Verse obligado a esperar cuatro días o más en una silla o acostado en una camilla a que se desocupe una cama para lograr ser internado, se está volviendo un calvario cada vez más frecuente para los asegurados que acuden a Emergencias en los hospitales México, San Juan de Dios y Calderón Guardia.
Un informe de la Contraloría General de la República, donde se analiza la situación que encaran esos centros de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), encontró que el tiemp de espera en los servicios de urgencias supera el máximo ideal de 24 horas para internar a los pacientes que así lo ameritan.
La investigación se realizó durante todo el 2015 y fue publicada a finales de diciembre pasado. Ahí se descubrió, entre otras cosas, que la estancia promedio en esos tres hospitales oscila entre las 48 y las 96 horas.
Estas largas e incómodas esperas las afrontan los pacientes sin tener las condiciones apropiadas. Esto ocasiona que los índices de ocupación de estos servicios superen el ciento por ciento, advierte la Contraloría.
Los hallazgos también incluyen situaciones que ya se conocían.
Por ejemplo, que más de la mitad (un 53%) de los casos atendidos en esos tres hospitales no califican como emergencias, lo cual aumenta en más de un 100% los costos de las consultas que ahí se dan.
El máximo permitido de "no emergencias" por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es de un 20% de todos los casos atendidos.
Sin embargo, en un hospital como el México solo un 3% de los pacientes vistos en el 2015 traían condiciones que amenazaban su vida o potencialmente podrían ponerla en riesgo.
Ahí, un 21% de los enfermos recibidos ese año reunían las características necesarias como para pensar que su situación podría evolucionar y requerir una intervención de emergencia.
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Mientras, el San Juan de Dios vio ese mismo año un 15% de emergencias reales, y de los asegurados que acudieron al Calderón Guardia solo un 8% entró en esa categoría, reveló el informe.
Inequidad. Estos servicios son medulares en cualquier hospital, pero la falta de planificación y las debilidades en gestión que padecen suman puntos en contra de la calidad de la atención que reciben los pacientes.
La Contraloría advierte que los problemas de infraestructura, equipamiento y personal que se padecen en otros hospitales del país, finalmente repercuten en el México, el San Juan y el Calderón Guardia, obligando a trasladar pacientes hasta San José porque en otros centros no hay capacidad resolutiva.
Entre las redes hospitalarias también se dan inequidades, apunta la Contraloría.
La del Hospital México, que es la más grande del país, con más de dos millones de habitantes bajo su responsabilidad, tiene 34 centros de apoyo con servicios de Emergencias que le ayudan a filtrar los casos y disminuir la presión en sus servicios.
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El México realizó casi 90.000 atenciones en Emergencias en el 2015; mientras que el San Juan atendió casi 113.000 enfermos y el Calderón, más de 130.000. Estos centros cuentan, respectivamente, con 41, 64 y 63 funcionarios disponibles en esos servicios.
Tal cantidad de trabajadores es insuficiente para la demanda en crecimiento, apuntó la Contraloría.
Un hospital como el San Juan solo tiene 18 servicios de emergencias de apoyo y el Calderón apenas 14, la mayoría fuera del área metropolitana. Esto debilita su capacidad para atender los casos realmente urgentes de su zona de atracción.
Lo anterior explica las escenas, cada vez más frecuentes, de servicios saturados, especialmente en el Hospital San Juan de Dios, y las carreras de para enviar a sus pacientes hacia otras clínicas y hospitales.
De hecho, estas crisis se están volviendo más frecuentes y agudas, y ya no son exclusivas de los hospitales capitalinos.
"Estos servicios deben funcionar de la mano de hospitalización. Los gestores de hospitales deben saber que tienen que ser ágiles en la gestión de camas y de salas", agregó María Eugenia Villalta, gerenta médica de la CCSS, quien advirtió, eso sí, la gran presión que tiene sobre estas áreas el aumento de las víctimas de diferentes tipos de violencia; principalmente, accidentes de tránsito.
El fin de semana pasado, como una película repetida, la Defensoría de los Habitantes denunció la situación en la que volvió a caer el Hospital San Rafael de Alajuela, con enfermos esperando varios días en Emergencias, en condiciones precarias, para ser internados.
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A final de año, además, el Hospital México tomó la decisión de suspender por un mes las cirugías programadas mientras se lograba desahogar las unidades de cuidado intensivo e intermedio. Estos casos les ingresan por Emergencias.
Intenciones. De primera entrada, la gerenta médica de la Caja admite que hay problemas no solo en esos si no en casi todos los servicios de Emergencias del país.
Villalta informó de que una comisión de especialistas en Emergencias prepara un diagnóstico, que estará listo en febrero, para definir las necesidades en infraestructura, equipo y personal de todos estos servicios.
Hay planes en camino para los tres hospitales generales, que incluyen la construcción de torres de cuidados críticos y el reforzamiento de las áreas de cuidado intensivo e intermedio, como en el México, donde se levantará un edificio para el cual se calcula una inversión de $52 millones, informó su director médico, Douglas Montero.
"Sabemos que existen necesidades y este diagnóstico nos las va a dar para definir y estandarizar los flujos en la infraestructura", explicó.
La intención de la CCSS es aplicar un método de clasificación canadiense de pacientes, cuyo objetivo principal es dar prioridad a los casos más graves, en los cuales la vida esté en riesgo.
Este sistema, conocido como CTAS (Canadian Triage And Acuity Scale), ya es utilizado por varios hospitales, entre ellos, el Calderón, el Monseñor Sanabria (Puntarenas), y el Max Peralta (Cartago).