Óscar Fallas Camacho estuvo sentado en la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) hasta el martes 24 de abril, cuando renunció como representante estatal un mes antes de que finalizara su nombramiento.
Su salida paraliza por segunda vez desde marzo al máximo órgano de decisión de la Caja y pone en pausa la toma de decisiones críticas: la reestructuración del nivel central, la elección de gerentes y la reforma al principal régimen de pensiones del país: el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
El día de su renuncia, Fallas no quiso entrar en detalles sobre las razones de su salida. Fuentes cercanas a la Junta, comentaron que su dimisión se dio mientras se discutía la elección de gerentes.
La Nación conversó con Fallas 24 horas después, el miércoles 25 de abril. Este médico de profesión, quien fue gerente médico cuando su colega Guido Miranda Gutiérrez dirigió la CCSS, en los años 80, atribuye su salida a lo que califica como "manipulación de las decisiones" en el proceso de elección de cuatro puestos gerenciales, incluido el de gerente general.
Habla de "falta de dirección técnica" en clara alusión al estilo de gestión de Fernando Llorca Castro desde que asumió la presidencia ejecutiva de la Caja como reemplazo de María del Rocío Sáenz, en junio del 2017.
Lamenta el daño que todo esto le está generando a la Caja, una institución que maneja casi una tercera parte del presupuesto nacional en su tarea como administradora de los seguros de pensiones y salud.
Fallas, de 80 años, sostiene que había que prolongar los nombramientos a Gustavo Picado Chacón (exgerente financiero), María Eugenia Villalta Bonilla (exgerenta médica) y Dinorah Garro Herrera (exgerenta de Logística) mientras la nueva junta –que asumiría en junio– se acopla a sus nuevas funciones. Los exgerentes finalizaron la segunda semana de abril.
Tampoco estaba convencido sobre la conveniencia de nombrar un gerente general como gran coordinador de las gerencias institucionales; un cargo que, según sus cálculos, generaría a la institución gastos anuales cercanos a los ¢100 millones anuales por toda la burocracia que implica el puesto (asesores, salario, personal administrativo).
Este es un resumen de la conversación que sostuvo con este medio.
- ¿Por qué renunció?
- Mi renuncia quizá se dio en un momento de cansancio, al notar un ambiente y un proceso en la institución a la hora de seleccionar los gerentes y el gerente general, que no me satisfacía. Porque creo que ahí ha habido un juego de posponer, atrasar, favorecer o quitar a algunos que podrían ser no los que desea la persona que está trabajando el proceso.
"Y se han puesto muchas excusas. A la hora de decidir el mecanismo para hacer las entrevistas se dijo que uno de los candidatos para la gerencia general había planteado (una recusación) contra tres miembros de Junta: Adolfo Gutiérrez (representante patronal), José Loría (laboral) y Oscar Ricardo Fallas (estatal), y que la Junta debería tomar una decisión. Nosotros, cuando se trata de una recusación, automáticamente nos salimos de la Junta porque no podemos participar. No necesitamos que nadie nos diga que nos salgamos.
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"Salimos y estuvieron deliberando más de una hora. Nos llamaron y cuando llegamos una compañera (Mayra Soto, representante laboral) nos notificó una posición tomada de aceptar la propuesta que hace la Dirección Jurídica de que ese recurso debe desecharse. Pero otro miembro (Mario Devandas, representante laboral) dice que cree que se debería investigar si el recurso es válido o no, si nos inhibe para poder votar en el proceso. Y el presidente (Fernando Llorca) dice que está de acuerdo en que es mejor consultar a una dependencia..."
- ¿Al Ministerio Público?
- Al Ministerio Público... Yo vi que ya estaban jugando elementos que no eran los propios de un proceso. Frente a esto no es que yo me enojé. Es el juego que están montando para posponer un poco la situación y estar jugando un partido que no se ha terminado. Lo que se busca es ver cómo se acomodan las fichas. Además, la persona que me recusaba, con quien no tengo nada en absoluto...
- ¿Podemos saber quién es?
- (Citó el nombre de un funcionario) Él presenta alegatos. Nos ha acusado de tráfico de influencias. Yo les dije, 'esto es un juego y esto es una irresponsabilidad. La Junta Directiva no puede prestarse para este tipo de cosas. Tenemos que resolver esto cuanto antes' (la elección de gerentes).
"Yo soy partidario de que si a mí me excluyen de una entrevista, me excluyen de todo el proceso. Lo que yo he sentido es que hay un deseo, entre otros del presidente (Fernando Llorca Castro) y del mismo Mario (Devandas), de querer posponer la cosa o buscar la forma de excluir a algunas personas.
- Según usted, ¿por qué ese interés de posponer y excluir?
- Ellos dicen que ya hay elegidos. Dicen que los de la Uccaep (representantes patronales ante la Junta) ya tienen candidatos, algo que yo no sé. Todos, al ver la lista, vamos haciendo un análisis, lo cual es muy normal. Pero yo creo que en el miedo de que queden las personas que ellos no quieren están buscando la forma de excluirlos.
