1.117 contagios nuevos, 288 por nexo y 829 por prueba de laboratorio. El acumulado de casos de covid-19 en Costa Rica es de 49.897.
Los números no son halagüeños y menos aún la advertencia del ministro de Salud, Daniel Salas, de que esos son los que se logran identificar, porque “hay muchos casos más que andan ahí y andan confiados de que no están infectados y sí lo están y están transmitiendo el virus”.
Para este martes hay 500 personas en hospitales, de ellas en 236 en Unidad de Cuidado Intensivo, con edades de 23 a 91 años. La cantidad de personas en estado crítico representa una ocupación de un 65% de los espacios disponibles para esta condición.
En las últimas 24 horas, hubo 21 muertes asociadas a la enfermedad producida por el nuevo coronavirus, la más alta registrada desde el inicio de la pandemia. Las edades de las víctimas van de los 42 a los 93 años.
531 personas han fallecido ya por esta causa.
“Si lo comparamos con el histórico del 2016 al 2018 ya es la octava causa de muerte, apenas el jueves pasado era la décima causa de muerte”, manifestó el ministro en un intento de hacer el llamado de atención sobre las consecuencias del virus.
Las víctimas mortales por esta enfermedad son 185 adultos, entre los 18 y los 65 años y 346 adultos mayores.
Este es el escenario en el cual el país entra a un nuevo modelo basado fundamentalmente en la autogestión, en la responsabilidad personal para cumplir las medidas que eviten la propagación del virus.
Una situación “muy difícil”, según las palabras del ministro de Salud, Daniel Salas, quien insistió en que pese a esa condición sanitaria se está permitiendo que la gente trabaje. De ahí, la necesidad de que todos los ciudadanos colaboren.
"Cuando hablamos de que es necesario que la gente trabaje, que la gente lleve sustento a sus hogares; cuando hablamos de que Costa Rica trabaja y se cuida, no es un eslogan que suena bonito, tiene que convertirse en una realidad.
“Las actitudes responsables que tenemos que asumir en medio de esta pandemia deben ser manifiestas en todo momento, si bien estamos permitiendo más bien dejando que la gente trabaje, en gran parte de los sectores, ustedes ven también que la parte sanitaria está enfrentando una situación muy difícil”, manifestó.
De nuevo, Salas lanzó la advertencia, si se saturan los hospitales, habrá más casos graves hasta que no haya ventiladores para atender a los enfermos críticos.
"Como hemos venido diciendo, el virus está llevando una ruta muy negativa en términos de salud, por eso es que cada salida de nuestro hogar, cada salida de nuestra casa, tiene que asumirse como un riesgo que tiene que llevar las mejores prácticas posibles en todo momento.
Toda ruptura de la burbuja familiar conlleva un riesgo y ese riesgo tenemos que asumirlo, tenemos que ser sumamente responsables, sumamente conscientes, no podemos desvalorar la vida, no podemos dejar que estos 21 fallecimientos de ayer a hoy lo veamos como una cifra más, como algo que ya se convirtió en parte del paisaje", manifestó el jerarca.
Insistió en la mascarilla, en el distanciamiento, en la ventilación, en el lavado de manos, en evitar aglomeraciones, en continuar con el teletrabajo y las reuniones virtuales... insistió en la responsabilidad.
Este, dijo Salas, es el momento para sacar lo mejor y no lo peor de cada uno, porque todos los ciudadanos son los que pueden evitar “este colapso que pareciera que ya está muy cerca de ocurrir,” con el 65% de las unidades de cuidados intensivos ocupadas para covid.
Solicitó no ponerse en negaciones o actividades irresponsables porque “hay personas jóvenes y personas adultas que se están muriendo, que han perdido capacidad pulmonar, que no pueden respirar”, dijo.
25 cantones con alto contagio
La aplicación del nuevo modelo de Costa Rica trabaja y se cuida llega con cambios en las alertas cantonales, aunque estas no conllevan distinción en horario de restricción vehicular o apertura de comercios, pues está unificada en el país. No obstante, como lo dice la palabra, son un indicador de niveles de riesgo y por lo tanto de vigilancia.
Alexánder Solís, presidente de la Comisión Nacional de Emergencia (CNE), anunció que tres cantones pasan de alerta naranja a amarilla, con lo cual 57 regiones están bajo esa condición.
Entretanto cuatro cantones pasan de amarilla a naranja, con lo que suman 25 bajo esa categoría que implica mayor circulación de casos.
“Recordemos que la determinación de las alertas se establece en función del comportamiento epidemiológico de la covid-19 en cada uno de los cantones y se calcula a partir de la observación de las últimas tres semanas epidemiológicas y a partir de umbral establecido para estos efectos”, explicó Solís.
Bajo esos criterios, Aserrí pasa de naranja a amarilla, lo que significa que tiene un índice de riesgo cantonal menor a 2, que es el indicador para cambiar de alerta. Además, esa comunidad no tiene alerta temprana por casos de fiebre o tos.
LEA MÁS: Lecciones aprendidas a seis meses de pandemia: estas son los aciertos y deudas de Costa Rica
En cambio, Poás de Alajuela también cambia a amarilla pero sí se mantiene bajo alerta sindrómica, es decir, por síntomas de fiebre y tos. Lo mismo pasa con Corredores.
