Un bebé de menos de seis meses de edad falleció el pasado sábado 23 de setiembre en el Hospital Nacional de Niños debido a complicaciones derivadas de una infección respiratoria.
El infante fue trasladado desde el Hospital Tony Facio en Limón, donde sufrió un primer paro cardiorrespiratorio. Lamentablemente, al llegar a San José, volvió a experimentar otro paro, y no fue posible salvar su vida.
Con su muerte, el número de fallecimientos atribuidos a diferentes virus respiratorios desde enero pasado asciende a 34, confirmó el director médico del Hospital de Niños, Carlos Jiménez Herrera. Desde junio hasta la fecha, se han registrado 19 fallecimientos relacionados con el pico de infecciones respiratorias.
Jiménez explicó que el paciente de Limón era un lactante que llegó en una condición precaria. Hasta el momento, dijo, no se ha aislado ningún germen ni se han identificado factores de riesgo específicos que pudieran haber desencadenado su muerte.
De los 34 fallecidos hasta la fecha, 9 eran menores de un año, 4 tenían entre uno y cinco años de edad, y el resto entre cinco y seis años.
De los 19 fallecidos desde junio, 15 tenían factores de riesgo asociados, y cuatro no. Nueve vivían en San José, cinco en Alajuela, tres eran de Limón, uno de Guanacaste y otro de Puntarenas.
Según Carlos Jiménez, seis de los 19 fallecidos tenían condiciones prevenibles por vacunación: tres fallecieron por complicaciones asociadas al virus influenza y los otros tres por SARS-CoV2, el virus que causa la covid-19.
Jiménez aclaró que los fallecidos por causas relacionadas con la covid-19, dos tenían el esquema completo y uno no, pero los dos primeros tenían enfermedad oncológica de fondo.
Casi una semana después de la alerta sanitaria por virus respiratorios en población infantil, los internamientos en el Hospital de Niños continúan al alza. Este lunes 25 de setiembre, amanecieron 129 menores hospitalizados, 11 en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). El 20 de setiembre, la cantidad de internamientos ahí ascendía a 117.
El director médico de ese hospital, explicó que, hasta la mañana de este lunes, dos niños permanecían en los hospitales de Heredia y Cartago en espera de que se liberaran espacios para ser trasladados al hospital pediátrico, en la capital.
La ocupación en estos momentos alcanza el 160% en las camas dedicadas a casos respiratorios, y de 95% para las camas expandidas
El miércoles 20 de setiembre, el Ministerio de Salud emitió una alerta sanitaria por virus respiratorios en población infantil, principalmente, porque los servicios del Hospital Nacional de Niños se encuentran al tope.
Ese mismo día, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) acordó declarar emergencia institucional por la misma causa, con el fin de liberar hasta ¢300 millones mensuales mientras dure el pico de virus respiratorios, que se inició en marzo.
Para especialistas consultados por La Nación, estas alertas tenían que haberse emitido más tempranamente para prevenir la situación límite a la que ha llegado el Nacional de Niños.
El epidemiólogo de la Universidad Nacional (UNA), Juan José Romero Zúñiga, no considera oportuna la alerta. Al contrario, cree que llegó tarde: “No es oportuna porque pudimos evitar la magnitud del tipo de casos. Si desde mayo, abril y junio empezamos a trabajar en una campaña de promoción de buenas prácticas para la prevención de las infecciones respiratorias, en agosto podríamos reducir la cantidad y esa plétora que tenemos hoy, concentrada en el Hospital de Niños, se podría haber evitado”.
Actualmente, circulan seis virus respiratorios, pero los que más problemas están causando a la población infantil son el virus respiratorio sincitial, conocido como “virus asesino” por la alta mortalidad que causa. También circula el rhinovirus.
Las autoridades de Salud piden a las personas retomar voluntariamente medidas que pueden cortar las cadenas de transmisión. Sobre todo, las siguientes:
- Mantener el esquema de vacunación actualizado.
- Lavarse las manos constantemente o utilizar alcohol en gel si no tiene acceso a agua potable y jabón.
- No enviar a los niños enfermos a la escuela.
- Usar mascarilla en espacios cerrados y con poca ventilación.
- Practicar el protocolo del tosido y el estornudo.
- No llevar a sitios concurridos a bebés lactantes que puedan ser expuestos a la infección con virus respiratorios.