Las partículas del polvo del Sahara son tan diminutas que pueden alojarse en los pulmones e incluso ingresar al torrente sanguíneo y causar enfermedades en personas y animales.
Así lo determinaron científicos costarricenses, al confirmar que estas partículas son menores a cinco micrómetros (µm), que al llegar en altas concentraciones pueden afectar a niños y adultos más vulnerables.
Según detallaron en su análisis, las partículas con diámetros inferiores a 10 µm son materiales inhalables que pueden llegar a las vías respiratorias superiores (fosas nasales y laringe).
En el caso de partículas inferiores a 3 µm tienen mayor probabilidad de llegar a las vías respiratorias inferiores (tráquea y bronquiolos) e inclusive ingresar al torrente sanguíneo y aquellas con un diámetro de 2,5 µm pueden además causar problemas de visibilidad en la atmósfera, alergias, dificultad para respirar y asma, deficiencia cardíaca, enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, hipertensión arterial, diabetes, estrés oxidativo, entre otras.
Los síntomas pueden ser congestión, tos, flemas, dificultad para respirar, alergias, resequedad, así como picazón e irritación de la piel, los ojos, el cuero cabelludo, entre otros. La severidad de la afectación depende en gran medida de la concentración y del tamaño de las partículas y del tiempo de exposición.
Además, la nube de polvo afecta la calidad del aire y el aporte de lluvias, ya que la alta concentración reduce la visibilidad en la atmósfera dificultando el tráfico aéreo y vehicular y las actividades económicas, así como una reducción de un 50 % en el nivel de humedad de la atmósfera tropical.
Las recomendaciones para evitar afecciones en la salud incluyen el uso de mascarillas o protectores faciales que cubran nariz y boca, utilizar anteojos, lavarse la cara con abundante agua para eliminar las partículas finas de la piel y de los ojos, lavar con frecuencia el cabello, cubrir las fuentes de agua para consumo humano y animal (pozos, recipientes o estanques) para evitar la contaminación, humedecer el piso antes de barrer o limpiar en húmedo para evitar que el polvo vuelva a quedar suspendido en el aire y se respire y mantener puertas y ventanas bien cerradas.
Además, se recomienda evitar exponerse prolongadamente al aire libre, no hacer ejercicios intensivos para evitar inhalar las partículas finas, no restregarse los ojos para evitar dañar tejidos de la córnea.
La semana anterior el Instituto Meteorológico Nacional confirmó que el fenómeno mantuvo afectación sobre el país.
La investigación indica que entre el 23 y 30 de junio, el país estuvo bajo una capa densa de polvo de más de 3km de espesor. La mayor concentración de partículas se dio el 25 de ese mes.
Este análisis fue realizado por José Pablo Sibaja Brenes, del Laboratorio de Química de la Atmósfera de la Escuela de Química (LAQAT-UNA); Reinaldo Pereira Reyes y José Roberto Vega Baudrit, del Laboratorio de Nanotecnología (LANOTEC-CeNAT); y María Martínez Cruz, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI-UNA).
Largo viaje
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) la nube de polvo del Sahara observada en junio anterior es la más densa de los últimos 50 años.
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Durante ese período los científicos realizaron un primer muestreo a más de 50 metros de altura, mediante el cual indicaron que se pudo obtener una muestra del polvo del Sahara muy pura.
“Entre el 25 y el 26 de junio, los investigadores encontraron una alta concentración de material particulado PST de (72,2 ± 0,9) µg/m3, que consideran consiste principalmente de partículas de polvo del Sahara. Este nivel de concentración constituye un peligro incluso si estamos en las casas o los vehículos con las ventanas cerradas, ya que el polvo es muy fino y se logra colar y depositarse en todo tipo de superficies”, indica un comunicado de la Universidad Nacional.
Además de la concentración, pudieron determinar la composición química de este material, la cual estaba constituida por elementos como carbono, oxígeno, silicio, sodio, magnesio, aluminio, potasio, azufre, cloro, calcio y hierro.
El análisis comparó la muestra analizada con una de arena del desierto del Sahara (Marruecos) y se determinó que la composición química es básicamente la misma.
Pero además, añaden que la muestra recolectada en Costa Rica también contiene sodio, cloro y azufre ,provenientes de la brisa marina e incorporados en la nube de polvo durante su recorrido sobre el Atlántico.
De esta forma, el material que llega al país es una mezcla de material particulado rocoso arcilloso del continente africano y material particulado salado del mar.
Los vientos alisios permiten que el polvo fino del Sahara viaje desde el continente africano, atraviese el océano Atlántico y llegue hasta el continente americano en una travesía de alrededor de 8.000 kilómetros.