En los últimos tres años, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) pagó ¢25.951 millones por las llamadas jornadas de producción hospitalaria, que consisten, principalmente, en el pago de horas extra al personal para la atención de las listas de espera en cirugías, procedimientos diagnósticos y citas médicas.
El gasto, sin embargo, ha tenido un impacto limitado.
Una revisión de las cifras realizada por La Nación a partir de datos solicitados a la Caja, muestra que las jornadas de producción realizadas entre julio del 2021 y diciembre de 2023 solo resolvieron un 35,63% de las atenciones pendientes en cirugías, procedimientos y consulta médica especializada. Es decir, casi cuatro atenciones de cada diez en lista de espera.
El dato resulta de restar al total de atenciones en lista de espera registradas hasta el 13 de diciembre la suma de las atenciones en jornadas de producción en cirugía (40.669 operaciones), citas en consulta externa (96.500) y procedimientos diagnósticos (264.946) entre julio del 2021 y diciembre del 2023.
Con base en lo anterior, se puede concluir que las jornadas de producción solo resolvieron dos de cada diez cirugías programadas en espera; tres de cada diez citas pendientes con el especialista y cuatro de cada diez procedimientos diagnósticos.
Las jornadas de producción han sido hasta este momento el principal mecanismo de la CCSS para reducir las listas de espera. La modalidad ha existido con diferentes nombres desde hace unas tres décadas.
Para el Sindicato Nacional de Enfermería y Afines (Sinae) la estrategia es insostenible financieramente.
La afirmación la hizo su secretario Lenín Hernández, en una conferencia de prensa, el 21 de diciembre, durante la cual desmintió datos de reducción de las listas de espera revelados por la CCSS una semana antes, cuando anunció una baja de cuatro meses en los tiempos para una cirugía programada.
Para Hernández lo único que se han incrementado son las jornadas de producción, las cuales, a su criterio, no se pueden mantener a lo largo del tiempo por su alto costo.
“Cuando se sacan promedios y no se tiene claro el tipo de procedimiento, los números son engañosos. La gestión de las listas debe de verse de manera integral porque lo único que se han incrementado son las jornadas de producción, que son insostenibles en el tiempo por el financiamiento”, dijo.
Fue el Sinae el que publicó datos actualizados de las listas y confirmó, con base en números de la CCSS, que había más de 1,2 millones de atenciones programadas pendientes al 13 de diciembre.
De ellas, 178.601 eran cirugías, 292.821 citas de primera vez con el especialista y 657.013 de estudios o procedimientos diagnósticos.
Por su parte, la CCSS defiende los resultados de las jornadas de producción. En respuesta a consultas de La Nación informó de que esta estrategia permitió resolver la espera de pacientes del 2014, 2015 y 2016 que estaban en lista para cirugía programada. La institución habla de “resolución de tres años de listas de espera”.
En su respuesta al Sinae, la CCSS menciona que, en el 2023, los plazos de espera en consulta externa pasaron de 371 días promedio a 360. Entre abril y octubre del 2023, los tiempos promedio para un procedimiento se mantuvieron prácticamente igual: 144 días en abril y 141 días en octubre.
Cuando se inició el “Plan para la Atención Segura, de Calidad, Eficiente y Eficaz de las Listas de Espera 2021-2022″, en julio del 2021, había pacientes esperando desde el 2014, afirmó la Caja.
Según explica el plan, el objetivo en ese momento era distribuir recursos y actividades a la atención de los pacientes con mayor antigüedad de la lista y lograr optimizar el trabajo en la jornada ordinaria.
“(...) para el corte de octubre del 2023 ya no existen pacientes de años de registro 2014-2016 y se ha logrado la resolución de más de 95% de casos de 2017, y más del 75% de los años 2018 y 2019″, informó la CCSS, sin dar detalle de qué pasa con los asegurados de los siguientes años (2020, 2021, 2022 y 2023).
Dos de las especialidades quirúrgicas que, según la CCSS, han bajado más sus tiempos de espera con jornadas de producción, son Obstetricia, que pasó de 564 días de espera para cirugía programada en julio del 2021, a 65. También Oftalmología que, en ese mismo plazo, pasó de 469 a 190 días.
Los plazos han bajado menos en cirugía torácica (pasó de 552 a 516 días), Urología (de 531 a 468), Vascular Periférico (de 529 a 457) y Ortopedia (756 a 664).
Hasta ahora, la institución no tiene quién le audite de manera externa estos datos sobre listas de espera y jornadas de producción. Es la misma Caja la que produce y da a conocer la información.
