Andrea Aldana Rico, de 28 años, no pudo alzar, amamantar, ni cambiar el pañal de su bebé que nació el pasado 9 de mayo. Los músculos de sus brazos no tenían fuerza, estaban atrofiados. Tampoco podía caminar, ni siquiera mantenerse de pie.
No poder atender a su hija recién nacida fue uno de los tragos más amargos que sufrió esta vecina de Cartago, quien poco a poco se recupera del síndrome de Guillain-Barré que los médicos y el Ministerio de Salud relacionan con la aplicación de la vacuna contra la influenza.
Ella pasó a formar parte de una ínfima cifra de personas que desarrolla esa enfermedad tras la aplicación de la dosis.
Aldana acudió a ponerse la vacuna el 29 de abril, con 38 semanas de embarazo.
Esto ocurrió una semana antes del parto y dos antes de que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) iniciara una campaña nacional de inmunización contra la gripe, la cual alcanzó a 1, 2 millones de personas.
Según Salud, solo esta madre ha reportado haber sufrido Guillain-Barré, un efecto secundario que viene descrito entre las reacciones adversas “inusuales” de esta inyección: inferior a uno o dos en un millón.
Síntomas. En el caso de Aldana, dos días después de aplicada la vacuna, comenzó a sentir un hormigueo en el estómago y los pies. Los médicos, inicialmente, relacionaron los síntomas con la gestación; sin embargo, estos no mejoraron e incluso empeoraron luego de dar a luz.
“El 12 de mayo ya no podía caminar; tenía paralizado el lado izquierdo de la cara , tenía el labio y el ojo caído. Nos fuimos al (Hospital) Max Peralta y me dijeron que era una gripe y me mandaron acetaminofén.
”Llegamos a mi casa pero seguía mal; vimos a un médico privado y me dijo que los síntomas eran de Guillain-Barré. Me preguntó si me había vacunado contra algo y le dije que contra la gripe; él me dijo que tenía que reportar el caso”, contó la mujer.
El síndrome de Guillain-Barré es un padecimiento autoinmune, en el cual los músculos no obedecen las órdenes cerebrales. Quien lo sufre puede quedar temporalmente paralizado debido al ataque de las defensas a las células nerviosas.
La madre relató que ella se aplicó la vacuna en una farmacia. Al consultar los efectos secundarios, solo le hablaron de que podría tener dolor de cabeza, muscular y enrojecimiento en la piel.
El médico privado remitió a Aldana al Hospital Calderón Guardia el mismo 12 de mayo; allí le detectaron el síndrome. Fue internada en la unidad de cuidados neurocríticos.
En el parte médico de ese centro, del cual La Nación tiene copia, se indica que Aldana se aplicó la vacuna y que a su ingreso fue valorada en el área de Inmunología, la cual reportó el caso a Epidemiología, para dar seguimiento al evento, "ya que se trata del primer episodio de este tipo en el presente año".
Xiomara Vega, coordinadora del Centro Nacional de Farmacovigilancia del Ministerio de Salud, explicó que a este departamento llegó el caso de Aldana e hicieron la investigación.
“A la muchacha se le hicieron los exámenes de laboratorio y el diagnóstico fue Guillain-Barré asociado a la vacuna, todo apunta a que fue la vacuna. A ella se le dio el tratamiento correspondiente”, dijo Vega.
Las autoridades de salud hacen todos los años campañas de vacunación contra la influenza y este año se intensificaron, pues entre diciembre del 2015 y febrero del 2016, 31 personas fallecieron debido al tipo AH1N1, en un pico tardío de infecciones respiratorias agudas (IRAG).
Aunque aún le quedan secuelas del Guillain- Barré, Aldana ya pasó lo más difícil. Pasó de estar en una silla de ruedas a usar una andadera, luego un bastón y, a finales de julio, ya podía caminar con normalidad.
“Volví a caminar, a escribir, a peinarme y maquillarme sola; antes no podía hacer esas cosas tan básicas. Aún tengo una parálisis leve en la cara, dolor muscular y calambres. Sé que esto que me ocurrió no es muy frecuente, pero considero que es necesario que las personas sepan que esto puede pasar”, expresó.