Israel comenzó a aplicar este lunes una tercera dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid-19 en personas con problemas inmunitarios. Reino Unido anunció que lo hará a partir de setiembre.
Esto se da tres días después de que un comunicado de la empresa farmacéutica Pfizer recomendara refuerzo de seis a doce meses después de la segunda inyección.
Sin embargo, para este grupo tan específico de la población, este refuerzo se da a las ocho semanas de la segunda dosis.
¿A quiénes incluye este grupo? A personas que por su enfermedad o tratamientos médicos no tienen un sistema inmunitario que funcione (imunosuprimidos) o que no lo hace de manera óptima (inmunocomprometidos).
Se incluyen individuos con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), receptores de trasplantes de órganos, personas con enfermedades que ataquen el sistema inmune, quienes están pasando por quimioterapia, y las personas con defensas deprimidas por algún tipo de enfermedad o condición.
La Nación conversó con el médico especialista en infectología Saúl Quirós Cárdenas sobre cómo actúan las vacunas en este tipo de personas y revisó cómo van los ensayos clínicos que exploran el funcionamiento de estos fármacos en ellas.
Organismos funcionan diferente
De acuerdo con el epidemiólogo, se deben tomar en cuenta dos conceptos: la seguridad y la eficacia.
La seguridad se refiere a si los posibles efectos secundarios son menores que los posibles beneficios. Mientras que la eficacia se refiere a cuánto funciona en ellos la vacuna para combatir la enfermedad.
En cuanto a la seguridad, son vacunas que, en personas inmunocomprometidas o inmunosupresas, independientemente de la causa, son igual de seguras que en la población sana.
El mecanismo por el cual se desarrollaron estas vacunas no da la posibilidad de generar la enfermedad en estas personas.
Otras vacunas con otras tecnologías sí lo han hecho, como las de virus atenuados, que funciona con un virus al que se le inactiva su acción, pero, que en estas personas sí podría generar un tipo de activación y sus defensas no logren responder y les generen enfermedad. No obstante, ninguna de las que se utilizan contra covid-19 en Costa Rica daría este problema.
Con la eficacia, la historia podría ser diferente y es por eso que algunos países comienzan a dar un paso adelante y “curarse en salud” por estas personas.
“Una vacuna, independientemente del mecanismo para que se desarrolle, lo que hace es estimular el sistema inmunitario. Busca una respuesta, ya sea por anticuerpos, como también, probablemente, la inmunidad celular”, explicó Quirós.
“Si uno tiene un paciente con una enfermedad con niveles de defensas muy bajos, o medicamentos que los lleven a eso, esos niveles bajos de defensas también afectan la forma de respuesta a la vacuna”, añadió.
Los niveles de anticuerpos generados por las vacunas en estos pacientes probablemente sean más bajos que los generados por personas con sistemas inmunitarios competentes.
Para el especialista, aunque la respuesta en estos pacientes sea menor, sí va a ofrecer mucha más protección en comparación con quienes no están del todo vacunadas, por ello, es necesario que estas personas se vacunen.
“Es mayor la protección de la vacuna que no tener nada. Tenemos que ver todavía si va a ser necesario un esquema diferente de vacunación en estas personas”, recalcó.
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En estudio
Pfizer lanzó en marzo pasado un ensayo clínico con pacientes inmunocomprometidos para estudiar cuán eficaz es el producto en estas condiciones.
El ensayo comenzó con 80 personas inmunocomprometidas con desórdenes hematológicos (trastornos de la sangre).
En abril, empezó otro con 431 personas que recibieron un trasplante y, para evitar el rechazo a un órgano ajeno, deben suprimir en gran parte su sistema de defensas.
Para setiembre próximo se iniciará otro con 360 personas con diferentes condiciones que afectan sus defensas.
Por su parte, Moderna dio en marzo pasado el banderazo de salida a un estudio con 220 adultos con enfermedades reumáticas.
De momento, no se tienen estudios de vacunas de otras casas farmacéuticas.
Otros estudios, de universidades internacionales, se concentran en ver los niveles de anticuerpos de inmunocomprometidos e imunosupresos con distintas vacunas y compararlos con los anticuerpos de personas sanas.
Pfizer indicó que se esperan los primeros resultados preliminares estarán listos en noviembre y los más completos en algún momento de 2022. Se dará seguimiento hasta 2024.
Moderna tendría resultados hasta mediados de 2022 y también dará seguimiento hasta 2024.
Los estudios de universidades tomarán más tiempo, pues se dedican a ver resultados a largo plazo, los primeros se esperan a inicios de 2024.
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