Tampoco tiene una herramienta que, al día de hoy, le permita desglosar lo invertido en jornadas de producción según se haya destinado a cirugías, procedimientos diagnósticos y citas con especialistas.
Esta herramienta y otra para conocer la capacidad instalada en los centros de salud en infraestructura, personal y equipo están en proceso de construcción, informó la CCSS a La Nación.
Jornadas por hospital
La CCSS aprueba presupuestos multimillonarios a los hospitales para avanzar en el desahogo de las listas.
En el 2023, al Hospital México le aprobaron proyectos por más de ¢1.599 millones. Le sigue el Hospital San Carlos, con un presupuesto para jornadas de producción que supera los ¢1.457 millones, y en tercer lugar está el Hospital Max Peralta (Cartago), con iniciativas por las que la CCSS desembolsará más de ¢1.318 millones.
Los hospitales, centros especializados y áreas de salud presentan sus proyectos a la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE), adscrita a la Gerencia Médica, para obtener la aprobación del plan de gastos que les permita abordar las cirugías, estudios diagnósticos y citas pendientes con especialistas.
Solo en 2023, la CCSS aprobó y tenía en curso 303 proyectos en 22 hospitales, centros especializados y 10 áreas de salud. De estos, el 45% (136 proyectos) tenían como objetivo reducir la lista de espera en procedimientos diagnósticos.
Ese año, el 34% de los proyectos aprobados para jornadas de producción eran quirúrgicos, mientras que un 21% estaba destinado a disminuir la lista de espera de primeras citas con especialistas (64 iniciativas).
De acuerdo con el plan del 2021, en la presentación de sus proyectos los hospitales deben demostrar el aprovechamiento al máximo de su capacidad en la jornada ordinaria, y enfocarse en sus especialidades más críticas.
El presupuesto anual de la entidad destinado a jornadas de producción hospitalaria pasó de ¢10.000 millones en el 2019, a ¢20.434 millones por año para el 2021, 2022 y 2023.
No obstante, el porcentaje de ejecución anual ha variado en estos cinco años. Mientras en el 2019 se ejecutó un 106% de lo presupuestado, un año después ese porcentaje fue de 71,5%. En el 2021 cayó a 0,75% (fue el primer año pandémico), para subir luego a 47,8% y 78,3% en el 2022 y 2023, respectivamente.
Al cierre de esta nota, no fue posible conocer las razones por las cuales los presupuestos para jornadas de producción se han subejecutado entre 2019 y 2023. Tampoco se pudo conocer qué pasó con los dineros no ejecutados o los planes de la CCSS para aumentar el porcentaje de ejecución.
Se le envió un correo con estas consultas a la oficina de prensa de la CCSS, el 3 de enero, pero abre hasta el lunes 8. También se le envió ese día un mensaje por WhatsApp al gerente médico, Wilburg Díaz, pero no hubo respuesta.
El 16 de agosto de 2023, la presidenta ejecutiva de la CCSS, Marta Eugenia Esquivel Rodríguez, reveló que la UTLE desaprovechó un 40% de los fondos destinados a reducir la lista de espera en los últimos 15 años, ascendiendo a ¢33.457 millones no utilizados para disminuir los tiempos de espera.
En ese momento, Esquivel propuso cambios en la UTLE mediante una reforma reglamentaria para garantizar la utilización de todos estos fondos. Cinco profesionales han ocupado la dirección de la UTLE durante la gestión de Esquivel como presidenta ejecutiva: Marny Ramos, Víctor Manuel Lacayo, Carlos Mario Salazar, Dominique Guillén y Flavia Solórzano Morera, quien renunció el pasado 30 de noviembre.
Durante esa conferencia de prensa, en la que se presentó el llamado dashboard o tablero para visualizar en tiempo real la dinámica de las listas de espera, los representantes de la CCSS mencionaron la posibilidad del copago, el pago diferenciado por servicios, y la consulta a destajo para cambiar al pago por producción.
El anterior gerente médico, Marino Ramírez Carranza, reconoció en ese entonces que con esas otras medidas esperaban resultados diferentes.
Tres meses después, el 7 de noviembre, en un acto realizado en un salón del Estadio Nacional con la asistencia del presidente Rodrigo Chaves y su Consejo de Gobierno, Marta Eugenia Esquivel presentó la llamada “Ruta de la Salud. Menos espera, mejor servicio”.
Ahí habló de una reserva de ¢200.000 millones para sacar las listas de espera, y del copago y la compra de servicios a terceros, medidas que hasta ahora han enfrentado fuertes cuestionamientos y hasta conflictos a lo interno de la CCSS por falta de contenido presupuestario y planificación para realizarlas.
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