Era cerca de la 1 p. m. y hacía calor en La Uruca, cerca de las paradas de buses y taxis, Dania Navas tenía su mascarilla bien puesta. Muchas personas a su alrededor también, otras esperaban que fuera el momento de abordar al autobus para colocársela.
A ella no le incomodó la medida, porque nunca dejó de usar el tapabocas en el bus. Pese a que esta práctica dejó de ser obligatoria durante cinco meses, para ella se convirtió en hábito.
Por eso, este 17 de octubre, día en el que los cubrebocas vuelven a ser obligatorios por dos semanas en el transporte público y en centros educativos, ella no vio mayor problema y más bien se alegró.
“Me parece muy bien, para que todos nosotros protejamos a los chiquitos, que son los que más están sufriendo en este momento”, resumió.
Según dice, el chofer del bus ni siquiera tuvo que recordar a sus pasajeros que el dispositivo es obligatorio, porque ya todos venían con el tapabocas puesto.
Navas tiene siete nietos en edad escolar y recordó cómo algunos de ellos regresaban “engripados” a casa porque algunos compañeritos iban a la escuela pese a estar con síntomas de algún virus. Entonces estaban bien en su casa y regresaban enfermos luego de ir a la escuela. “Con la mascarilla se protegen más”, concluyó.
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Más seguro
Como doña Dania, el taxista Gerardo López está satisfecho con la medida. De hecho, durante los meses pasados siempre le sugirió a sus pasajeros ponerse la mascarilla, ahora con más razón velará porque la lleven bien puesta.
“Debemos de cuidarnos todos para cuidar a los demás”, afirmó.
No todas las personas opinan igual que López pues ha encontrado reticencia en algunos usuarios de taxi quienes, aunque no se niegan a usar la mascarilla, sí expresan su disconformidad.
En las escuelas y colegios los educadores son los encargados no solo de verificar que los alumnos ingresen con las mascarillas, sino también que se las pongan bien.
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Por los más pequeños
La enfermedad en los niños es precisamente la motivación para el retorno temporal de los cubrebocas.
Los pequeños, especialmente los menores de dos años, están más expuestos a infecciones en las vías respiratorias, sobre todo, el llamado virus sincitial respiratorio. A estas edades tan tempranas el sistema inmunitario de los menores es inmaduro y no puede enfrentarlos de las mismas formas.
El uso de mascarilla pretende actuar como una barrera que ayuda a minimizar la transmisión de virus. Si una persona enferma usa mascarilla, este dispositivo dificultará la salida del virus de su nariz y boca y bajara el riesgo de contagiar a otras; las medidas de esta semana se hacen para evitar los contagios en quienes viven con niños pequeños y que estos a su vez no los infecten.
Hay que considerar, además, que el virus sincitial respiratorio no tiene vacuna, por lo que es más difícil proteger a los pequeños contra las complicaciones que puede causar.
Este lunes, la directora del Hospital Nacional de Niños (HNN) Olga Arguedas Arguedas, manifestó que el día comenzó con 114 menores internados por infecciones agudas respiratorias graves, cuatro de ellos tienen covid-19 y 110, otras infecciones, dentro de las cuales el virus sincitial respiratorio es la principal. Hay 23 pacientes que requieren de la atención en una unidad de cuidado intensivo (UCI) y están en condición crítica, ninguno de ellos tiene covid-19; se suman cuatro niños con ventilación mecánica que se encuentran en el servicio de Emergencias.
“Los salones de hospitalización están con una ocupación superior al 100%, razón por la cual seguimos haciendo incrementos graduales de camas”, informó la jerarca.