En cualquier momento, la mitad de los quirófanos de los hospitales públicos del país podrían sufrir fallas eléctricas que los sacarían de operación, como ocurrió hace seis semanas en el Hospital México .
Las instalaciones eléctricas de las salas de cirugía en centros médicos como el Max Peralta (Cartago), San Francisco de Asís (Grecia), Carlos Luis Valverde Vega (San Ramón), San Carlos y Los Chiles (Alajuela), califican como “regulares” y “malas”.
Un informe de la Gerencia de Infraestructura de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) con datos a agosto revelan que el 22% de 164 salas de cirugía inspeccionadas tienen malas condiciones eléctricas, mientras que en el 28% están en condiciones regulares.
Ese fue el resultado de estudios en 28 hospitales, dos clínicas y dos Centros de Atención Integral en Salud (CAIS).
En el 2012, la Dirección de Arquitectura e Ingeniería (DAI) de la CCSS hizo, por primera vez, un diagnóstico de los quirófanos que tiene en todo el país.
Se evaluaron las condiciones arquitectónicas, mecánicas, eléctricas y de equipamiento.
Los resultados se presentaron desde marzo de ese año, y sirvieron de base para un plan de renovación de quirófanos que ha permitido que, a la fecha, se hayan hecho reparaciones en 80 de esas salas.
Entre esas mejoras está la inversión de ¢7.000 millones en los 15 quirófanos del Hospital San Juan de Dios, en San José.
También desde 2013, se realizan trabajos en los quirófanos del Hosital Nacional de Niños luego de presentar fallas en los sistemas eléctrico y de aire acondicionado, que obligaron a suspender algunas cirugías en los dos años anteriores.
En proyectos que se extienden al 2018 están incluidas obras por poco más de ¢1.480 millones en centros como el Hospital Carlos Luis Valverde Vega, de San Ramón, y el Monseñor Sanabria, de Puntarenas.
La mitad de los recintos, sin embargo, todavía presenta serios problemas de funcionamiento eléctrico que los ponen en riesgo.
Entre las observaciones del informe están la necesidad de remodelar acometidas y la distribución de los sistemas eléctricos y de los sistemas de alimentación.
Además, se advierte de que muchos quirófanos ya tienen el sistema eléctrico al límite de su vida útil, pues el que menos tiene es 20 años y hay unos que llegan a los 70.
En el caso del Hospital México, por ejemplo, en julio se descubrieron fallas por bajos voltajes debido a que las instalaciones tienen más de 40 años y no se adecuan a los equipos médicos utilizados ahora. Incluso, los problemas eléctricos dañaron algunos de esos.
El México cerró sus salas para hacer arreglos estimados en ¢300 millones y que tomarán al menos cuatro meses. El monto se suma a los cerca de ¢4.000 millones que estaban presupuestados para la modernización de quirófanos que comenzó el año pasado.
Mantenimiento. Aparte de las condiciones elécricas, el estudio encontró que las condiciones arquitectónicas son regulares y malas en el 53% de los quirófanos, mientras que las instalaciones mecánicas –que incluye los sistemas de ventilación y climatización– fallan en el 59%. El equipamiento es deficiente en el 56% de los casos.
La Gerencia de Infraestructura envió a cada hospital, desde diciembre del 2011, el protocolo básico de mantenimiento de las salas.
Ahora, también la Junta Directiva de la CCSS, por medio de un acuerdo tomado el 7 de agosto, ordenó a la Auditoría Interna de la entidad realizar un informe sobre la ejecución de las partidas de mantenimiento del Hospital México, en los últimos 10 años.
Se procura comprender por qué se presentaron ahora los daños en el sistema eléctrico que los tomó por sorpresa.
Además del tema del estado de las salas de cirugía de los hospitales públicos, la gerente médica de la Caja, María Eugenia Villalta Bonilla, reconoció que el 30% de estos recintos no se usa porque no hay personal para hacerlos operar. De hecho, solo el 5% de los que se mantienen activos trabajan después de las 4 p. m., haciendo operaciones programadas de lunes a viernes.
La presidenta ejecutiva de la Caja, María del Rocío Sáenz, admitió la falta de planificación en la gestión de estos servicios y la inexistencia de servicios de apoyo para permitir que los quirófanos funcionen en su totalidad.