La creatividad y pericia de un equipo médico convirtieron en cazadores de lombrices a un emergenciólogo y a un gastroenterólogo del Hospital Tony Facio Castro de Limón, quienes con una intervención poco común, salvaron la vida de un paciente.
La hazaña de médicos y técnicas de Gastroenterología se produjo luego de que el hombre de 44 años llegó a emergencias del centro médico con un dolor agudo y sensación quemante e incontrolable en la boca del estómago. Sus síntomas también incluían vómitos que le impedían alimentarse y su piel había adquirido un matiz amarillento.
Según un comunicado de prensa de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), la mala evolución del afectado, el riesgo de perder la vida y su desgaste por el dolor obligaron a una revisión de emergencia en el Servicio de Gastroenterología en busca de un diagnóstico preciso.
Para asombro del equipo médico, la explicación de todo el cuadro clínico fue inusual: en el intestino delgado del paciente anidaban varias lombrices “de gran tamaño” entre las cuales había dos que emergían de la propia vía biliar, la cual es un ducto en el aparato digestivo cuya función es drenar el hígado y la vesícula biliar en el intestino. El tapón que formaron los parásitos estaba trastornando toda la digestión del paciente.
Los gusanos resultaron ser de la especie Ascaris lumbricoides: el mayor nematodo que parasita al ser humano, pues alcanza hasta 35 centímetros de extensión. Las lombrices intestinales, como este tipo, nunca se adhieren a la pared intestinal pero habitan en el ambiente del intestino donde absorben los nutrientes que las personas también ingieren.
Frente a una infección clásica de lombrices, agregó la CCSS, un médico especialista suele recetar un medicamento para eliminarlas, aunque no sus huevos, por lo cual hay que dar seguimiento pasadas dos semanas. Sin embargo, tan crítica y rara era la emergencia en este caso que fue necesario una intervención inmediata.
Para extraer los gusanos, el gastroenterólogo y el emergenciólogo idearon un creativo remedio aunque poco habitual: cazaron una por una las lombrices adultas responsables de la pancreatitis aguda y obstrucción biliar del paciente. Según la CCSS, este curso de acción fue determinante porque su vida estaba en juego.
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Junto con los doctores Cordero Jiménez y Espinoza Espinoza, fue determinante la intervención de las técnicas en Gastoenterología.
Entonces se decidió realizar procedimiento especial llamado duodenoscopia, el cual consiste en introducir un endoscopio por el duodeno en un procedimiento muy poco invasivo “logrando extraer todos los parásitos y llevando al paciente a un alivio inmediato y resolución completa de la afectación”, precisó la CCSS.
El endoscopio es un tubo flexible el cual porta una cámara y un canal a través del cual se introducen instrumentos con los cuales pueden cortar o sostener algo. El endoscopio primero ingresa al paciente por su boca rumbo al punto donde se debe operar.
Según la CCSS, la pericia de los doctores y su equipo salvaron al hombre, quien “goza de buena salud y sigue las recomendaciones médicas en la casa”.
¿Cómo llegan las lombrices?
Según la entidad, las lombrices suelen infectar a las personas cuando estas ingieren agua o alimentos contaminados con material fecal, en la cual se hallan los huevos de estos parásitos que son imperceptibles a simple vista.
Estos huevos, explicó la CCSS, son “enormemente resistentes respecto al calor extremo y la desecación, por lo que pueden sobrevivir varios años en ambientes húmedos y templados”.
Según la literatura médica, una vez ingeridos los huevos, se rompen para así liberar larvas que primero aparecen en el intestino delgado y a continuación recorren el aparato circulatorio y llegan hasta los pulmones, antes de regresar al intestino delgado donde siguen su desarrollo hasta alcanzar la adultez.
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La prevención de una infección de lombrices consiste en extremar las medidas para asegurarse el consumo de agua potable y el lavado riguroso de los alimentos en particular aquellos consumidos crudos y frescos.
“Como medida regular es importante el lavado de las manos con agua y jabón, remarcando la importancia de hacerlo después de ir al baño. Incluso se considera buena idea tener un cepillito para las uñas en el lavado, para facilitar su limpieza. Además se recomienda mantener las uñas de los niños muy cortitas para evitar el contagio y que pueda hacerse daño en la piel al rascarse”, recomendó la Caja.