Menos de 70.000 costarricenses nacieron el año pasado. Eso no ocurría desde 1980, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Con precisión, se registraron 68.816 alumbramientos, cifra que ratifica no solo la caída en los alumbramientos sino también el envejecimiento de la población.
Al revisar la situación de la última década, la reducción es de 6.371 ticos entre el 2008 y el 2017, lo que significa un decrecimiento de la natalidad de un 9%, de acuerdo con la coordinadora de la Unidad de Estadísticas Demográficas Área de Censos y Encuestas, en el INEC, Olga Araya Umaña.
Entre tanto, entre 2016 y el 2017, cuando los nacimientos se redujeron en 1.188 alumbramientos, el decrecimiento en la natalidad fue de un 2%.
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Desde 1980 y por casi cuatro décadas, el país registró un promedio de 72.000 nacimientos anuales. Cuando más hubo fue en 1985, con 84.334.
La cantidad comenzó a decrecer a partir del 2001, cuando se pasó de 76.401 nacimientos en ese año a 71.144 en el 2002.
Los nacimientos volvieron a repuntar en el 2008 (75.187) y 2009 (75.000), estabilizándose la cifra en un promedio de 72.000 anuales en los años siguientes, de acuerdo con el Centro Centroamericano de Población (CCP), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
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Hasta el año pasado, cuando se rompió con ese promedio.
Los datos del 2017, confirman la tendencia en la caída de la tasa de natalidad y la de fecundidad en Costa Rica lo cual impulsa el envejecimiento de su población. Esta tendencia se viene registrando en las últimas dos décadas, explicó el demógrafo Luis Rosero Bixby.
Según los cálculos de Olga Araya, la natalidad baja a 13,91 nacimientos por cada 1.000 habitantes. Una década atrás ese indicador era de 17 nacimientos por cada 1.000.
La tasa de fecundidad general también desciende sustancialmente y se sitúa en el 2017 en 51,7 nacimientos por cada 1.000 mujeres en edad fértil. En el 2008, fue de 61,9.
"Están ocurriendo como 4.000 nacimientos anuales menos de lo que se previó, o alrededor de 6% menos. Esto, entre otras cosas, significa que la cantidad de infantes a atender en la Red de Cuido es menor de la prevista.
"El mejor indicador de la fecundidad es la Tasa Global de Fecundidad (el número total de hijos que tendría una mujer al final de su vida fértil) que se calcula por la suma de las tasas de fecundidad por edad. Para el 2017, la TGF es 1,67 hijos por mujer, bastante por debajo de los 2,10 del nivel de reemplazo", apuntó Rosero Bixby.
Rosero se refiere a la caída en la tasa de reemplazo, que idealmente debería estar en 2,1, para garantizar que una pareja tiene el número suficiente de descendientes para "sustituirlos" cuando mueran.
Según los datos que maneja este experto, la TGF cayó un 10% con respecto al 2012, cuando fue de 1,84.
Fecundidad, entre las más bajas del continente
Estos nuevos números, colocan a Costa Rica entre los países con la fecundidad más baja en América Latina y la segunda más baja en toda América, apuntó Rosero Bixby.
"Ya le pasamos a Cuba (con una tasa general de fecundidad (TGF) de 1,72 en 2017), que antes tenía la más baja. Brasil, que es el otro país de la región que está reduciendo bastante su fecundidad, tiene ahora la segunda, con 1,70 en 2017. Luego están Chile (1,76) y Colombia (1,83).
"La tasa general de fecundidad de Costa Rica es menor que la de los Estados Unidos (1,89 hijos), pero mayor que la de Canadá (1,61), que posee la tasa más baja de América. Una pregunta clave es: ¿a qué se debe la extraordinaria caída de la fecundidad adolescente en Costa Rica en los últimos años, especialmente la caída de las concepciones en adolescentes de 2012 para acá? ¿Algún programa o política pública que pudo haber influido? ¿O es algo cultural de comportamiento difundido quizás por redes sociales?", apunta Rosero.
Los datos del 2017 también revelan lo siguiente:
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- San José es la provincia con el mayor descenso en la última década: casi un 60% de los 6.371 nacimientos menos registrados desde 2008.
