Espere, no se emocione más de la cuenta. La mayor apertura que se espera a partir de este miércoles no es sinónimo de que ya todo está bien y que usted y los suyos pueden regresar a lo que hacían antes de que se desatara esta pandemia y nos pusiera a todos contra la pared.
Si no lo cree, échele un ojo a las cifras de enfermos, muertos y hospitalizados en Cuidados Intensivos por covid-19. ¿Las vio? Van para arriba.
El SARS-CoV-2, que ocasiona la covid-19, sumaba hasta este 7 de setiembre 510 fallecidos, y 496 personas hospitalizadas, 213 de ellas en Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), el número más alto hasta ese momento.
¿Por qué, entonces, las autoridades deciden relajar más las medidas y cambiar el llamado de ‘Quedate en casa’ por el de ‘Costa Rica sale a trabajar y se cuida’?
Sencillo. La apertura pretende dar un respiro a la contraída economía nacional, pero deja en manos de cada uno de sus habitantes la responsabilidad de cuidarse y frenar el avance acelerado del virus.
Marcela Hernández de Mezerville, pediatra infectóloga del Hospital Nacional de Niños y una de las voceras de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para esta pandemia, lo confirma.
“Ahora, la eficacia y el éxito que se logre dependerá de la responsabilidad individual. Recae en cada uno de nosotros cuidarnos y cuidar a quienes viven a nuestro lado y a las personas de mayor riesgo.
“El hecho de que se haga una apertura no quiere decir que los casos estén bajando, más bien están subiendo. Llegará el momento en que la mayoría nos hayamos infectado, pero en ese transcurso no podemos voltear los ojos y pensar que no va a haber gente fallecida. El sistema de salud todavía corre el riesgo de claudicar y nos puede pasar lo que vimos que le pasó al resto del mundo”, advirtió la especialista.
Tampoco es un secreto que el país está en transmisión comunitaria sostenida desde hace varios meses; una que es cada vez más difícil de controlar porque, como seguro usted también habrá visto, cada día se suman más de 1.000 casos nuevos, imposibles de rastrear en todos sus contactos.
“Esa cadena de transmisión ya es tan grande que es imposible rastrear los contactos. Ahora, solo se identifican los más cercanos”, explicó Hernández.
El mejor consejo es blindarse lo más que pueda contra esa amenaza, y si se quiere comportarse con el mismo principio que rige la conducción vehicular: comportarse a la defensiva.
Es decir, asumir que cualquier persona con la que interactúe es potencialmente un enfermo de covid-19 presintomático o asintomático. Un ser humano con la capacidad de contagiarlo.
Las medidas de protección usted las conoce más que suficiente. Se las han repetido una y otra vez a lo largo de los últimos seis meses, pero bien vale la pena repasarlas:
1. Respete y mantenga el distanciamiento físico mínimo de 1,8 metros con otras personas que no formen parte de su burbuja social.
2. Mantenga el hábito de lavado de manos, constante y adecuado.
3. Practique los protocolos de estornudo y tosido.
4. Procure quedarse en casa si no es estrictamente necesario salir. Esto incluye la posibilidad de realizar teletrabajo si tiene la oportunidad de hacerlo.
5. Manténgase dentro de su burbuja social. Recuerde que esa burbuja la conforman quienes viven con usted bajo el mismo techo. No son sus amigos o sus compañeros de trabajo, o los colegas de mejengas o de cleteadas de fin de semana.
Olvídese de inventar burbujas sociales de 10, 15 o más personas. Eso, en este contexto, no funciona y, como dice el gerente médico de la CCSS, Mario Ruiz Cubillo, no aporta ningún beneficio, solo genera más enfermos y una peligrosa presión a los servicios de salud.
6. Incorpore el uso de mascarilla, sobre todo a la hora de permanecer en espacios cerrados. Este equipo de protección personal le reducirá el riesgo de contagio por dos razones: porque se reduce la posibilidad de recibir partículas de saliva contaminadas de otras personas, que podrían ingresar por nariz o boca; y porque en caso de estar enfermo, usted protegería a otros de un eventual contagio.
Pero, ¡ojo! No confíe solo en el uso de la mascarilla. Esta medida de protección funciona en la medida en que usted también realice otras prácticas seguras para su salud y de quienes lo rodean, como las que ya hemos mencionado en esta nota.
7. Recuerde que la careta (o pantalla) solo protege sus ojos. Usarla sola no es recomendable porque deja expuestas sus vías respiratorias.
Los especialistas solo recomiendan su uso en personas que tengan alguna contraindicación médica; entre ellas, enfermos respiratorios, y personas con demencia y otros trastornos cognitivos). Si decide usar careta y mascarilla, estará más protegido, aunque recuerde que el riesgo cero no existe y, de nuevo, estos equipos solos no sirven si no practica el correcto y frecuente lavado de manos, el distanciamiento social y el protocolo de estornudo y tosido.
8. Procure no tocarse la cara, especialmente, ojos, nariz y boca. Esas son las vías de ingreso del coronavirus. Evite tocarse la cara, sobre todo, cuando está fuera de su casa.