¿Cómo se definen las alertas naranja o amarillas para las comunidades durante la pandemia de covid-19?
Responder esa pregunta que inquieta a todo el sector productivo y los alcaldes del país fue el objetivo principal de la conferencia de este martes, para cuando se registraron 503 nuevos contagios y un acumulado de 16.344 casos.
Con esa cifra, Costa Rica superó antes de lo previsto el número que pretendía para setiembre, de cumplirse las medidas de distancia e higiene.
Salas también informó de que el país ya reporta 125 fallecidos al sumarse 10 nuevas muertes, con 323 personas hospitalizadas y 53 de ellas en cuidados intensivos.
De acuerdo con el jerarca, los cantones entran y salen de la alerta amarilla o naranja con base en ciertas variables de riesgo epidemiológico que van más allá de la cantidad de contagios entre sus habitantes.
Este martes, Salas habló del concepto de “tasa de ataque” cantonal para explicar cómo se declara la condición de riesgo en una u otra zona del país y cuál es el riesgo incrementado de contagios en cada cantón, según el análisis.
A partir de esos resultados se determina si es necesario limitar la movilización de las personas y limitar actividades económicas.
Las autoridades hoy, añadió, consideran una matriz de variables las cuales les permitirán conocer con cierta anticipación donde hay un riesgo incrementado de contagio.
Las explicaciones se dan luego reclamos de gobiernos locales y población en general por esa clasificación naranja o amarilla, que ha mantenido cerrados casi tres semanas todos los negocios de atención al público considerados no esenciales, tales como tiendas, bazares, restaurantes, gimnasios y salones de belleza; entre otros.
En el caso de la alerta naraja se aplica desde el 17 de julio para 34 cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM), donde vive el 58% de la población, y para 13 cantones más fuera de esa región.
La intención es mantener la medida hasta el 31 de julio, con el fin de contener contagios y recuperar la trazabilidad del virus.
Tasa de ataque
De acuerdo con las explicaciones del ministro, para tomar decisiones se toma en consideración una razón de riesgo cantonal por tasa de ataque (por semana epidemiológica), que incluye la cantidad de casos nuevos con respecto a la cantidad de población de un cantón, dividida entre la cantidad de casos nuevos a nivel país entre la población nacional.
Esa ecuación aporta el 66% del posible de riesgo.
Además, dijo, se considera una pendiente y coeficiente de variación (últimas tres semanas epidemiológicas): eso describe un aumento o disminución semanal de casos activos de cada cantón. Esa parte del modelo, aporta el 33% adicional de riesgo posible.
Todo ese análisis estadístico además se alimenta del contexto local de cada cantón según reportes de las áreas del Ministerio de Salud y de la Caja Costarricense de Seguro Social, con el fin de tomar en cuenta particularidades de la zona y sus realidades.
El 19 de julio anterior, cinco alcaldes alegaron inconformidad con la declaración de alertas anunciada por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Su reclamo se dio justo después de que el jerarca municipal de Garabito amenazara con sublevarse si no levantavan la alerta naranja para su cantón. cantón.
Según la CNE, hubo un error y Garabito debía estar en alerta amarilla y no naranja. Rechazó que la amenaza del alcalde tuviera alguna incidencia.
La queja se reiteró por parte de los gobiernos locales de Paraíso, Cartago, Oreamuno, Cañas y San Ramón, los cuales solicitaron explicaciones sobre las razones para que sus localidades fueran puestas en alerta naranja. Solicitaron que en algunos casos se reevalúen las medidas o se apliquen solo en distritos muy afectados.
Mario Redondo, alcalde de Cartago, propuso apenas este lunes “negociar un protocolo” que permita reanudar la mayor parte de la actividad económica de su cantón garantizando la protección de la salud ante el covid-19.
Él respalda su solicitud en que Cartago registra 102 casos activos de coronavirus, lo que equivale al 0,9% de los casi 11.400 contagios activos que hay en el país, según datos del Ministerio de Salud.
Al cierre de su intervención este martes, el ministro de Salud señaló que las variables epidemiológicas tiene que contemplarse en la construcción de esa escala de alertas, pero aclaró que eso está en constante evolución e incluso planean traducir otras variables socioeconómicas en el proceso de ponderación de alertas que congelan o estimulan la vida económica en las comunidades.
Se espera que a más tardar el 31 de julio se anuncien cambios en las alertas de cara a la apertura, el 1.° de agosto, de las fronteras aéreas y reanudación de vuelos desde la Unión Europea, Reino Unido y Canadá.