"Es el caso del señor exgerente financiero (Gustavo Picado Chacón, cuyo nombramiento terminó el 15 de abril). Se excluye porque dicen que no tiene una maestría, aunque la ley no dice nada sobre esto. La Junta Directiva pidió en algún momento ese requisito. Pero resulta que el gerente financiero se acoge a una normativa interna de relaciones laborales que dice que aquellos funcionarios que han ocupado un cargo se excluyen de nuevos requisitos para ocupar un nuevo cargo. Yo no sabía de eso, sino que la Dirección de Recursos Humanos dijo que lo planteado por el exgerente financiero...
¿Gustavo Picado?
... sí, Gustavo Picado, tenía toda la validez, y que eso había que aceptárselo porque está en la normativa interna. Yo dije: 'si eso es así, santo remedio, nos quitamos eso de encima, lo incluimos, se entrevista, si hay alguien mejor que él lo escogemos'. Pero lo que sí vi fue la posición de querer excluir a personas. Yo no encuentro el porqué ni han dicho por qué. Si dijesen por qué no los quieren, tal vez uno dice, 'hombre, tienen razón'.
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- ¿Está entre esas personas interesadas en dilatar el presidente ejecutivo, Fernando Llorca?
- ¡Ah, sí! Me parece que él es el más culpable de posponer esto. Yo a veces lo veo muy angustiado, pero sí creo que él no quiere que esto salga. Es que él también es ambivalente: de repente dice una cosa, como lo que le dijo a usted, que es mentira. Yo a la Dirección Jurídica no le aceptaría que me diga que salga (de la sala de sesiones de la Junta Directiva). Eso no es cierto, no es cierto que yo renuncié porque me sacaron de Junta...
¿O por lo del Ministerio Público? Uno lo que piensa es 'cuál es el miedo'. El Ministerio Público puede decir que no pasa nada, pero si descubre algo, mejor.
- Mi lectura es que son estrategias para dilatar el proceso.
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- ¿Esto se lo quieren dejar a la próxima administración?
- ¡Yo no quería! Estaba citado para que el martes pasado (24 de abril) hiciéramos las entrevistas (a los candidatos a las gerencias) pero él (Llorca) salió con que no tenía las formas para hacerlo, que cómo íbamos a entrevistar a las personas, que qué preguntas les íbamos a hacer... esto es para dilatar todo el proceso. ¡No hay de otra! Yo tenía hasta un esquema hecho para ver cómo calificaba a los diferentes participantes...
- ¿Ya había pensado antes en renunciar?
- Ya había pensado en renunciar hace un tiempo atrás, pero siempre hay algún sentimiento que lo mantiene a uno. Es más, tengo una carta justificando más puntos de lo que hoy he señalado. No es válido que el señor Llorca trate de decir que yo me enojé y que él lamenta los asuntos pendientes (al quebrarse el cuórum estructural y no poder sesionar).
"El viernes pasado hubo una convocatoria para una (sesión) extraordinaria, donde íbamos a ver lo de la mesa de diálogo (reforma al IVM), pero solo fuimos tres: Adolfo Gutiérrez, José Loría Chaves, y este servidor. Él (Llorca) no llegó. El lunes (23 de abril) tuve que presidir toda la sesión porque él tampoco estaba. No dice las verdades. Él hace creer que nosotros somos los culpables porque las cosas no caminen, pero él nos convoca y no va".
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- La visión que algunos tienen de usted, dentro y fuera de la Caja, es que es una persona calmada, comedida, ¿pero hubo algo que lo impulsó a decir 'ya no más. Me voy'?
- El entender que todo lo que estaba pasando era como un juego de naipes, que se está jugando con la institución y que yo me estaba prestando para eso. Viera que lo pensé mucho por la ruptura del cuórum legal. Pensé que él (Llorca) iba a ser más ágil y que iba a llamar inmediatamente a Casa Presidencial –porque ese día había Consejo de Gobierno– para que ese mismo día llamaran a una persona por el tiempo que me faltaba a mí, que es un mes y resto. ¡Inocente yo!
"Yo me sentí mal en ese sentido, pero sentí que no podía echar más. De repente uno se hace una autoevaluación, y dice '¿seré yo el que estaré haciendo las cosas tan mal, seré el obstáculo para que esto no camine''. Esto también lo he pensado".
- ¿Y qué se ha contestado a esas preguntas?
- Siento que no, pero sigo insistiendo en contestármelas. Y digo 'tal vez soy yo, mejor que venga alguien que tenga más paciencia y virtudes y que ayude a resolver esto'. Es difícil. La Junta Directiva es un tema complicado porque somos abogados, economistas, ingenieros, médicos, comunicadores... ¡en fin! Una variedad tan grande de formaciones y a veces nos cuesta ponernos de acuerdo.
- La CCSS ha tenido momentos críticos, pero es la primera vez que se percibe un ambiente tan espeso y contaminado en la Junta. ¿Cuál es su percepción?
