El ausentismo de los pacientes provocó que el año pasado se desaprovecharan entre el 12% y el 15% de las consultas con especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Se trata de 1,2 millones de citas que la CCSS no pudo asignar a otras personas, porque los asegurados que tenían programada la visita al médico tampoco avisaron que iban a faltar.
El costo de estas sesiones malogradas ascendió, según cálculos de la institución, a ¢53.000 millones en el 2014.
LEA: Pasos por seguir si no puede asistir a una cita médica
Dicha cantidad equivale, por ejemplo, al 45% del presupuesto anual asignado por la institución para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares en Costa Rica.
Cada cita con un médico general tiene un valor de ¢29.000 y la de un especialista, de ¢42.260. Si se trata de la primera vez con un especialista, se destina el doble de tiempo y su valor sube a ¢61.000.
El 67% de las ausencias se da en Ebáis y clínicas, mientras que el restante 33% ocurre en hospitales. Los servicios más afectados son medicina general, dermatología y ortopedia.
Ante esta situación, la Caja y los centros médicos promueven distintas medidas para combatir el fenómeno.
TAMBIÉN: Entrevista a gerenta médica: 'No se contemplan sanciones por faltar a citas'
Razones. ¿Por qué faltan los pacientes? Para Ileana Balmaceda, directora del Hospital San Juan de Dios, el tema es complejo.
“Hay muchas razones, desde que al paciente se le olvida, hasta que siente que ya se curó. Para los olvidos, tenemos gente que llama para recordar, pero igual la gente falta, y el tiempo perdido ya es irrecuperable”, dijo Balmaceda.
Agregó que han detectado personas con citas en tres hospitales o que se han negado hasta cinco veces a una cirugía y luego ponen un recurso de amparo.
Otro factor que podría estimular el ausentismo es que el asegurado puede faltar a una cita programada una y otra vez sin sufrir sanciones, pues la atención médica es parte del derecho a la salud.
Para Zeirith Rojas, director de la Clínica de Coronado, hay quienes restan formalidad al tema de las citas con el médico.
“Es como si la gente dijera, ‘cómo estoy enfermo, de por sí van a atenderme, aunque llegue uno o dos días después’. Hemos tenido casos de pacientes a quienes se les llama dos días antes para recordarles la cita, confirman la asistencia y faltan”, aseguró.
Para Gina Arias, jefa de consulta externa de dicho centro de salud, entre más especializada es la consulta más cuesta reponer el campo de una persona que falta.
“En medicina general es más sencillo llamar a un paciente que necesite el campo, pero entre más especializada es la consulta cuesta más. Una persona puede perder el campo de un cardiólogo y uno no tener pacientes disponibles en ese servicio”, señaló.
Para María Eugenia Villalta, gerente médica de la CCSS, hay personas que sí tienen razones de peso para faltar a una consulta.
“Hay emergencias. Por otro lado, hay adultos mayores que no tienen la culpa de faltar; muchos necesitan una persona que los acompañe y si no la encuentran no pueden asistir”, alegó.
La jerarca aseguró que el principal problema es que la persona daña su salud al faltar a la cita.
Otros impactos. Mario Sibaja, jefe de consulta externa del San Juan de Dios concluye que el costo de una ausencia no avisada impacta en muchas personas.
“El paciente pierde una revisión necesaria y su receta de medicamentos, otra persona pudo usar su campo si el paciente hubiera llamado, pero no fue así. Hay que reprogramar la cita y esto engrosa la demanda”, indicó.
Al respecto, la gerente Villalta sostuvo que el ausentismo tiene un alto costo institucional.
“No solo está el médico, hay un consultorio equipado listo para atender al paciente, alguien trabajó para sacar el expediente, hay auxiliares de enfermería que asisten, es mucho el trabajo”, aseveró.
A falta de algunos, otros resultan beneficiados
Emilia López llegó el pasado lunes, poco después de las 8 a. m., a la Clínica de Coronado.
