En el 2016, cuando Pablo cursaba cuarto grado, fue parte de los niños y niñas que participaron en el Censo Escolar de Peso y Talla, el cual reveló que el 34% de los estudiantes entre 6 y 12 años presentaban sobrepeso (20%) y obesidad (14%); un 1,8% tenía desnutrición. En la encuesta participaron 406.021 alumnos, un 91% de los matriculados en escuelas públicas y privadas del país en ese año.
En 2024, aquel pequeño (que puede ser cualquiera de los niños dentro de los alarmantes porcentajes) ya entró a la universidad y se desconoce el estado nutricional con el que llegó a su juventud. No hay datos nuevos. Los estudiantes que ingresaron a primer grado después del 2017, son niños que nunca han sido evaluados en un censo de este tipo.
También es una incógnita si los menús implementados en el 2018 en las escuelas a partir de los resultados del censo, y que nacieron con el propósito de ofrecer una alimentación complementaria más balanceada, ayudaron a aquellos estudiantes que presentaban sobrepeso u obesidad o incidieron en un mejor estado nutricional a las nuevas generaciones de estudiantes.
Hoy, los comedores escolares continúan bajo la misma premisa de hace seis años de ofrecer el agua como bebida y platillos balanceados y saludables, declaró Johan Mena, director de Programas de Equidad del Ministerio de Educación Pública (MEP).
“Lamentablemente en el tema estadístico, el MEP no tiene potestad de ofrecer los datos que puedan reflejar cuál es la condición de salud del estudiante. Hay que recordar que esta es una alimentación complementaria. Así nosotros desarrollemos una estrategia, no podríamos garantizar (que un cambio nutricional) haya sido producto de la implementación de menú, pues el estudiante recibirá desayuno en casa, su cena, el fin de semana, comerá fuera de centro educativo…”, agregó Mena.
El funcionario reiteró que no es posible demostrar el impacto de ese menú. “Lo que podemos garantizar es que el menú está estructurado de forma tal que garantice todos los nutrientes que el estudiante necesita”.
Actualmente, los comedores estudiantiles brindan diferentes tiempos de comida a 812.000 estudiantes de preescolar, escuela y secundaria.
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![31\05\24 Alajuela, Guacima, Escuela María Vargas Rodríguez, Nutrición en el comedor escolar. Foto: Jorge Navarro para La Nación](https://www.nacion.com/resizer/qVfNl6q3dvDwle_FDz8Ubk3bBZE=/1440x0/filters:format(jpg):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/VK252ZQOGNEBDHQUFD4EY345L4.jpg)
El estado nutricional actual de los niños y niñas costarricenses se desconoce. La última actualización se realizó en el 2016, con el Censo Escolar de Peso y Talla. Desde entonces han pasado ocho años. Imagen tomada en la Escuela María Vargas Rodríguez. (Jorge Navarro para La Nación)
¿Por qué no hay datos del estado nutricional de los menores de edad?
El Ministerio de Salud, ente encargado de convocar el Censo Escolar de Peso y Talla, respondió mediante correo electrónico, que estos registros no se han vuelto a efectuar porque son “procesos estadísticos que se realizan cada 10 años por su alto costo y la planificación que conlleva”.
Sobre la posibilidad de realizar un nuevo censo como el del 2016 indicó: “Este proceso estadístico fue incluido en la Política Nacional de Salud, con la expectativa de poder iniciar la planificación de este censo en el 2025 y la implementación en el 2026, no obstante, se está a la espera de recursos asignados para este proyecto”.
El censo del 2016 fue el primero en Costa Rica que incorporó, además de la talla, la medición del peso.Se estableció así, con el fin de determinar la prevalencia de sobrepeso y obesidad, porque los realizados previos en el país “solamente evaluaron el retraso en la talla”, indicó Salud en el informe de resultados de esta encuesta, de la que también estuvo a cargo el Ministerio Educación Pública.
La ausencia de datos recientes no se limita solamente a los de la niñez. La Nación también le preguntó al Ministerio de Salud sobre la Encuesta Nacional de Nutrición que se realizó por última vez entre el 2008 y el 2009, hace 15 años.
