“María” tiene 33 años y está en recuperación en su casa tras ser diagnosticada con covid-19. Ella forma parte de las 483 personas que, a la fecha, han sido contagiadas por el nuevo coronavirus en Costa Rica.
En un momento de la tradicional conferencia de prensa con la actualización de datos, María le contó directamente al ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, como avanzaba en su recuperación.
Relató que tanto ella como su esposo salieron positivos por covid-19, pero que ella se llevó la peor parte, a pesar de ser una persona sin factores de riesgo y joven.
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“Nunca he padecido nada, no me han operado y aún así pasé dos semanas bastante fuertes. Por mi edad y condición de salud nunca le tuve miedo al virus, ni pensé que algo grave me iba a pasar. Las fiebres me llegaban casi a 40 grados, no podía dormir, el dolor de cuerpo era insoportable. La fatiga la tenía de una forma que del segundo piso no podía bajar; el simple hecho de alimentarme era sumamente agotador, comer, en realidad”, explicó María al ministro.
Ella relató que no presentó un problema respiratorio fuerte. Reportó haber tenido tos y una presión en pecho y espalda, pero siempre pudo respirar, por eso no llegó a ser internada.
Su esposo fue un caso asintomático de covid-19. Solo presentó incapacidad para oler.
María detalló que estuvo dos semanas en cama, si en la mañana se sentía mejor; en la tarde la recaída era más fuerte. Afirma que si eso le pasó a ella que no tenía factores de riesgo, no puede imaginar a una persona que sí los tenga.
Agradeció a las autoridades de salud por llamarla tres veces al día para ver cómo se sentía.
“Esto no es jugando, está en nuestras manos que no haya más casos y que podamos salir con éxito. No salgamos de la casa, más adelante podremos disfrutar y estar con nuestros familiares”, fue el mensaje que dio a los costarricenses en medio de su aislamiento.
Temor y ansiedad
Durante la conferencia, también se escuchó a otra paciente de covid-19, quien es funcionaria de la Caja Costarricense de Seguro Social y estaba feliz de regresar a su trabajo tras cuatro semanas enteras de aislamiento.
A ella la llamaron Ana, esta vez le tocó al presidente ejecutivo de la Caja, Román Macaya, entrevistarla para que los ciudadanos escucharan su mensaje.
“Fueron cuatro semanas completas, porque se hizo un diagnóstico temprano. Al principio tenía mucha ansiedad de cómo le va a ir a una con la enfermedad, tuve la suerte de que fue leve. Traté de mantenerme en una rutina de estar en contacto con compañeros amigos, familia, hacer ejercicio, traté de no ver televisión, me ayudó mucho y realmente tuve mucha paz, Dios me bendijo con una enfermedad leve y con mucha paz por estos 28 días”, contó.
Ana dijo que siempre estuvo con el temor de a quiénes pudo haber contagiado. Afirmó que apenas tuvo sospechas de que pudiera estar contagiada, se aisló voluntariamente, en su hogar, sola.
“Todos tenemos una responsabilidad muy grande, no se trata de usar mascarillas, se trata de todos ser responsables, guardar el distanciamiento social, sobre todo en los más jóvenes. El lavado de manos, el protocolo para estornudar y toser; la solidaridad debe ser un pilar nacional”, dijo Ana.