Más de un millón de personas estarían a la espera de una cirugía, cita con el especialista o un examen diagnóstico en hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), según datos revelados por el Sindicato Nacional de Enfermería y Afines (Sinae) durante un foro organizado por la Universidad Nacional (UNA), la mañana de este martes.
El secretario general del Sinae, Lenín Hernández, aprovechó la actividad para pedir que las listas de espera en la CCSS sean declaradas emergencia nacional pues hay 1.063.366 personas en esa condición.
Según el sindicalista, en algunas áreas, como procedimientos diagnósticos, las cifras han crecido un 50% en el año de gestión de la actual presidenta de la CCSS, Marta Eugenia Esquivel Rodríguez, funcionaria que, según él, no debería continuar al frente de la institución.
En el marco de los 50 años de la UNA, esta casa de estudios convocó a expresidentes ejecutivos de la CCSS y a especialistas a analizar la situación actual de esta institución. Participaron Román Macaya Hayes, María del Rocío Sáenz Madrigal y Álvaro Ramos Chaves.
También acudieron los analistas Juan José Romero Zúñiga, epidemiólogo de la UNA, la diputada oficialista Ada Acuña, y el académico de la UNA Abelardo Morales. En representación de la CCSS asistió el gerente médico, Wilburg Díaz Cruz.
Cifras en crecimiento
Sobre el crecimiento de las listas de espera en citas de primera vez con el médico especialista, Lenín Hernández afirmó que de acuerdo con los datos que manejan, pasaron de 185.920 en octubre del 2022 a 285.758 en agosto pasado.
Listas de espera para cirugías pasó de 168.000 personas pendientes de operar en octubre 2022, a 175.151 este año.
La lista que más ha aumentado, informó Hernández, es la de pacientes en espera de algún procedimiento diagnóstico, que pasó de 367.053 personas hace justamente un año, a 602.457 en la actualidad; o sea más de un 50%, dijo Hernández.
El vocero sindical informó de que, desde mayo del 2022, el Sinae presentó un documento con propuestas para fortalecer la seguridad social y solicitó declarar las listas de espera emergencia nacional. Esto se le presentó al Poder Ejecutivo sin que hasta ahora hayan recibido respuestas.
La falta de médicos especialistas en la CCSS es uno de los detonantes. Entre los datos que atribuye al Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss), Hernández dijo que faltan 130 anestesiólogos, 60 neonatólogos, 47 oftamólogos y 34 ginecoobstetras. Además, 28 gastroenterólogos y 19 cirujanos generales.
Hernández propone estas cinco medidas para resolverlo:
- Extender la jornada en el primer nivel de atención (Ebáis).
- Honrar la deuda estatal con la CCSS, que supera los ¢600.000 millones para los seguros de salud y de pensiones.
- Optimizar los recursos para mejorar los servicios de salud.
- Declarar emergencia nacional las listas de espera.
Desafíos para la CCSS
Las listas de espera son un tópico recurrente cuando se habla de los desafíos de la CCSS, por lo que fueron un aspecto central en este foro.
Para la expresidenta de la CCSS y exministra de Salud, María del Rocío Sáenz Madrigal, las listas de espera deben ser abordadas desde lo que se conoce como determinantes de la salud.
Sáenz trabaja en una iniciativa regional sobre este tema en la cual la conceptualización y abordaje de las listas de espera requiere, entre otras cosas, una revisión profunda de ćomo se está organizando la prestación de los servicios de salud
“Se propone un monitoreo desde que las personas están en su comunidad, por medio de la visita de los Ataps (técnicos de atención primaria en salud, que laboran en los Ebáis). Para eso se requiere tener todos los equipos construidos, trabajando, conociendo sus comunidades, pero si eso se rompe es fácil hablar de listas de espera como un proceso final”, dijo Sáenz.
La exjerarca, quien ahora está retirada, no ocultó su preocupación por la situación actual de la CCSS. Según dijo, la conducción de políticas públicas requiere un profundo conocimiento pero, según ella, a casi dos años de la actual administración, esta es una deuda.
“Se requiere visión, gobernabilidad, estrategia de sostenibilidad y sobre todo una legitimación social. (...) Había tomado la decisión de no participar en discusiones sobre la seguridad social, pero algunas comunicaciones desde las autoridades actuales me han generado mucha preocupación por su apuesta a un cambio sin ruta, a unas ideas que buscan fragmentar y segmentar el sistema de salud, aumentar los gastos de salud a través del copago, donde las personas con menos no van a tener acceso y van a quedar perdidas, y por la ausencia de criterios técnicos y jurídicos de la propuesta.
“Hay que exigir los criterios técnicos y jurídicos para abordar la seguridad social para las futuras generaciones, que es el compromiso que tenemos como sociedad costarricense, de heredar algo mejor de lo que recibimos. Si no, no estamos en Costa Rica, estamos en otro lugar”, manifestó Sáenz Madrigal.
Por su parte, el expresidente ejecutivo de la CCSS, Román Macaya Hayes, dijo que en su administración en la CCSS (2018-2022) había 352 proyectos en el portafolio de infraestructura y tecnología, además de un plan de reducción de brechas en atención primaria.
“Luego vino la pandemia y todo esto se tuvo que suspender. Había muchos proyectos encaminados, el hospital de Cartago, que ya debería estar moviendo tierra.
“El de Limón, que tenía el terreno identificado, el hospital de Golfito, la Torre de la Esperanza, el nuevo hospital de Geriatría... Había diez hospitales grandes y se frenaron prácticamente todos. Hay que volverlos a echar a andar porque el tiempo perdido pasa factura”, dijo el exjerarca.
Fortalecer el servicio público
Álvaro Ramos Chaves presidió la CCSS de mayo a setiembre del 2022, cuando fue destituido por el presidente de la República Rodrigo Chaves Robles.
En su presentación, Ramos insistió en su posición de que la Caja no está quebrada y recalcó que la única forma de controlar los costos de salud en el largo plazo es mediante un servicio público fuerte.
“En Costa Rica, nuestro servicio público, que es el SEM (Seguro de Enfermedad y Maternidad), ha tenido un superávit por una década, que le permitió acumular reservas que ya tenían un plan de inversiones cuando entró el factor pandemia. Este agravó un problema bastante visible, que eran las listas de espera.
“Las listas de espera ya eran malas, pero eran en promedio 300 días, después de la pandemia subieron a 500 días. La irritación de la gente hoy es totalmente comprensible por tener que esperar más de dos años para que lo atiendan, pero en realidad (la lista) aumentó 40% por la pandemia. Es decir, 40% del problema es directamente atribuible a una causa: la pandemia”, reiteró Ramos.
Entre las medidas que el exjerarca recomendó está reforzar la atención primaria, particularmente los Ataps; aprovechar el potencial del EDUS y continuar con el plan de inversiones que tenía previsto seguir la institución.
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