- Todo esto surge esto con un cambio de presidente ejecutivo que fue un daño para la institución, a mi juicio muy alto. Quitar a la señora Rocío (Sáenz Madrigal) y a su equipo de apoyo fue, a mi gusto, una barbaridad, porque le dio un golpe tremendo a la institución. Porque ingresa una persona que no tiene experiencia, y cambió todo el equipo de apoyo que tenía Rocío Sáenz.
"Él tampoco tiene una vivencia cercana de la CCSS, y además entró con mucho miedo. Esa es una lectura mía. Lo vi siempre más allá de lo que él decía que era. Porque tenía dos o tres maestrías, con experiencia de trabajar en Inglaterra y en España. Eso es lo que él dice, pero a la hora de la hora para manejar la Caja no tenía las habilidades. No las tiene y no las ha podido demostrar.
"Esa es mi lectura. No estoy diciendo que sea un inepto ni un sinvergüenza, pero sí que le falta experiencia. Comenzó a criticar a la institución apenas llegó.
"La camisa es demasiado grande para la experiencia de él. No digo que sea inepto pero no ha tenido esa vivencia. Lo que conozco es que trabajó en una población indígena y en una clínica periférica como médico de consulta".
- Pero gerenciar un servicio, administrar médicamente un hospital, ¿eso no lo tiene?
- Lo desconozco. Él dice que gerenciaba instituciones de seguro privado. La Junta Directiva tiene una presión muy fuerte. Por ejemplo, cuando él dijo que los gerentes no le hacían caso, lo cual lo dijo públicamente, yo repliqué: 'es culpa tuya, porque a mí un gerente o me hace caso o me hace caso'.
"También esta situación se ha recrudecido al final de un periodo de una Junta Directiva muy preocupada por querer dejar caminando muchas cosas. Hay toda una propuesta para revisar el modelo de prestación de servicios de salud, que es el principal problema que tenemos, significa montar el sistema de planificación para funcionar adecuadamente.
"Esas son las cosas que deberíamos estar propiciando y moviendo, pero se ha quedado ahí..."
- Entonces, ¿ha sido Llorca el factor que alteró el orden de trabajo de la Junta Directiva?
- Un cambio de la cabeza desde el Poder Ejecutivo sin que fuera sopesado a consciencia de las habilidades. Él era viceministro de Salud, pero esto es un mundo diferente. María Elena López (exministra al inicio de la presente administración) renuncia y lo pasan a él de ministro. Pero llega a la Caja y lo ponen en un cargo que es como si me dieran a mí un jet. Yo puedo decir que sí pero seguro que lo voy a llevar a la catástrofe.
- Los grandes temas (reestructuración, gerentes, pensiones), ¿ya quedaron en nada? Por lo menos ustedes, como Junta Directiva, ya no tienen margen de tiempo para maniobrar.
- En la cancha quedan muchas pelotas brincando. Unas con más y otras con menos aire.
- Usted es representante estatal. Lo nombró el Poder Ejecutivo. ¿Se ha comunicado alguien de la Presidencia con usted o usted con alguien de la Presidencia?
- El reglamento de la Junta Directiva dice que yo renuncio ante la Junta esta se comunicará ante el Poder Ejecutivo para que tome las medidas de sustitución.
- Llorca dijo que usted le enviaría una carta con las razones al Presidente...
- No, no no. En absoluto. Ni le voy a explicar al señor presidente (Luis Guillermo Solís) esto. Yo renuncio de acuerdo al reglamento porque cada uno en la Junta Directiva es autónomo y responsable de sus actos.
- ¿Cómo ve los próximos meses la CCSS en vista de que deja a la Junta Directiva con ese ambiente y viene nuevos directivos?
- No sé si uno o dos miembros van a quedar (menciona a Rolando Barrantes, representante estatal; y Marielos Alfaro, de los patronos). Valdría la pena que siguieran para continuar los proyectos y que este proceso de reestructuración se lleve a buen término pero con todas las cuentas claras.
- ¿Cómo se siente usted después de salir de la CCSS?
- Yo soy criticado por todos mis amigos, que me ven desde afuera y me preguntan por qué estoy aquí. Les doy el capotazo, y les digo que yo siento que le debo mucho al país. Fui becado, fui a estudiar Medicina a México en una época en que no había escuela aquí. Me dieron una ayuda de $30 mensuales. Eso fue muy importante para mí. Yo estoy muy agradecido. Yo no puedo decir que no tengo una obligación con la sociedad nuestra.
"La CCSS me dio de comer, me dio oportunidad de crecer. Yo me sentía moralmente y afectivamente con ganas de servir. Fui miembro de la Junta Directiva y no lo pensé dos segundos cuando Laura Chnchilla (expresidenta) me lo ofreció.
"Esa Junta Directiva debe ser reformulada en su estructura: uno solo tiene que leerse 400 documentos para cada sesión, analizarlos para tomar decisiones. Sí debería dársele un apoyo técnico sin que se convierta una gollería de nombramientos, para que un director tenga más capacidad y conocimiento para decidir y manejar la institución.
"Yo quería haber llegado hasta el último día y haber dicho 'cumplí con mi obligación´, pero desgraciadamente no pude, me entristece haber salido".