De repente, comenzó a sentir calambres en las piernas a cualquier hora del día. Dolorosos. A veces, se acompañaban de hormigueos lo suficientemente intensos como para interrumpir el sueño y despertarla en la noche.
Terminó pagando una consulta a un vascular periférico, médico especialista en venas y arterias, quien le diagnosticó unas várices incipientes producto de la herencia familiar pero también de pasar horas interminables sentada frente a la computadora.
Cuando empezó a hilar más delgado se dio cuenta de que, sí, pasaba dos, tres y hasta cuatro horas seguidas frente a la pantalla. Trabajaba pero sin moverse. Y ya la salud se la estaba cobrando bien caro.
¿Se siente de alguna manera identificado con ese relato? Muchos de quienes lo lean quizá sí porque es la tónica en estos días para miles que hacen trabajo de oficina, dentro o fuera de su casa.
Para ellos y ellas está hecho este capítulo de “Estar Bien”, para el cual invitamos al educador físico y jefe de la subárea de Deporte y Recreación de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Ricardo Gómez Solís.
Los consejos que nos trae este educador físico también van dirigidos a quienes realizan actividades que los mantienen en una misma posición durante mucho tiempo, sea sentados o de pie.
Por ejemplo, trabajadores de la construcción, que pueden estar varias horas realizando actividad física intensa, sin parar, lo cual es el otro extremo de una jornada laboral sedentaria aunque no por ello menos peligrosa para la salud.
Ricardo Gómez Solís promueve las pausas laborales, conocidas hasta hace poco como pausas activas. Programar pausas laborales ayuda a prevenir problemas de salud.
“Es un tiempo que se dedica dentro de la jornada laboral para hacer ciertos movimientos articulares y actividad física, o movernos. Esperamos que esto se institucionalice en los centros de trabajo para que dentro de la jornada se tomen pocos minutos: 5 o 10 máximo por la mañana y a media tarde”, explicó Gómez.
¿Qué se debe hacer en ese tiempo? Moverse. Estirar músculos de piernas, cuello y brazos para activar la circulación y así evitar complicaciones como las descritas al inicio de esta nota.
“Quienes tienen trabajo de oficina, o laboran en un peaje, que pasan muchas horas de pie o sentados en una posición estática, lo ideal es no pasar más de dos horas en una posición sedentaria. Primero, por el daño que hace el sedentarismo: esto causa un gran problema de irrigación en las piernas.
“Más de dos horas en una misma posición es la primera gran alerta roja: aunque no lo sienta necesito ponerme de pie y caminar o levantarme y mover los pies. Ese es el lapso más largo (permitido)”, advirtió Gómez.
Lo recomendable es hacer una pausa laboral cada hora, de cinco minutos, para levantarse, dar la vuelta al escritorio o saludar al compañero de al lado, con el fin de activar la irrigación sanguínea en las piernas.
Para quienes están en el otro extremo, como los que trabajan en construcción, la pausa laboral que se sugiere es más suave, para bajar el ritmo de las pesadas cargas que usualmente asumen estos obreros.
“El cuerpo da muchas señales. De las primeras: el cansancio y la pesadez muscular. También el hormigueo o sensación de que se adormece una pierna. Esto ya se debe a problemas de irrigación sanguínea. Cualquier muestra de dolor también es una alerta que indica que hay que dar movimiento a ciertas partes del cuerpo.
“Todas las personas deben hacer pausas activas. Ahora la enfocamos a la pausa laboral porque ahí es donde se han encontrado los problemas por las altas jornadas de trabajo”, afirma Gómez.
Este mismo principio de la pausa activa lo pueden practicar los jubilados. Si dedican una tarde a leer o ver televisión, que dispongan de cinco minutos cada hora para moverse, caminar y estirar músculos.
Para conocer más consejos sobre estas pausas laborales, o activas, escuche la entrevista completa con Ricardo Gómez en el video y en el podcast de “Estar Bien”.
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