Margarita Marchena Picado estuvo entre los miles de “caras marcadas” que dejaron interminables horas de su vida luchando en la primera línea de batalla contra la covid-19 en hospitales de todo el mundo. Ella lo hizo desde el Hospital San Rafael de Alajuela.
La primera mujer que preside el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica en 165 años de historia, también sostuvo la mano de enfermos que fallecieron por esa causa en los meses iniciales de la emergencia sanitaria, cuando no había vacuna y ese hospital se convirtió en el primer epicentro de la pandemia aquí.
La aparición de la vacuna contra la covid-19, afirma, es ahora la mejor herramienta para prevenir la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte. Se lo demostró aquella pizarra de hospital en donde llevaban los números que separaban a los vivos de los muertos, y a los pacientes menos graves de quienes debían pasar intubados a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La diferencia entre unos y otros, rememora la infectóloga, la marcaba la vacuna, y todavía más: el esquema completo y los refuerzos.
Por eso, cuando se le pregunta en su primera entrevista como presidenta de la Junta de Gobierno del Colegio de Médicos si la nueva administración apoyará la vacunación obligatoria, no duda en responder: “Sí, nuestra posición es mantener la vacunación obligatoria anticovid”.
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“Hay suficiente evidencia a nivel mundial que respalda la seguridad de la vacunación. Estamos a la espera de la llegada de la vacuna bivalente, y si puedo estar entre las primeras me la pongo, porque es prevención.
“Yo estuve en la unidad covid del Hospital de Alajuela. Una cosa es escuchar las historias. Pero vivirlo, ¡vivirlo son otros cien pesos!”, manifiesta.
Cuando recuerda esas vivencias no tan lejanas en el tiempo, Marchena no puede evitar que se le escapen lágrimas. Es inevitable cuando se ha sido testigo de tantas y dolorosas separaciones. Una, la de la abuela y su nieto, internados varios días en el mismo salón de hospital.
La separación se dio porque el nieto subió a UCI, entre la vida y la muerte. Había que intubarlo pues su condición inicial se agravó ya que no tenía ni una sola vacuna. Su abuela sí estaba protegida.
Disciplina, esfuerzo, constancia
La hoja de vida de Margarita Marchena Picado refleja el esfuerzo, la disciplina y la constancia que esta descendiente de guanacastecos ha desarrollado a lo largo de sus 47 años de vida.
Tiene estudios de posgrado en áreas como Administración de Servicios de Salud, Epidemiología, y VIH-sida, con algunos títulos de universidades españolas; además de las dos especialidades médicas de las que se graduó con honores: Medicina Interna e Infectología.
Es la hija mayor de Freddy Marchena Bustos, un señor que le dio estudios a ella y a sus hermanos al trabajar años como jardinero y lavacarros de día, y bodeguero en las noches. Su mamá es Ana Victoria Picado Angulo, enfermera y formadora de auxiliares de Enfermería, que trabajó en el Ministerio de Salud.
“Yo soy producto del privilegio de la educación pública. Literal”, dice con orgullo la médica, hoy vecina de Heredia.
Después de iniciar su gestión como la primera mujer en presidir el Colegio de Médicos, cargo que desempeñará los próximos dos años, Marchena conversó con La Nación. El siguiente es un resumen:
− 165 años de historia del Colegio y esta es la primera vez que una mujer asume la presidencia. ¿Por qué tanto tiempo?
− Venimos históricamente de un gremio dominado por hombres; luego hay un cambio donde las mujeres se profesionalizan. Yo tengo dos especialidades. Una en Medicina Interna y otra en Infectología. Medicina Interna la hice alrededor del 2002, y solo éramos tres mujeres y unos 36 hombres. En el Internado, de 15 internos dos éramos mujeres. Poco a poco, ha ido aumentando la cantidad de mujeres que se han atrevido a ingresar al gremio. Yo también soy profesora de pregrado y posgrado, y con el tiempo he visto cómo hay más mujeres estudiando Medicina. Las mujeres llegan a mandos medios pero nos cuesta muchísimo llegar a mandos altos.
− ¿Tuvo miedo de postularse?
− Más que miedo era incertidumbre sobre cómo el gremio lo iba a tomar. Pero este es un equipo de trabajo. Más que Margarita Marchena aquí lo valioso es el equipo que llegamos a conformar.
− ¿Le costó llegar adonde está? ¿No solo por sus orígenes, también por su género?
− Sí. Cuando hice Medicina Interna se abrieron cinco cupos y yo fui la única mujer que entré, y entré en primer lugar (las mejores notas). Yo fui la primera mujer jefa de residentes en Medicina en el Hospital Calderón Guardia.
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“Hace más de diez años, postuló una (médica) pero perdió las elecciones. A partir de ahí no han habido más postulantes, al menos en las últimas cinco elecciones. Esto es abrir camino. Le dije al equipo que vamos a dar todo porque creemos en nuestro programa, y que el género no debería ser un diferencial”.
− En un escenario hacia la endemia, donde han surgido críticas a la gestión de Salud por ataques a la Comisión de Vacunación y al grupo de asesores en enfermedades respiratorias, ¿cuál va a ser la política de la nueva Junta?
− Ahorita hay muchísimos temas. Yo conozco personas que la conformaron (la Comisión de Vacunación, del Ministerio de Salud): al Dr. Hugo Marín Piva, al Dr. Juan Villalobos Vindas, al Dr. Óscar Porras, son excelentes personas pero además son profesionales extraordinarios. Y esto te lo pondría con mayúscula y con signos de admiración; yo conozco su trabajo, así de enfática te lo puedo decir. Sus criterios no eran al azar ni improvisados; ellos trabajan basados en evidencia.
“El Ministerio de Salud contaba en ese momento con profesionales que podían dar una muy buena asesoría. Ahora llegan otros. Por parte de Infectología, hay un excelente infectólogo, Jorge Chaverri. Al final, no se trata de una persona o de una comisión, sino de la salud de un país que se ha caracterizado a nivel mundial por tener estándares altísimos”.
− ¿Usted es provacunas, prociencia, prosalud pública?
− “Sí, nosotros definitivamente somos provacunas, máximo teniendo formación de infectóloga. Esto lo tengo muy claro, en eso no hay duda”.
− ¿Cómo van a manejar las relaciones con las actuales autoridades de la CCSS y el Ministerio de Salud?
− Esperaría que tuviéramos buenas relaciones. Tenemos que entender hasta dónde podemos llegar como Colegio y quiénes son los que toman las decisiones. Nosotros no somos los que tomamos decisiones políticas. Pero sí podemos ser un foro en donde podamos brindar los expertos y personas más preparadas para que den la información a las personas que sí toman las decisiones.
“El Colegio siempre va a estar a la orden de las autoridades. Siempre vamos a brindar los expertos cuando lo soliciten y estaremos en la mejor disposición de colaborar. (...) Pero el Colegio no debería dar un criterio en asuntos como la norma técnica, eutanasia o marihuana, sino más bien dar los expertos para que, quienes sí toman las decisiones, tengan la evidencia científica”.