Las parejas que quieren que la Caja las ayude a tener un hijo mediante fertilización in vitro (FIV) deben pasar antes por un minucioso proceso de selección el cual, en muchos casos, tendrá como punto de partida el Ebáis de la comunidad donde viven.
El tiempo que les tome llegar desde ahí hasta el centro especializado en FIV a quienes realmente necesiten este procedimiento, dependerá de cada situación particular.
Sin embargo, los eventuales candidatos deberán armarse de paciencia si se toma en cuenta que tienen que ser incluidos en el flujo de trabajo ordinario de los hospitales México y Nacional de las Mujeres, seleccionados por la Caja como las primeras Unidades de Medicina Reproductiva de Baja Complejidad (UMRBC).
En esos hospitales –que, como los demás, tienen listas de espera–, les toca superar varios filtros para confirmar el diagnóstico médico de infertilidad con el que fueron referidos por los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis), o desde otros hospitales, nacionales, regionales o periféricos.
Esas etapas incluyen consultas con médicos de diferentes especialidades y una batería de exámenes de diagnóstico a fin de seleccionar a quienes califican para el procedimiento de baja complejidad (como la inseminación intrauterina), o de alta complejidad (la fertilización in vitro ).
Especialistas del equipo técnico responsable de empezar en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) con la FIV informaron de que los protocolos para los tratamientos de baja y alta complejidad están listos, así como el manual de organización de las UMRBC.
“Ya se iniciaron las capacitaciones para que la gente de primero y segundo niveles (médicos generales y enfermeras obstetras) sepan cómo referirnos pacientes. Que no posterguen la decisión de envío para que esa mujer que tiene un límite de edad reproductiva, no esté dando vueltas por todo lado sin llegar al lugar que le corresponde”, aseguró Carla Gillén, del equipo técnico.
Acatar orden. La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) , de noviembre de 2012, que obligó al país a restablecer la fertilización in vitro , también exigió a la Caja facilitar este tratamiento en los hospitales públicos.
Por eso, el México y el Nacional de las Mujeres trabajan desde ahora levantando la lista de espera de los pacientes que califican para FIV, mientras se concreta la construcción de la Unidad de Medicina Reproductiva de Alta Complejidad (UMRAC), informó Hugo Chacón Ramírez, director de Desarrollo de Servicios de Salud de la CCSS.
En esa dependencia –que estará ubicada en terrenos del Hospital de las Mujeres, en San José– se tratará a las personas que califican para FIV: alrededor de un 20% del total de quienes comienzan el proceso de evaluación de infertilidad.
La gerenta médica de la Caja, María Eugenia Villalta, manifestó que la UMRAC empezaría a realizar sus primeros procedimientos de FIV en octubre del próximo año, unos dos meses después de que finalice la construcción y el equipamiento, estimados en $7,6 millones.
La institución atendería a unas 178 pacientes al año, según proyecciones al 2025. Cada una, tendría derecho a realizarse un máximo de dos ciclos o intentos para lograr el embarazo.
Cada procedimiento dura tres semanas y está precedido por un proceso que incluye, al menos, 38 consultas.
Si se logra el embarazo, tal persona recibirá un seguimiento médico en la UMRAC hasta las 12 semanas de gestación.
Después de ese periodo, será referida a la consulta de alto riesgo obstétrico del hospital ubicado en su zona de residencia, explicó Erika Solano, quien forma parte del Programa Salud de la Mujer.
Ajustes. El proyecto de construcción del citado centro de alta complejidad ha tenido varias versiones. En una primera, del 2013, su costo se estimó en $3,8 millones.
Luego pasó a $6,5 millones y, finalmente, a mediados de mayo la Junta Directiva de la Caja adjudicó la construcción, equipamiento y mantenimiento de la UMRAC en $7,6 millones.
María Eugenia Villalta atribuye estos cambios en el costo a versiones muy preliminares que no tomaron en cuenta, entre otras cosas, las normas de habilitación para hacer FIV, del Ministerio de Salud.
“Tuvimos que empezar de cero. No hay un laboratorio en el país a gran escala, un cuarto nivel altamente especializado, que la CCSS no tiene sino hasta ahora”, dijo la funcionaria.
Gabriela Murillo, gerenta de Infraestructura y Tecnología de la Caja, afirmó que no se trata solo de construir y equipar un edificio.
“Es montar un sistema nacional para dar el tratamiento de FIV. El edificio solo es un componente, pero está todo lo demás: recurso humano, sistemas de información, insumos y medicamentos”, precisó
La CCSS pretende agilizar la atención permitiendo referir directamente pacientes desde los Ebáis y otros hospitales al México y al Nacional de las Mujeres, sin pasar por centros regionales o periféricos. Es un nuevo esquema de atención que está por verse. Al mismo tiempo, ahora se gestiona la compra de medicinas que la Caja nunca ha tenido en su arsenal terapéutico, informó la gerenta de Logística, Dinorah Garro.