Los vecinos de calle Robles y calle Cementerio, en San Juan de Dios de Desamparados, no deben usar el agua para tomar, dar de beber a sus mascotas, preparar alimentos e higiene personal ante nuevos reportes por aparentes olores extraños en el líquido.
El Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (AyA) volvió a activar el protocolo de atención para este tipo de situaciones, con pruebas de laboratorio para verificar la calidad del agua de consumo humano.
A esas comunidades de Desamparados se les distribuirá agua con ayuda de camiones cisterna, prometió AyA.
Desde la noche del viernes 15 de marzo, los vecinos de esas localidades notificaron que el agua les llega con un olor extraño. En esa ocasión, AyA atribuyó el problema a la ruptura de una tubería por la cual se habrían infiltrado aguas residuales.
Luego de la ubicación del foco de las reparaciones y realizada la desinfección, se realizaron las segundas pruebas que dieron luz verde para volver a utilizar el agua, tan solo dos días atrás.
Esta situación en los barrios al sur de San José surge luego de la confirmación, a finales de enero, de la contaminación con hidrocarburos de una de las fuentes del sistema de acueductos que provee a los habitantes de Tibás, Goicoechea y Moravia.
Esto afectó a aproximadamente 107.000 personas, quienes experimentaron suspensiones y racionamientos en el servicio debido a la contaminación con un tipo de hidrocarburo llamado xileno.
Una problemática similar se presentó en el acueducto municipal de Turrialba. Aunque en un principio el Ministerio de Salud confirmó la presencia de hidrocarburos, esto fue posteriormente descartado por los laboratorios de la Universidad de Costa Rica (UCR).