Los pacientes con enfermedades distintas a la covid-19 que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) trasladaría de sus hospitales a centros privados, serían casos menos complejos, que requieran internamientos inferiores a cinco días y con una prueba negativa de SARS-CoV-2 tomada, al menos, en las últimas 48 horas.
Estos son algunos de los requerimientos que un equipo técnico de la Gerencia Médica presentó a la Gerencia General, este 10 de mayo, según documento en poder de La Nación. Esta información se esperaba desde el 6 de mayo.
El oficio GM-6315-2021, firmado por el gerente médico, Mario Ruiz Cubillo, detalla la llamada “Estrategia urgente de expansión institucional mediante colaboración de los hospitales privados”.
Este documento es un insumo fundamental para avanzar en las negociaciones sostenidas por la Gerencia General con la Cámara Costarricense de la Salud –intermediaria de los centros privados–, desde hace varias semanas, y con las cuales se pretende buscar un desahogo a la saturación de los hospitales públicos debido al crecimiento exponencial de casos de covid-19.
Los internamientos de enfermos con covid-19 alcanzaron este martes la cifra de 1.451 personas en hospitales de la Caja; de ellas, 454 (31%) estaban en una cama de Cuidados Intensivos.
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Este miércoles, además, hay 36 pacientes de hospitales regionales o periféricos en espera de un cupo de un centro médico capitalino. Un día antes, esa lista de espera era de 57 personas.
Otros de los elementos para incluir pacientes en ese plan de traslados, cuyo financiamiento sería asumido por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), es que se trata de enfermos en cualquier especialidad pero que cumplan los criterios y tenga un diagnóstico definido, que no implique estudios diagnósticos.
Además, que sea uno con necesidad mínima de pruebas complementarias y que esté en recuperación o en una condición quirúrgica tratable, no paliativa.
La estrategia también define nueve criterios llamados “de exclusión”.
Según el documento, no serían incluidos en este plan de traslado quienes estén en condición terminal, tratamiento paliativo o no recuperable. Tampoco aquellos en tratamiento por cáncer o quienes durante su estadía en la CCSS no tengan una orientación diagnóstica clara.
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Los pacientes con algún problema social (por ejemplo, abandono) para el egreso tampoco serían incluidos, así como aquellas personas que requieran aislamiento o procedimientos quirúrgicos y estudios diagnósticos complejos.
El equipo técnico también excluyó del plan a quienes tengan o puedan requerir procedimientos invasivos, presenten inestabilidad hemodinámica, necesiten cuidados intensivos o intermedios, y requieran trámites de compra para tratamientos, farmacológicos o no farmacológicos, no disponibles en la Caja.
Esta Estrategia de contención temporal fue aprobada desde el 30 de abril.
Al mismo tiempo, la CCSS trabaja intensamente para habilitar en sus propios hospitales otras 318 camas más para pacientes covid-19.
Al 10 de mayo, según el documento de la Gerencia Médica, se habían logrado instalar 75 camas, un 24% de lo propuesto, mediante la transformación de bodegas en salones para enfermos menos complicados, y trasladando partos y procedimientos quirúrgicos de una complejidad menor a Centros de Atención Integral en Salud (CAIS) en Desamparados o Puriscal.
Estrategia de selección
La búsqueda de camas en centros privados es una opción que se contempla desde el año pasado.
De hecho, un decreto de setiembre, del Ministerio de Salud, regula el uso de establecimientos de salud privados durante esta emergencia.
Para esta estrategia, se seleccionaron diez diagnósticos prioritarios de los 22 grupos de diagnósticos principales, debido a su baja complejidad, fácil traslado y corta estancia, según el equipo técnico.
Esos diez diagnósticos que serían considerados en el plan corresponden a ciertas enfermedades infecciosas y parasitarias, tumores, problemas endocrinos, nutricionales y metabólicos; enfermedades del sistema nervioso, del sistema circulatorio y del sistema respiratorio.
También están contemplados padecimientos del sistema digestivo, de la piel y el tejido subcutáneo, del sistema genitourinario, y traumatismos, envenenamientos y algunas consecuencias de causas externas (accidentes).
La coordinación y supervisión de estos traslados, desde el hospital de la Caja al privado, sería vigilada por un Centro Regulador de Internamientos (CRI).
La selección de los pacientes, afirma la Gerencia Médica, deberá estar a cargo de un equipo en cada hospital de la CCSS, designado por el director médico.
Se utilizará un formulario institucional en formato digital para dar seguimiento y trazabilidad a cada caso. Esto incluye la firma de un consentimiento informado de parte de cada paciente que sea trasladado.
La Gerencia Médica visualiza como una de las limitantes en esta estrategia el hecho de que los hospitales nacionales (por ejemplo, México, Calderón o San Juan de Dios), tengan pocos pacientes que cumplan con los criterios de inclusión.
El plan beneficiaría, fundamentalmente, a hospitales regionales (Puntarenas, por ejemplo) y periféricos (Max Terán, de Quepos, por ejemplo) que usualmente manejan enfermos de menor complejidad.
También advierte de que la institución debe considerar “alrededor del 10% de pacientes de retorno por complicaciones médicas”.