En 2009, fue la gripe AH1N1 la que obligó a las autoridades de salud a prohibir la realización de la romería que moviliza a miles de fieles católicos hasta la basílica de los Ángeles en Cartago.
Once años después la historia se repetirá por culpa de otro virus, el SARS-CoV-2 causante de la covid-19, según se desprende de las palabras pronunciadas este martes por el ministro de Salud, Daniel Salas.
El jerarca informó de que conversó con los miembros de la Conferencia Episcopal, máximo órgano de la Iglesia católica, para advertirles del riesgo de hacer una romería en medio de una pandemia como la que se enfrenta.
No obstante, dijo, será la Conferencia la que emita un comunicado.
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“Ya hemos conversado con la Conferencia Episcopal sobre los riesgos que representa este asunto para la población. Ellos están completamente conscientes de que en este momento hay un riesgo incrementado en medio de la covid-19.
"Quiero informar a la población de que todos los miembros de la Conferencia están sumamente conscientes y colaboradores en el sentido de que entienden el riesgo que existe con la romería efectuarla en medio de una pandemia”, dijo Salas.
Sus manifestaciones se dieron al mediodía durante la conferencia para actualizar la situación de covid-19 en el país, que para este martes llegó a los 804 contagios, contados desde el 6 de marzo. Ya el 65% de las personas afectadas están recuperadas.
De esta forma, es un hecho que no habrá romería que se realiza en días previos al 2 de agosto, cuando se conmemora la aparición de la imagen de la Virgen, en Cartago.
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Para ese momento además, aún no estarán permitidos los eventos masivos, según el plan de flexibilización de medidas dado a conocer por Salud, el lunes.
De acuerdo con ese cronograma de cuatro fases, las actividades religiosas con u máximo de 75 personas se permitirán a partir del 22 de junio, y con la participación de un máximo de 100 a partir del 1.° de agosto. En todos los casos, debe haber una distancia de 1,8 metros entre una y otra persona.
Bajo ese esquema, la romería queda sin posibilidad alguna.
“El Gobierno nos ha vetado la realización de la romería y los festejos de la patrona de Costa Rica, Virgen de los Ángeles”, manifestó el obispo emérito Francisco Ulloa, al recordar que el estaba a cargo de la diócesis de Cartago la primera vez que ocurrió.
Tradición rota
La cancelación de la romería en 2009 fue una medida sin precedentes en el país; rompió una tradición iniciada en 1782 cuando los devotos empezaron las peregrinaciones hacia el santuario de la Negrita .
En aquel momento, la decisión le correspondió a la entonces ministra de Salud, María Luisa Ávila, ministra de Salud, en momentos en que Costa Rica enfrentaba la primera ola o pico de contagios por la influenza pandémica, la cual en ese entonces había matado a 12 ticos e infectado a otros 500.
La romería se suspendió debido que los estudios epidemiológicos revelaron que el 90% de los ticos eran susceptibles de contraer el virus AH1N1.
Si tan solo el 1% de los caminantes enfermos de la gripe hubiera hecho la romería ese año, se hubieran reportado cerca de 20.000 personas enfermas en un lapso de entre 72 horas y siete días después de la celebración.
Los hospitales hubieran colapsado, pues las camas y el equipo médico habrían sido insuficientes. Esta situación sería igual o peor hoy con la covid-19 en caso de que no se acate el distanciamiento social y aumente el pico de contagios exponencialmente.
En 2009, las autoridades eclesiales tomaron medidas adicionales para tratar de desalentar a los romeros persistentes; cerraron la basílica de los Ángeles.