Vilma Vargas Esquivel es una vecina de San Ramón, Alajuela, de 63 años, que vive con secuelas físicas tras padecer polio de niña. Desde entonces, cuenta, ha recibido atención especializada para lidiar con las molestias que le dejó esa enfermedad.
Primero, fue atendida directamente por Humberto Araya Rojas, el médico que vio en la década de los 50 a los niños afectados por la epidemia de poliomielitis. Luego se convirtió en paciente asidua del Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare), hasta que la pandemia por covid-19 viniera a cambiarlo todo, en el 2020.
Hoy, casi un año después de que el Cenare fuera transformado en el Centro Especializado de Atención de Pacientes con covid-19 (Ceaco), Vilma Vargas y otros 171 pacientes o familiares de pacientes enviaron una carta a la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) quejándose por lo que ellos consideran como debilitamiento de la atención.
En su caso, narra, en todo este tiempo no le han dado la receta para los zapatos especiales que necesita, y tampoco citas para tratar los dolores de espalda y los calambres que sufre como secuelas de la polio.
Este grupo de pacientes solicita, además, el ‘regreso’ del Cenare que tanto les ayudó a sobrellevar la enfermedad con una atención especializada.
Este es el único hospital de la Caja especializado en rehabilitación. Empezó viendo a sobrevivientes de la polio, como Vargas, pero ha extendido su atención a lo largo de los años a personas con lesiones medulares, secuelas de accidentes vasculares-cerebrales, autismo, diferentes tipos de parálisis o enfermedades neurológicas, entre muchas otras.
Muchos de quienes viven con alguna discapacidad física o neurológica han encontrado en el Cenare el hospital especializado para su atención médica integral.
El director médico del Centro Nacional de Rehabilitación, Roberto Aguilar Tassara, entiende y justifica de alguna manera la petición de este grupo de pacientes y sus familiares.
“Yo mismo tengo a mi papá y a una hermana con discapacidad y entiendo las necesidades que tienen. A la hora de instaurarse el Ceaco se nos redujo la capacidad. Sin embargo, no se ha dejado de atender”, aclara Aguilar quien se apresura a desmentir: “el Cenare nunca ha cerrado”.
Lo que ha pasado, explica, es que se han adaptado las consultas a la virtualidad, como han tenido que hacer otros hospitales de la CCSS debido a la pandemia.
Con apoyo del Instituto Nacional de Seguros (INS) y de los hospitales México y Nacional de Geriatría, los médicos del Cenare utilizan espacios en esos otros centros para atender a sus pacientes y realizar cirugías durante los meses de pandemia.
LEA MÁS: Hospital ‘anticovid’ de Costa Rica recibe su primer paciente
Efectivamente, de las 30.000 consultas especializadas que se daban en promedio en los años anteriores a la pandemia, se bajó a 18.000 en el 2020. Muchas fueron por teléfono: 12.598. Solo 5.774 fueron presenciales.
De acuerdo con los datos de Aguilar Tassara, en el primer año pandémico se vieron 601 pacientes en el hospital de día, que son los pacientes prioritarios, dijo, con lesión medular. Un año antes, en ese mismo servicio, se vieron 750 pacientes.
“No ha habido una sola referencia que hayan enviado al Cenare de otro hospital que nosotros hayamos rechazado”, aclara Aguilar.
Las terapias física, ocupacional y del lenguaje también se mantuvieron en el primer año pandémico. Se dieron 47.132 sesiones de terapia.
Paralelamente, se brindaron 385.113 tratamientos de terapia, que consisten en aplicar compresas, corriente eléctrica y ultrasonidos. También se entregaron 106 sillas de ruedas y 620 ayudas técnicas.
Paulatinamente, al edificio original han regresado servicios como el de Rayos X y Laboratorio. La apertura de otros se hará según el comportamiento de la pandemia.
Volver a ser prioridad
Luis Fernando Astorga Gatjens, expaciente del Cenare y activista por las personas con discapacidad, asegura que la rehabilitación no es prioridad institucional.
“Lo que pensamos es que el tema de la rehabilitación no se ve como una prioridad, y eso hizo que las autoridades de la CCSS dispusieran del Cenare, sacando incluso a pacientes a la casa o a otros hospitales.
“Esto no solo le pasó al Cenare, también a servicios de rehabilitación en otros hospitales de la CCSS, que se transformaron para recibir pacientes con la covid-19″, afirma Astorga.
Por su parte, Lizeth Barrantes, directora ejecutiva del Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (Conapdis), confirma que conocen el malestar de estos pacientes y les preocupa la supuesta desatención que le atribuyen a la CCSS.
Este consejo ya había emitido un conjunto de 26 medidas para la atención de las personas con discapacidad durante la pandemia. Y en una, específicamente trataban la situación del Cenare.
“Vamos a iniciar de forma inmediata una fiscalización sobre los datos que da la CCSS de atención, los vamos a verificar. Creemos que entre 15 y 22 días podríamos tener el criterio. Si encontramos alguna falta, el jerarca (de la CCSS) es quien tiene que asumir la responsabilidad con base en una normativa que ya existe para esto”, advierte Salazar.
La Defensoría de los Habitantes confirmó a La Nación que ha venido dando seguimiento a las acciones realizadas por la CCSS y por el Ministerio de Salud para la atención de la emergencia sanitaria.
“Hemos sostenido reuniones con las autoridades desde un inicio y hemos abordado el tema del Cenare. Si bien la Defensoría hoy no cuenta con una denuncia formal por la reducción de servicios ahí, sí recibimos una copia de una gestión que se presentó ante otra instancia”, informó Catalina Crespo, defensora de los habitantes.
La funcionaria agregó que este martes consultó nuevamente sobre el tema a la CCSS, donde le informaron de que se continúan brindando los servicios con apoyo y coordinación con otros centros hospitalarios, y que se proyecta fortalecerlos poscoronavirus.
“Acordamos que nos enviarían el plan de atención del Cenare. Como Defensoría continuaremos dándole seguimiento al tema”, prometió Crespo.
Para el director médico del Cenare, es importante que las personas con discapacidad defiendan sus derechos y a instituciones como este hospital especializado.
“Evidentemente, existe un temor generalizado porque en esta pandemia ha habido muchos rumores, y el que más les da miedo es que el Cenare ya no vuelva a ser el Cenare, cuando la realidad dice que va a ser uno fortalecido”, asegura el director médico.
No hay duda, añade Aguilar, que el Ceaco ha demostrado durante todos estos meses su importancia en la atención de la pandemia. Pero, agrega, se está trabajando con la Dirección de Proyección de Servicios de Salud, de la Gerencia Médica, para fortalecer el Cenare una vez que todo esto acabe.
Entre los planes está aprovechar las inversiones hechas en el Ceaco para meter ahí el hospital de día, fortalecer la parte quirúrgica, y tener una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en la parte de hospitalización, para los pacientes más severamente afectados, por ejemplo, con lesiones medulares.
El gerente médico de la Caja, Mario Ruiz Cubillo, reiteró en un comunicado de prensa el compromiso de fortalecer este hospital especializado.
“Este centro continuará siendo un centro médico líder en la Medicina Física de Rehabilitación, fortalecido y con más equipo de última tecnología, más complejo, con atención oportuna, temprana e integral para la población con capacidades disminuidas”, promete el gerente.
Información actualizada a las 11:44 a. m. con declaraciones de la Defensoría