Con respecto a la carencia de una encuesta reciente, el departamento de prensa de la institución respondió por correo electrónico que la Dirección de Vigilancia de Salud del Ministerio de Salud “se ha destacado en dar seguimiento al estado nutricional de la población con distintos procesos estadísticos”.
Entre ellos, mencionaron el Censo escolar Peso/Talla 2016 y la Encuesta Colegial de Vigilancia Nutricional del 2018, que similar a los números del 2016 de los niños, arrojó que 21,1% de colegiales presentaba sobrepeso y 9,8% obesidad.
La encuesta en adolescentes se realizó a 8.297 estudiantes entre 13 y 17 años.
Asimismo, en su respuesta, Salud mencionó que en el 2018 se hizo la Encuesta de Mujer Niñez y Adolescencia, de la que se obtuvo que 9% de niños menores de 5 años presentaban baja talla.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que a fin de tener una aproximación de consumo aparente en países de ingresos medios, se insta a utilizar la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos como alternativa de aproximación del consumo de alimentos, de este modo Costa Rica cuenta con dichos análisis publicados en la página web del Ministerio”, señalaron.
La cartera de Salud agregó que actualmente la Dirección de Vigilancia de la Salud trabaja una propuesta de un Programa Nacional para la Vigilancia Nutricional Activa del 2025 al 2030, que incluye todos los procesos. Eso sí, recalcó que “a pesar del apoyo del despacho, se requiere recurso humano y económico constante para este propósito en específico”.
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Una alimentación que no priorice los diferentes grupos de alimentos y la falta de actividad física son detonantes de sobrepeso y obesidad en la niñez. Foto: Shutterstock
Lo que implica la ausencia de datos sobre el estado nutricional
Para Melissa Jensen Madrigal, profesora e investigadora de Escuela de Nutrición de la Universidad de Costa Rica (UCR), la falta de datos actuales sobre vigilancia nutricional limita la posibilidad de plantear acciones y poder evaluarlas.
“La vigilancia nutricional es un insumo superimportante para diseñar políticas y no solo diseñar, sino evaluar después las acciones de solución, permiten darnos cuenta cómo estamos como país. (...) Es preocupante. Si nos ponemos a ver, del 2008 a la fecha son como 15 años. Hay países donde estos procesos los hacen sistemáticamente, cada cinco o 10 años”, expresó la máster en Salud Pública y doctora en Nutrición.
Para la especialista, es necesario que se deje de culpar a los individuos y que, en cambio, se implementen políticas para la creación de entornos alimentarios más saludables. Sugirió, por ejemplo, que se regule la publicidad de alimentos no saludables y que haya etiquetados de productos.
“El exceso de peso es multifactorial. Hay una parte del individuo y sus decisiones alimentarias y de actividad física, pero el problema real es lo que llamamos determinantes sociales y comerciales. Pienso que tener datos ayudaría a justificar mucho más la implementación de esas políticas”.
![31\05\24 Alajuela, Guacima, Escuela María Vargas Rodríguez, Nutrición en el comedor escolar. Foto: Jorge Navarro para La Nación](https://www.nacion.com/resizer/egpdnKTYl7Cnw7uyKM8C3zBKWho=/1440x0/filters:format(jpg):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/IXARQAF7JJCV7D67PDQI7JBUPE.jpg)
La implementación de buenos hábitos desde que los niños son muy pequeños es clave para que estén bien nutridos. Actualmente, el Hospital Nacional de Niños atiende a 50 menores de edad, entre los 10 y 15 años, que padecen Diabetes tipo 2 que se derivó de un estilo de vida en el que la alimentación no fue saludable y no había mucha presencia de actividad física. (Jorge Navarro para La Nación)
Casos alarmantes sobre estado nutricional de niños costarricenses
En tiempos en los que no contamos con datos nuevos sobre el estado nutricional de la niñez, la información que sí ha surgido y alarma es que, actualmente, el Hospital Nacional de Niños (HNN) atiende a 50 menores de edad, entre los 10 y 15 años, por casos de diabetes tipo 2. Así lo informó Erick Richmond, jefe de endocrinología del centro médico pediátrico.
