“Nuestros jóvenes no se están muriendo por infecciones o cáncer. Se nos están muriendo por suicidios, accidentes y homicidios. No sabemos, por ejemplo, cuánta de esa conducción de riesgo en accidentes de tránsito son suicidios.
“Ahorita tenemos una circunstancia muy preocupante: el único hospital que recibe adolescentes con riesgo de suicidios está desbordado. Esto nos preocupa mucho”, agregó el psiquiatra Mauricio Campos Campos en referencia al Hospital Nacional de Salud Mental, antes conocido como Hospital Psiquiátrico.
Un número importante de quienes deciden acabar con su vida son gente muy joven, entre los 15 y 30 años, afirma el psiquiatra, quien pertenece a la Asociación Costarricense de Estudio y Prevención del Suicidio.
La Asociación que fundó tiene conexión con la Red Mundial de Suicidólogos, de la cual él es vicepresidente. En ambas, según dijo, se busca fomentar la cultura de prevención del suicidio.
“Nosotros estamos bastante preocupados por la situación”, enfatizó frente a la consulta por el aumento en el número de suicidios del 2022, año en el cual se registraron 429 muertes por esa causa. En el 2021 hubo 389.
“Es el año donde hemos tenido más suicidios. A nivel mundial sabíamos las estadísticas, aunque Europa logró una reducción por programas de prevención. Pero en Latinoamérica ha habido un aumento.
“Estamos esperando cómo van los años posteriores a la pandemia porque en el 2022 superamos la barrera de los 400 cuando antes rondaban los 350 por año”, agregó el psiquiatra.
En la lista de causas de riesgo suicida se suman ahora los prolongados tiempos de espera para recibir atención en Psiquiatría o Psicología.
Las listas de espera en Psiquiatría acumulaban al 31 de agosto anterior, 12.123 enfermos, quienes debían aguardar 191 días (6,3 meses) para consultar con un médico de esa especialidad, informó Flavia Solórzano, coordinadora de la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE), de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Se desconocen los números para Psicología porque la Caja admitió que no los tiene.
Barreras de acceso
Campos, quien ahora se dedica a la consulta psiquiátrica privada, reconoce que tanto en lo público como en lo privado perciben un incremento en la atención de pacientes con riesgo suicida; incluso, de personas que ya lo han intentado.
Son pacientes que acuden por ayuda pero enfrentan barreras de acceso o problemas para ingresar a los servicios de salud.
“Si va a emergencias del psiquiátrico (hospital de Pavas) la plétora de jóvenes con condiciones de riesgo suicida es importante. Es una circunstancia muy riesgosa.
“Si nos centramos en los jóvenes y las causas de muerte en esa población, encontramos que el suicidio está en los primeros lugares: segunda o tercera causa. Y si a esto le agregamos un hospital con plétora importante de casos sin resolución, las oportunidades se les acaban a estos chicos”, reconoció Campos.
Según explicó el psiquiatra, un caso de riesgo suicida requiere un seguimiento muy cercano. En clínicas privadas, el seguimiento es, máximo, al mes. Sin embargo, dependiendo del riesgo, pueden necesitarse consultas cada semana o cada 15 días.
“Se puede mandar tratamiento farmacológico y psicoterapia, pero el abordaje familiar es fundamental. Lo que pasa es que tenemos una institución (CCSS) que está tratando de hacerlo pero no lo está logrando.
“Nos enfrentamos al continuum del suicidio: el comportamiento viene desde hace meses o años. No es de un día para otro. Los jóvenes que se están suicidando ahorita vienen desde la adolescencia y la niñez. No los estamos captando a tiempo porque no hay un abordaje adecuado”, reclamó Campos.
Deudas de gran peso
Para él, hay dos faltas muy importantes:
- La baja inversión en salud mental, que no solo es un asunto de Costa Rica, aclara. La necesidad de invertir más se hizo evidente con la pandemia de covid-19.
- La otra sí es una deuda nacional hacia jóvenes y adolescentes. “Tenemos un hospital de niños, uno Geriátrico y otro de la mujer, pero cuando el niño deja de ser niño entra en un limbo y no se sabe dónde se le atiende. “No se nos mueren de infecciones o de cáncer pero en la adolescencia empiezan muchos trastornos de salud mental: depresión, trastornos alimentarios, ansiedad...”, agregó Campos.
¿Cuál es una salida posible? “Estamos tratando de que organizaciones como esta que tenemos y otras, difundan la importancia del protagonismo que tienen las familias, las escuelas y la comunidad en la prevención y la detección temprana.
“Hay organizaciones, como Mi nueva Aurora, que también han logrado visualizar la problemática de los sobrevivientes de suicidios. Hay mucha gente con mucha mística que está trabajando y luchando. Se ha ido despertando, pero sí nos sentimos muy solos y poco respaldados desde la parte de Gobierno y los niveles de decisión de la CCSS”, reclamó Campos.
“Cuando se muere una persona por suicidio nos confronta a un montón de cosas, pero cuando muere un niño o un adolescente nos confronta a lo que no estamos haciendo para motivarlos a vivir”, concluye.
Más sobre salud mental aquí:
Intentos de suicidio y depresión atormentan a adolescentes ticos
Listas de espera en Psiquiatría empujan riesgo de suicidios
2022 se convirtió en año con más suicidios en Costa Rica en más de una década: 429
Atención de emergencias por ideas e intentos suicidas se duplican en Hospital Nacional de Salud Mental