La última vez que Costa Rica recibió vacunas contra la covid-19 a través del mecanismo Covax fue hace casi dos meses: el 5 de setiembre. En aquella ocasión, se entregaron 86.900 dosis del acuerdo con el organismo y 69.600 que España donó a través de dicha iniciativa.
En este momento, el país ha recibido 259.350 dosis, el 12,97% de los 2 millones que se solicitaron (equivalentes, aproximadamente, al 20% de la población). La promesa era recibirlas a lo largo de 2021, pero con los continuos atrasos es un hecho que la meta no se cumplirá.
“El secretariado de Covax ha informado que por todos los problemas que han enfrentado durante este año, las entregas se completarán hasta el primer trimestre de 2022. Estamos hablando con los donantes para dotar de existencias a los países que más las necesitan. También estamos buscando compras directas a través del fondo rotatorio”, expresó Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la mañana de este miércoles en conferencia de prensa.
El mecanismo Covax es una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), de la Alianza Global para la Vacunación e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés) y de la Coalición para la Preparación e Innovación Epidémica (CEPI, por sus siglas en inglés).
Su objetivo es dotar de vacunas al 20% de la población de mayor riesgo de infectarse o morir por covid-19 en cada país. Las primeras dosis fueron enviadas a finales de febrero, pero ya para marzo se reportaban los atrasos.
En octubre, se realizaron 17 entregas a 13 países de América Latina. Los países que reciben más envíos son los que enfrentan mayores demandas imposibilitadas de cumplir por otras vías y, a la vez, enfrentan mayores complicaciones por la enfermedad. Esta fue una decisión tomada en julio por el organismo.
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Impacto en los más necesitados
La situación costarricense no es ajena a otras naciones del planeta. Es más, incluso no se sufre de tanto embate. Costa Rica, al tener contratos bilaterales con dos empresas farmacéuticas no enfrenta los problemas de muchísimos otros lugares. Incluso ya 17.762 personas cuentan con una dosis de refuerzo.
Los países que dependen exclusivamente de Covax en este momento apelan a donaciones para solventar la situación. Al 1.° de noviembre, el mecanismo solo había logrado enviar 361 millones de vacunas a 144 países. Se espera llegar a 1.400 millones antes de que acabe el año (la meta original era de 2.000 millones) y a otros 4.400 millones durante 2022.
“Hemos enfrentado, y continuamos enfrentando obstáculos con países ricos que monopolizan el suministro mundial, con restricciones exportadoras que dificultan el flujo libre de las vacunas y los insumos para aplicarlas. Las plantas de manufactura también han tenido problemas. Todo esto ha creado retrasos y lentitud en el avance. Esta es una de las razones de las desigualdades”, dijo este lunes Seth Berkley, director ejecutivo de CEPI.
El representante advirtió de que ahora el suministro global podría ser golpeado más fuertemente, conforme los gobiernos comiencen a colocar refuerzos en personas de bajo riesgo que ya tienen su esquema completo, aunque todavía no sea necesario utilizarlos.
Una investigación de El Buró de Periodismo Investigativo (TBIJ, por sus siglas en inglés) reveló en octubre pasado que los atrasos han comprometido la salud de países de ingresos medios y bajos.
Según el reportaje, en Nigeria, Namibia y Afganistán los envíos tardíos bajaron el impacto de las campañas de educación e información. Faisal Shuaib, ministro de salud de Nigeria, indicó que la escasez alimentó la desinformación, se dispararon las teorías de conspiración que indicaban que las vacunas que llegarían estarían defectuosas.
Ben Nangombe, director ejecutivo de salud de Namibia, comentó que personas en su país viajaban largas distancias para encontrar que su vacunatorio no tenía suficientes dosis y no lograron inocularse. “Son personas que no regresarán por su vacuna”, se lamentó.
Para Berkley, esto solo se mejorará con las intenciones de todos los países de mayores ingresos. ”La brecha de la vacunación debe cerrarse. Si las personas de los países pobres siguen siendo apartadas, la pandemia seguirá tomando fuerza”, concluyó.
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