El número resulta revelador porque diez años atrás, la diabetes tipo 2 no era usual en personas tan jóvenes, menos en niños. Sin embargo, en la última década todo cambió para mal.
“Es un fenómeno que empezamos a ver hace 10 años. Antes no existían niños y adolescentes con diabetes tipo 2. Era exclusiva de adultos mayores. (...) La gran mayoría viene con malos hábitos nutricionales y poca actividad física”, explicó Richmond, quien detalló que la diabetes tipo 2 es una complicación de la obesidad.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que se desarrolla debido a los llamados “malos hábitos” y que provoca un nivel muy elevado de azúcar en la sangre.
El endocrinólogo precisó que en el país hay suficientes casos de diabetes tipo 2 en la niñez como para preocuparse. Insistió en que es necesario fomentar un estilo de vida saludable desde que los niños están muy pequeños, además de predicar con el ejemplo al ser padres y madres que practican actividad física e involucran a sus hijos.
“La diabetes tipo 2 es como la punta del iceberg. Detrás ha habido muchos años de sobrepeso y obesidad. (...)”, afirmó. Según dijo, los pacientes pediátricos con alguna alteración en su peso deben ser tratados en primer y segundo nivel de atención.
Además de la diabetes tipo 2, Richmond señaló que las complicaciones para la niñez con sobrepeso y obesidad van en dos líneas, la física y la emocional
En la parte física, pueden presentar padecimientos como presión alta, colesterol elevado y trastornos ortopédicos, entre otros; en la emocional, cuando el tema del sobrepeso afecta su autoestima y esto puede llevar a trastornos de ansiedad y depresión.
Por su parte, Julia Fernández Monge, presidenta de la Asociación Costarricense de Pediatría, contó que entre colegas externan la preocupación que genera la creciente presencia de niños y niñas con sobrepeso llegando a los consultorios.
Fernández señaló que el tema de la malnutrición es una situación cada vez más recurrente y de la que se habla en congresos nacionales e internacionales, en los que, inclusive, se menciona el caso de Costa Rica como el tercer país de la región con más casos de sobrepeso infantil.
La doctora comentó que el sobrepeso y la obesidad pueden revertirse siempre y cuando se mejore la alimentación e implemente el ejercicio: una forma divertida de practicarlo es mover los muebles de la casa y bailar o saltar en familia mientras suenan cinco canciones.
La pediatra añadió que en su gremio “se quedaron con ganas” de conocer datos después de la pandemia para saber qué había ocurrido con el estado nutricional de la niñez con respecto al sobrepeso.
Glosario con definiciones relacionadas con el estado nutricional de la Niñez | Fuente: Análisis de Situación Nutricional de Costa Rica con Énfasis en Niñas, Niños y Adolescentes del Ministerio de Salud |
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Desnutrición: | Es el resultado de una ingesta de alimentos insuficiente para satisfacer las necesidades de energía y nutrientes, por tanto, se define como el estado patológico resultante de una alimentación deficiente en uno o varios nutrientes esenciales o de una inadecuada asimilación de los alimentos. |
Sobrepeso: | Es el aumento del peso corporal por encima de un patrón dado en relación con la talla. |
Obesidad: | Es una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud. |
Talla o longitud para la edad: | Indicador de crecimiento que relaciona la talla o longitud con la edad. |
Retraso en el crecimiento: | En Costa Rica, según la norma, el evento se define como baja talla para la edad (T/E). |
Peso para la edad: | Indicador de crecimiento que relaciona el peso con la edad. Es conocido como el índice global del estado nutricional y se usa para evaluar si un niño presenta bajo peso o bajo peso severo. No se usa para clasificar a un niño con sobrepeso u obesidad. |
Índice de Masa Corporal (IMC): | Es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). |
Malnutrición relacionada con micronutrientes: | Se refiere a la ingesta inadecuada de vitaminas y minerales (denominados micronutrientes) que no permite al organismo prever lo necesario para la producción de enzimas, hormonas y otras sustancias esenciales para un crecimiento y desarrollo adecuado. |
Hambre oculta: | Se refiere a la carencia de micronutrientes en la persona que provoca desarrollo y crecimiento deficientes, problemas para la inmunidad y el desarrollo de los tejidos y mala salud. |