"Me levanté sintiéndome bien, pero ahora no tanto. Creo que tengo calentura y mejor vine a que me viera un doctor", comentó esta vecina de San Isidro de Coronado.
Según reconoció, la cita que le asignarían por el "método normal" estaba para las 2 p. m., pero ella se quedó voluntariamente "haciendo fila" por si alguien faltaba a la consulta. Minutos antes de las 10 a. m., la llamaron y fue atendida.
"Me dijo la joven de la ventanilla que nada más me sentara y que ahí nos iban llamando. Viera que me atendieron muy bien y rápido", agradeció la mujer.
Ella no es la única asegurada que elige beneficiarse de los cupos que se liberan cuando alguien no acude a su cita.
"Hay gente que conoce bien el sistema y sabe que es muy posible que falten pacientes. Así que nada más llega directamente y pide estar en sustitución", explicó Zeirith Rojas, director de la Clínica de Coronado.
Para el personal, lo anterior representa un trabajo adicional porque se deben buscar los expedientes de las personas que están en lista de espera.
"Hay pacientes que avisan que van a cancelar y llaman a alguien más para que ocupe su lugar. Esos casos son los menos, pero ayudan mucho a agilizar el trabajo en la clínica", explicó Sonia Jiménez, jefa de Registros Médicos del centro de salud.
'Sobrevender' espacios es estrategia contra alto ausentismo
Desde llamadas o mensajes de texto para recordar una cita, hasta convocar a más personas de las que pueden atenderse o crear una lista de pacientes sustitutos que puedan utilizar los espacios de quienes faltan. Estas son algunas estrategias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para contrarrestar el impacto de las ausencias.
"Recurrimos a 'sobrevender el vuelo', es decir, si tenemos que atender a cierto número de pacientes, pero sabemos que normalmente faltan cinco, pues llamamos a cinco más, y así perdemos menos campos", explicó Ileana Balmaceda, directora del Hospital San Juan de Dios.
También se busca que todo paciente tenga listos los exámenes necesarios para el momento de su consulta con el médico.
"Con esto y con recordatorios telefónicos, logramos reponer, aunque no del todo. Del 15% de ausentismo pasamos a un 9%; hay tiempo y recursos que no se reponen", agregó la directora.
Balmaceda aseguró que, durante el 2014, hubo 22.021 reposiciones en el San Juan de Dios, las que lograron bajar el impacto del ausentismo en citas y exámenes.
"Es un esfuerzo mayor. Si por alguna razón, llegan todos los pacientes programados más los que teníamos de recargo, igual los hacemos todos. A veces se da, pero utilizamos nuestro rato de almuerzo o salimos más tarde", expresó Mario Sibaja, jefe de Consulta Externa del centro médico.
Sustitución. También la Clínica de Coronado tiene un sistema para aprovechar los cupos de los pacientes que no llegan a cita.
Tal método consiste en mantener una "fila" de personas que carecen de cita programada. Ellos llegan al centro médico a esperar por si queda un espacio.
"Exige esfuerzo de todos: la persona de expedientes debe hacer un trabajo extra más rápido para buscar los expedientes de los sustitutos. Los auxiliares de enfermería deben preparar más rápido lo necesario, porque las otras consultas no pueden atrasarse", declaró Zeirith Rojas, director de la Clínica de Coronado.
"La persona debe entender que todo esto afecta la fluidez del sistema. ¿Quién llega a un restaurante, pide la comida y se va antes de que le sirvan? Pues es casi lo mismo", añadió.
Otra medida de la CCSS para combatir el ausentismo es darle facilidades a los asegurados que viajan desde sitios alejados a recibir atención en la capital.
La Caja acordó pagar el pasaje del paciente y de un acompañante, programar para un mismo día todas las citas que este requiera y recordarle más de una vez la fecha y hora de la cita.
"Es un esfuerzo que debemos hacer. No solo es tiempo y dinero perdido, también es salud", concluyó Sibaja.