Solo un recurso de amparo le permitió a Stephanie Vargas Villalobos conseguir los resultados de una tomografía que le hicieron en el Hospital México en junio. Cuando acudió a la Sala IV, esta paciente con cáncer de mama llevaba tres meses de angustia a la espera de la lectura del estudio.
El Hospital México acumula 8.192 estudios pendientes de interpretación, lo cual corresponde a 4.575 pacientes. Estas personas deben esperar, en promedio, ocho meses, una situación que es especialmente crítica para enfermos oncológicos.
Vargas Villalobos, de 35 años y vecina de San Antonio de Naranjo, en Alajuela, accedió a contar su historia con el objetivo de que esta situación no la vivan más personas, sobre todo, los enfermos de cáncer, para quienes cada minuto de vida cuenta. Este es su relato.
“Soy paciente oncológica. Tengo cáncer de mama, diagnosticado a los 31 años. Me detectaron el gen BRCA2 y se me desarrolló el cáncer triple negativo, que es el más agresivo y mortal. Casi no hay medicamentos y la sobrevida es muy poquita.
“Mis controles con TAC son cada cuatro o seis meses. El más reciente me lo hicieron el 19 de junio para que lo viera mi oncóloga en la cita de finales de julio. Pero llegué a la cita y los resultados no estaban.
“La doctora me programa otra cita y me envía a Radiología con una carta, solicitando el tac con urgencia por mi situación de alta prioridad. Llegué a la otra cita, la del 28 de setiembre, y tampoco estaban los resultados.
“Las dos veces que fui a preguntar por el reporte me encontré con muchas personas esperando. Cinco la última vez. Lo que nos dicen es que tenemos que esperar porque los radiólogos renunciaron y la lectura está a larguísimo plazo, que tengamos paciencia, que el hospital está saturado...
“Pero eso no es culpa de nosotros. Yo le agradezco a la oncóloga que me ve en el hospital, Rita Flores, porque realmente se preocupa por nosotras. Nos hace cartas, pero ni aún así. Vea que dos citas y nada del TAC.
“La doctora me dijo que no podíamos darle largas. Yo esperé más de tres meses cuando se supone que un reporte tiene que estar en un mes como máximo, más en personas que tienen metástasis y están luchando contra la enfermedad.
“En la consulta de setiembre, la doctora no me ocultó su preocupación porque necesitaba ver el reporte para ver si había o no metástasis y decidir qué seguía en mi tratamiento.
“El tac de junio era de todo mi cuerpo: cabeza, pelvis, abdomen y tórax. Ella me explicó la situación, que se sentía impotente y hasta le daba vergüenza porque me dijo que ha tratado de hablar para ver si hay alguna solución, y es poco lo que puede hacer.
“Ahí fue donde me iluminé y llamé a Unidos Contra el Cáncer, que me ayudaron con el recurso de amparo. Les puse un mensaje estando aún en la sección 13 de Oncología, y ese mismo 28 de setiembre pusimos el recurso de amparo.
“Una semana después, la oncóloga me llamó telefónicamente, el 6 de octubre, para decirme que ya estaba el reporte. Se tomó el tiempo de llamar y comentarme los resultados. ¡No sabe cuánto se lo agradezco! Me dijo que todo estaba bien. Pero todo fue gracias al recurso porque tengo una amiga que esperó siete meses.
“Siento que es demasiada la gente y mucha la preocupación. Tenemos que seguir tratamientos y conocer el avance de la enfermedad. Pero los oncólogos están atados de manos cuando Radiología no funciona.
“Esta espera estuvo llena de zozobra, incertidumbre y preocupación. Yo ni podía dormir esperando. Aunque tengo toda la fe en mi Dios, somos seres humanos que nos llenamos de miedo. Ya pasé por mucho. El proceso mío ha sido difícil, y por eso la preocupación.
“A los 31 años me detectaron el cáncer. Empecé todo el proceso cuando también empezaba la pandemia. Primero quimio, luego la operación con una mastectomía radical de la mama izquierda. Luego más quimio porque la primera no funcionó. Después radioterapia: 15 sesiones.
“Por el tipo de cáncer que es triple negativo y que, según las estadísticas, solo un 15% sobrevive a los tres años, me hicieron una cirugía preventiva y me quitaron la otra mama.
Otra piedra en el camino
“He estado en proceso reconstructivo, pero la cirugía me la alargaron casi un año y resto. Un médico me dijo, así literal: que no me operaba porque yo iba a tener una regresión visceral de mi cáncer en menos de seis meses y que no iban a gastar en expansores.
“Así que yo últimamente he estado con eso, vigilándome la más mínima pelota que me salga y mi oncóloga corre. De ahí la importancia de los reportes.
“Como parte del proceso de reconstrucción mamaria y mientras llega la fecha de la cirugía, mi oncóloga me envió un ultrasonido que necesita revisar el 23 de noviembre, en la próxima cita.
“Sin embargo, me lo programaron para marzo del 2025. Definitivamente Radiología está fatal. No solo en TAC sino también ultrasonidos.
“Hoy (lunes 9 de octubre) cumplo 35 años. Soy ama de casa y tengo tres hijos: una de 15 años, otra de 8 años y el pequeñín de cinco. Ellos son mis motores, mi gasolina; por eso sigo luchando”.