Las medidas anunciadas por el Gobierno para disminuir contagios de covid-19 y la saturación hospitalaria desataron una ola de reproches, de un sector, y un respiro de alivio en otros.
Con los hospitales repletos de enfermos y listas de espera para traslados, las disposiciones resultaron insuficientes, a criterio del personal de salud.
“Pobres y ofensivas para quienes, agotados y abrumados, dan todo de sí en los hospitales”, calificó la Unión Médica Nacional en un comunicado.
Tan grave es la situación en los centros médicos, que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) solicitó incluso declarar alerta roja hospitalaria. La respuesta aún no llega.
Para los dueños de establecimientos comerciales, en cambio, ampliar a todo el país la restricción vehicular sanitaria diurna y reducir los aforos son acciones balanceadas que les permite seguir la actividad comercial saludable para la economía.
“Ya no podemos tener más cierres”, argumentó Julio Castilla, presidente de la Cámara de Comercio quien cifró las pérdidas en el sector comercial del primer año de la emergencia en $2.300 millones.
Con las nuevas disposiciones, considera que hay una apertura controlada y sostenida de la economía.
Él cree que antes de frenar actividades, el Gobierno podría aplicar otras medidas como pruebas diagnósticas masivas por saliva, apurar vacunación, crear una aplicación móvil para denuncias de aglomeraciones y mantener campañas de concientización.
La última opción, dijo, sería evaluar más restricción de la movilidad.
Los reclamos
Médicos y otros profesionales en salud cerraron fijas en espera de una respuesta más contundente como la declaratoria de alerta roja y que depende de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
El presidente ejecutivo de esa institución, Alexánder Solís, advirtió que una alerta roja paralizaría el país y tiene una connotación de desastre natural la cual no describe lo que ocurre a su criterio.
Además afirma que esa declaratoria tampoco aliviaría la actual congestión de enfermos y más bien impactaría puestos de trabajo y la actividad económica en general. En la misma línea, argumentó que una decisión así limitaría derechos constitucionales y es poco viable de aplicar en todo el territorio nacional.
Sus palabras suscitaron críticas y no fueron bienvenidas en el sector salud.
“Profundamente decepcionado”, expresó Marco Vargas, jefe del Centro Especializado en la Atención de Pacientes de Covid–19 (Ceaco), en su cuenta en Twitter del mismo modo que otro personal médico desde sus propias redes sociales.
”Los pacientes y futuros muertos merecen respeto, quienes toman decisiones no pueden asumir ignorancia. Ahora no”, agregó Vargas en otro tuit.
Para Viviana Pérez, presidenta del Colegio de Terapeutas (CTCR), se requieren medidas más severas incluida la suspensión de clases presenciales en escuelas y colegios.
Otra cara
Voceros de turismo, restaurantes, construcción, se unieron en el sentido opuesto: complacidos de que no haya cierres y opuestos a esa posibilidad.
“Estamos satisfechos porque hay balance. Reconocemos que en esta ocasión el Gobierno tuvo mayor apertura para dialogar y escuchar a los sectores productivos para dar con ese equilibrio”, expresó el presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Rubén Acón.
También Javier Pacheco, presidente de la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH), celebró la coordinación la cual para él es la forma correcta de mitigar los contagios y preservar el impulso a la economía.
Las medidas aplicadas, dijo, son necesarias para reducir la saturación en hospitales.
Los empresarios aseguraron estar conscientes de que la aplicación de protocolos y el respeto a los aforos son absolutamente indispensables para frenar los casos y que sus comercios sigan abiertos.
“Encarecidamente rogamos a todos nuestros afiliados, empresarios en general del sector de alimentos y bebidas, y la ciudadanía, a cumplir con los protocolos”, solicitó Jorge Figueroa, presidente de la Cámara Costarricense de Restaurantes (Cacore).
Él agradeció que los límites se apliquen a la movilidad de las personas en vez de candados en las puertas de locales.
También la Cámara Costarricense de la Construcción llamó este martes a la ciudadanía para que, por la grave situación que vive el país, sea responsable en la aplicación de los protocolos de salud, tanto en los sitios de trabajo como en los hogares.
“Bajar la curva de contagios es responsabilidad de todos”, señaló esa organización en un comunicado donde plantea “velar por la salud de todos, pero también por la recuperación económica”.
El grupo apoyó las palabras de Alexánder Solís, que tanto dolieron al personal médico. Los empresarios coinciden en que la declaratoria de alerta roja no resuelve la situación actual, por el contrario, significaría el cierre total del país con graves consecuencias.