en la zona. Entretanto, los diputados cartagineses objetaron sus argumentos.
Munive indicó que en 2008 se rechazó la donación de un terreno por encontrarse cerca de plantas de agroquímicos, información rebatida por la diputada liberacionista Rosaura Méndez, quien aclaró que el sitio rechazado en ese entonces estaba al frente de plantas de Recope, lo que hubiera sido un riesgo mayor.
Por su parte, Paulina Ramírez, del Partido Liberación Nacional, reclamó a Munive que tanto ella como Marta Esquivel Rodríguez, apoyaban la construcción en terrenos del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec), donde también hay uso de sustancias químicas e incluso un laboratorio de fusión de plasma. Además, dijo, cualquier centro especializado de salud usa sustancias que pueden ser peligrosas.
“Un hospital maneja químicos, gases, oxígeno inflamable, nitrógeno líquido, hidrógeno líquido, resonancias magnéticas, rayos X, desechos biológicos... Lo que tiene que hacer es velar porque el propio hospital tenga todo lo necesario para el uso correcto de las sustancias”, expresó.
Además, señaló que el Ministerio, como ente rector, debe velar por que las empresas de agroquímicos estén en regla para que no haya incidentes.
Antonio Ortega, del partido Frente Amplio, mostró preocupación por el retraso de las obras, pues las instalaciones actuales ya no dan abasto y “jamás podría ser un hospital seguro”.
“El hospital actual es una bomba de tiempo. Ahí los tanques de oxígeno y diésel están separados a escasos 20 metros uno del otro, en un espacio entre los dos edificios. Imagínese la afectación para las personas. La caldera de vapor ha sufrido daños en varias ocasiones, incluso la chimenea se ha caído y producido accidentes en la acera”, relató.
Munive coincidió que la edificación actual debe sustituirse, pero mantuvo su posición de no ceder en la gestión de riesgos.
A la fecha no hay claridad sobre el futuro del nuevo Max Peralta ni sobre la fecha en que la Junta Directiva tomará una decisión.