La aspiración original de pensionarse como médicos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) se convirtió en un anhelo no cumplido para un ortopedista, un urólogo y un cirujano reconstructivo que renunciaron a la institución.
Su formación se la deben a la CCSS, que hasta el día de hoy es la única institución formadora de todos los médicos del país (generales, especialistas y subespecialistas), con excepción de aquellos que siguen sus estudios en el extranjero.
Tres de estos extrabajadores accedieron a hablar con La Nación para compartir las razones que los alejaron de consultorios, salones y quirófanos de hospitales públicos. Son médicos que trabajaron entre 10 y 25 años con la institución.Todos solicitaron reservar su identidad.
‘CCSS es muy desordenada’
Su especialidad es Ortopedia y Traumatología. Hace cinco años, renunció a la CCSS en donde se formó y trabajó alrededor de una década. Actualmente, trabaja para el Hospital del Trauma, administrado por el Instituto Nacional de Seguros (INS).
Sus razones para dejar la institución que lo vio crecer como profesional y médico especialista trascienden lo económico. Las resume así: “Ahora, soy feliz. Estoy más capacitado académicamente. Trabajo tiempo parcial, a veces en el día, a veces en la noche. Paso tiempo con mi familia.
“La CCSS lo que tiene que entender es que muchos de los que se van quieren trabajar con ella pero la inflexibilidad y el desorden hacen que muchos se quieran ir”.
“Trabajé para la Caja alrededor de una década. Hacía jornada completa y tiempo tiempo extraordinario para completar el ingreso. A veces dos o cuatro guardias en un mes. Entraba a las 7 a. m., salía a las 4 p. m., entraba a esa hora a la guardia y salía al día siguiente para volver a comenzar. Esto, una vez a la semana, al menos”, recordó.
Hace cinco años que esas experiencias se convirtieron en recuerdos. Hoy, con menos carga de trabajo y más tiempo para su consulta privada, estudios y familia, no solo gana el doble (pasó de ganar un promedio de ¢2 millones a ¢4 millones mensuales); también tiene más paz.
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“Uno de los temas relevantes para mi renuncia fue el desorden administrativo. Yo le tengo mucho cariño a la Caja, pero siento que es sumamente desorganizada. Siento que ha caído en una cultura de ineficiencia. En mi caso, dejaron mi nombramiento en el aire. Al final, tomé la decisión de irme.
“Conozco muchísimos casos de médicos que se han ido por esta cultura de ineficiencia. Son personas que se han desmotivado en su trabajo, además del tema salarial y la inflexibilidad de horarios”, agregó.
Según cuenta este ortopedista, aunque los médicos crean un vínculo con la institución, llega un momento en que se vuelve difícil trabajar por una sensación, dice, de que es imposible generar cambios. “Esto hace que se pierda ese vínculo y empiece a valorar irse”.
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‘Jefaturas son un detonante’
Este urólogo trabajó más de 20 años con la CCSS. “Mi huida no fue ni prematura ni precipitada. Fui médico general en emergencias de Cartago, residente de Urología en cuatro hospitales nacionales, fui urólogo en San Ramón, y casi 20 en un hospital nacional.
“El detonante principal, o lo que más desmotiva a la gente son las jefaturas y las tonteras por las que molestan a subalternos. La CCSS, en su afán de tener especialistas amarrados a tiempo completo, no les da libertad de tener horarios flexibles, y los especialistas se van porque el sol calienta mejor afuera.
“En mi caso particular fue por mi jefe. Yo me sostuve con medio tiempo por diez años. Poco a poco, dejé de ir haciendo turnos de emergencias, las disponibilidades, hasta que llegué a un punto de un sueldo simbólico de 4 horas sin extras, que llegó a representar menos del 20% de mis ingresos al mes. Yo fui migrando de forma lenta y segura hacia mi práctica privada”, relató este urólogo, quien hace poco presentó su renuncia definitiva.
El ambiente laboral fue su principal razón para tomar la decisión definitiva. “Mi jefe se remató al final con gritos, groserías y un ambiente tétrico, con un servicio totalmente desmotivado. Un día, cansado, le llevé la carta de renuncia. Empezó a gritar que qué iba a ser con mis consultas y mis cirugías... Mi salida de la CCSS fue mi salida de una jefatura y no del hospital, al que amo, y al cual me entregué”, aclaró.
La salida paulatina, que inició hace alrededor de una década cuando logró rebajar la jornada a la mitad, le permitió consolidar su consulta privada, pagar deudas como la casa, y ahora vive feliz, contó.
“Yo estoy en el punto de mi vida en que, gracias a mi jefe, mandé todo al carajo y estoy siendo verdaderamente feliz. Manejo mi tiempo, estoy tranquilo, no me desvelo, sé lo que puedo y no puedo operar, sé cómo manejar mi consulta y doy clases en universidades”, afirmó.
Mal clima laboral lo expulsó
Es cirujano reconstructivo con varias décadas a la espalda en la CCSS, una institución de la cual no se queja. “Todo médico debe reconocer que la CCSS es la que nos termina formando como especialistas. Es una escuela enorme que se desearían muchos a nivel mundial.
Como otros médicos, solicitó rebajar la jornada laboral para dedicar más tiempo a la familia y a su consultorio privado.
“Mi antiguo jefe me dio permiso para trabajar medio tiempo. Pero el nuevo jefe me quitó todo. Fueron cuatro años de confrontaciones”, recordó.
“Me aguanté, me aguanté, al punto de que me desmotivé para ir a trabajar. Emocional y psicológicamente estaba consumido. Se advirtió hasta a las altas jerarquías del hospital, que hicieron un grupo de apoyo técnico para ver qué estaba sucediendo y comprobaron los problemas de ambiente laboral, pero no hicieron nada, hasta que varios botamos el tapón”.
Y ese “botamos el tapón” fue una salida en bloque de varios colegas de especialidad, al mismo tiempo, del mismo hospital. Desgraciadamente, es una situación que duele muchísimo. Todos hablan del aspecto monetario. Tampoco eso significa que al mes me llueven los pacientes y el dinero. Esa no fue mi situación personal. Pero sí encontré paz en mi vida.
“Me han llamado, pero si regreso no haría ni disponibilidades ni tiempo completo. Yo podría volver y considerarlo pero si me quitan al jefe que hay en este momento”.