La enorme carga de trabajo, que se se multiplicó varias veces sobre los hombros del personal de salud responsable de atender covid-19 en estos meses de pandemia, mantiene a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ocupada en la elaboración de planes para recuperar a miles de sus trabajadores de primera línea de atención que se encuentran agotados.
Las historias de médicos, enfermeras y otro personal de primera línea de atención de covid son elocuentes. El cardiólogo Ricardo Chacón Bolívar tuvo que recurrir a ayuda psiquiátrica luego de dos años de trabajo ininterrumpido en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital México. Se encuentra medicado para recuperarse del insomnio y los problemas emocionales que le causó ver morir a tantas personas durante los primeros años pandémicos.
La CCSS todavía no cuenta con una medición particular para decir cuántas personas se encuentran en la misma situación de Chacón, cuyo caso califica como síndrome de burnout o del trabajador quemado por sobrecarga laboral, confirmó Patricia Redondo, de Salud Ocupacional en la Gerencia Administrativa de la Caja.
“Es muy riesgoso decir que ya existe el burnout, porque para poder decir que existe se debe hacer una medición con instrumentos. Yo sí me atrevería a decir que tenemos un personal cansado, pero no podemos decir que un 100% de nuestros trabajadores están así. Puede que algunos sí, pero no podemos hacer esa generalización”, aclaró Redondo, quien confirmó que no hay medición de esta situación.
Sin embargo, es una realidad que gran parte de este personal se encuentra agotado, física y emocionalmente, reconoció Julio César Rodríguez, psicólogo de la Gerencia General de la CCSS.
Según explicó Rodríguez, desde finales del 2020, esa dependencia creó una comisión intergerencial para atender al personal de la CCSS que pudiera tener algún signo o síntoma de desgaste por la atención de la pandemia. De esa comisión, dijo, salieron dos acciones.
La primera, fue pedir ayuda psicológica externa para ponerla a disposición de los funcionarios. Una de esas fuentes de apoyo fue la Asociación de Empleados de la CCSS (Aseccss), que abrió una línea de ayuda psicológica gratuita para los asociados y sus familias. Otra fue el respaldo de especialistas de la Universidad Nacional (UNA) y de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La segunda acción fue capacitar a cerca de 150 funcionarios de la Caja como gestores locales de salud mental, responsables también de formular planes y ejecutar acciones que incluyeran primeros auxilios psicológicos para aquellos empleados con problemas de familia, como la pérdida de la pareja por sobrecarga laboral. A este grupo también se le encargó hacer planes locales para la atención del personal.
“Estamos entrando en una etapa de recuperación para ver, a partir de ahora, cómo nos volvemos a levantar”, confirmó Rodriguez.
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“Los equipos gestores tienen como principal papel capacitarse para hacer estos planes, que ya tenemos. La intervención depende de cada establecimiento de salud”, aclaró el psicólogo.
“Desde que se inicia la pandemia, una de las preocupaciones de la institución es ver cómo lo estaban viviendo los funcionarios. Una de las primeras situaciones críticas se dio en el Hospital San Rafael de Alajuela, con un gran temor entre el personal porque uno de los primeros enfermos estaba entre ellos.
“Nosotros ya teníamos un lineamiento institucional desde antes de la pandemia. Somos parte del equipo de emergencias de la CCSS en la parte de Psiquiatría y Psicología. Tenemos estrategias para llegar al funcionario en momentos de crisis. Esta experiencia, sin embargo, tiene características no comparables con ninguna otra. Desde el primer día desde que se anunció la situación, aplicamos las primeras estrategias, haciendo una evaluación, aplicamos cuestionarios diagnósticos en los diferentes servicios en atención directa”, aseguró Marta Vindas, coordinadora nacional de Psicología, en la Gerencia Médica de la CCSS.
Cuando se comenzó a incrementar la cifra de muertes, dijo Vindas, se aplicó otra estrategia de trabajo no solo para la familia de los pacientes sino para el funcionario, que tuvo que enfrentar también el duelo por la pérdida de pacientes y el acompañamiento a los parientes del fallecido.
“Fue una situación muy convulsa cuando se inicia el conteo de muertes. Luego vienen etapas con picos de contagios, que fue como comenzar desde cero nuevamente. La contaminación ya no es solo en el centro de salud sino también en la casa, con familias enfermas y esto, sin duda, aumenta el estrés. Aquí dimos charlas sobre el manejo del estado emocional y sobre el manejo de la salud individual”, agregó Vindas.
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Rodríguez insistió en que es muy difícil indicar en este momento cómo está la condición física y mental de los funcionarios, aunque sí es posible suponer que están cansados. La radiografía completa no se tiene, reconoció. Tampoco hay una fecha para tener ese diagnóstico, en parte porque no hay personal suficiente disponible para hacerlo.
Por etapas
Las estrategias se han venido sumando según las diferentes etapas que la pandemia ha presentado, aseguró el equipo de la CCSS.
La institución, además, tiene claro que lo que sigue ahora es recuperar la otra parte: lo que se dejó de hacer durante estos primeros dos años pandémicos, que será asumido por este mismo personal, mucho del cual está agotado.
“Lo que estamos buscando es ofrecer estrategias. Se han redoblado esfuerzos en los establecimientos de salud, con contratación de personal para atender esta parte de la pandemia y cubrir a los compañeros, no solo a quienes se han incapacitados por contagiarse. Estamos viendo la posibilidad de ampliar los espacios y tiempos para que el personal de Psicología pueda seguir trabajando con nosotros en esta nueva etapa de recuperación de servicios”, dijo Julio César Rodríguez.