- Aunque hay un aumento en el número de mujeres en edad fértil desde el 2008 (116.336 más en el 2017 con respecto al 2008), la tasa de fecundidad general en ese grupo cayó en más de 10 puntos en ese periodo.
- En el 2017, nacieron 35.431 hombres (51%) y 33.385 mujeres (48,5%).
- El número de muertes infantiles en menores de un año descendió entre el 2016 y 2017, pasando de 555 a 548 entre un año y otro. Sin embargo, por efecto del descenso en el número de nacimientos, la tasa de mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos se incrementa levemente, y pasa de 7,93 muertes por cada 1.000 en el 2016 a 7,96 en el 2017.
- De acuerdo con las estimaciones del INEC, a partir de los datos de nacimientos y defunciones del 2017, el habitante 5 millones nacería el 17 de julio, después de la 1 a. m. Para esto, se espera que los nacimientos y las defunciones de enero a julio de 2018 se comporten de igual manera que los nacimientos y defunciones de enero a julio de 2017.
Menos mamás y papás adolescentes
La revisión de los datos del 2017 confirma la tendencia en la caída de la fecundidad, lo cual está ocurriendo, según Luis Rosero, en mujeres jóvenes.
"(...) es decir, está disminuyendo (y de manera sustancial) el embarazo adolescente, lo que es una excelente noticia", agregó el experto.
Según los números del 2017, el porcentaje de mujeres menores de 19 años que tuvo un hijo bajó a 14,7% del total (10.150 nacimientos). De ese total, 301 tenía 15 años o menos. Estos embarazos configuran un delito, según el Código Penal.
En el 2008, el porcentaje de mamás adolescentes fue de 20% (15.180 del total; de los cuales 525 se dieron en mujeres de 15 años o menos).
También bajó el porcentaje de padres menores de edad, según anotó el médico pediatra Alberto Morales Bejarano. Él dirigió la Clínica del Adolescente del Hospital Nacional de Niños hasta hace poco.
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De acuerdo con los datos del INEC, de los 62.570 nacimientos con padre registrado el año pasado, 1.084 tuvo un padre menor de edad (1,7% del total). Un año antes, de los 64.086 nacimientos en las mismas condiciones, 1.336 fueron de menores con 19 años o menos (2,08%).
Esto último lo que revela, según el especialista, es que la mayoría de los padres de hijos de mamás adolescentes son adultos, quienes muchas veces superan en cinco, diez o más años la edad de las menores.
"La tasa de fecundidad de las menores de 20 años de edad cayó en 26% en tan solo cinco años: de 70 nacimientos por 1.000 muchachas en 2012 a 52 por 1.000 en 2017. En contraste, entre, por ejemplo, entre las mujeres de 35 a 39 años la tasa de fecundidad ha aumentado ligeramente en 4% en los mismos 5 años", agregó Rosero.
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Para Morales Bejarano, el descenso en el embarazo adolescente es real.
"Hace tiempo, teníamos el discurso de que no estaba pasando nada en este tema, pero las cifras demuestran que el descenso es real. Pienso que podrían estar jugando tres factores. El primero, es el impacto de los programas de estudio de Educación para la Afectividad y Sexualidad Integral. La hipótesis no basada en evidencia clara es que el programa sí está teniendo un impacto.
"Lo segundo es que el Proyecto Mesoamericano para prevención de embarazo, que también ha empezado a tener sus resultados en sitios alejados mediante el uso de anticonceptivos modernos. Y lo tercero, la aplicación de la ley que prohíbe las relaciones impropias con menores de edad (Ley 9406), aprobada en el 2016", explicó Morales.
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"Siempre hemos dicho que el embarazo adolescente tiene como cinco grandes cosas: la pobreza estructural, porque donde hay más pobreza hay más adolescentes madres. También hay presencia de carencias afectivas crónicas, que exponen al ser humano a todo, inclusive a la actividad sexual temprana); una educación sexual débil, consumo de drogas y abuso sexual.
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"Lo más triste de todo es el poco poco acceso a servicios diferenciados donde el adolescente pueda consultar rápido y oportunamente. ¿Cuál de todas estas podría estar funcionando? Tenemos la educación sexual renqueando pero aún así creo que está teniendo impacto. También los servicios de salud están débiles pero estamos avanzando en opciones para ayudar a adolescentes a prevenir", agregó Morales.