Entre los cantones que pasan de amarilla a naranja está Belén, que también está bajo alerta sindrómica, sobre todo en el distrito San Antonio. La situación es similar en Montes de Oro de Puntarenas, con vigilancia sindrómica en Miramar.
Ese territorio tenía solo 3 casos en la semana epidemiológica número 34, y 29 dos semanas después (866%).
Otro cantón que pasa a naranja es Garabito, que “tiene un aumento importante de casos y tenía alerta temprana desde la semana anterior”, lo mismo que Limón, que estaba en alerta temprana desde hace tres o cuatro semanas.
“Alcanza el umbral para pasar a alerta naranja, particularmente tiene alerta sindrómica en el distrito de Limón y en el Valle La Estrella”, dijo.
Garabito pasó de tener 6 casos a 55 dos semanas después (816% más) y Limón de 42 a 162 (285%)
En el caso del cantón de Osa, en el distrito de Palmar, también se mantiene en alerta naranja, mientras que el resto del cantón queda en alerta amarilla.
De esta forma, los cantones que permanecen en alerta naranja por el nivel de circulación del virus son:
San José: San José, Desamparados (excepto distritos de San Cristóbal y Frailes), Goicoechea, Santa Ana, Alajuelita, Mora, Tibás, Curridabat, Acosta y Vázquez de Coronado.
Alajuela: Alajuela (excepto distrito de Sarapiquí), Naranjo, Río Cuarto y el distrito Pital de San Carlos.
Cartago: La Unión y Oreamuno.
Heredia: Heredia (excepto Varablanca), Belén, Flores, Barva, San Pablo y Santo Domingo.
Puntarenas: Garabito, Montes de Oro, y el distrito Palmar de Osa.
Limón: Limón.
LEA MÁS: Manténgase activo, pero protéjase contra la covid-19
El jerarca de la CNE recordó que hay 27 cantones que tienen un trabajo de seguimiento con el apoyo de seis viceministros, CNE, Salud y autoridades municipales, además hay 125 distritos en todo el país en alerta temprana por casos de fiebre y tos.
“Quiero referirme a algunos números que nos arroja la Sala de Análisis y que nos hacen reflexionar (...) de acuerdo con los datos, el 75% de los casos con nexo identificado está relacionado con actividades sociales y familiares, y eso, solamente nosotros podemos cambiar esa realidad", dijo.
Asimismo, de los datos de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social, el 35% del total de casos confirmados ( casi 50.000) están relacionados con contagios en actividades sociales y 19% con trabajo.
“Eso nos lleva a reposicionar el mensaje de que la responsabilidad está en cada uno de nosotros”, expresó.
Escenarios de riesgo
De acuerdo con Solís hay cuatro escenarios:
1. Cantones en alerta amarilla que tienen un plan de prevención que opera y suerte efecto.
2. Cantones con riesgo moderado que a pesar de estar en alerta amarilla no tienen un plan de acción definida, y por lo tanto, se deben tomar medidas más fuertes para controlar el distanciamiento físico y la movilidad. También incluye cantones en alerta naranja que tienen un plan cantonal implementado y por lo tanto hay mitigadores de riesgo que permiten operar más abiertamente.
3. Zonas de riesgo aumentado donde aún con el plan funcionando no hay posibilidad por parte de los planes y las acciones locales de controlar los brotes, de modo tal que ahí lo que se denota es que estamos teniendo un comportamiento preventivo inadecuado y que requerimos redoblar esfuerzos.
4. Riesgo intolerable donde necesariamente se tendrían que elevar los niveles de alerta en todos los cantones. “Eso es, prácticamente, subir un grado en el nivel de alerta y por lo tanto tomar medidas extremas para poder proteger la salud de todas las personas enfermas”.
El esfuerzo siempre es para mantener el riesgo controlado, para lo cual manejan tres umbrales, cuando un cantón supere el umbral de tres es que “se salió de control”.
Por eso dijo, lo que comienza no es solamente apertura, sino que implica riesgos. En caso de que se dé un aumento exponencial de casos, un descontrol, habrá que reunirse con las autoridades locales para informarles de que no es posible continuar con el modelo de corresponsabilidad y deberán aplicarse “medidas fuertes”.
"Hago un llamado vehemente a que abramos los ojos, realmente abramos los ojos, vemos manifestaciones, fiestas, reuniones grandes aglomeraciones y no nos damos cuenta de que estamos en una situación muy crítica, tanto en la parte económica con como en la parte de salud, tenemos que hacer un balance en ambas partes.
“Eso me lleva a decir que todos tenemos que tomar la responsabilidad, esto es real, esto no es ficticio, esto no es un sueño, es una pesadilla, pero es real, tenemos que entender eso y por eso tenemos que cuidarnos, todos tenemos que tomar acciones para prevenir, no dejar que el covid-19 llegué a nuestras vidas.
"Hoy casi cualquier costarricense sabe de alguien, conoce a alguien que tuvo covid, que está aislado, que es sospechoso o en el peor de los casos conoce de una familia que ha perdido un ser querido y eso no puede seguir así desarrollándose, así que tomemos el control, no bajemos la guardia”, manifestó.