Un pequeño de dos años quemado en cara y manos con una bengala, y otro de siete años con lesiones en sus muslos luego de que le reventó un cachiflín, permanecen internados en el Hospital Nacional de Niños víctimas del uso de la pólvora en fiestas familiares de fin de año.
Ambos ingresaron, con pocos minutos de diferencia, entre las 12:10 a. m. y 1:15 a. m. de este 1.° de enero del 2023, al servicio de Emergencias del hospital pediátrico, informó el director interino, Carlos Jiménez Herrera.
La historia de cómo se quemó el menor de dos años no está clara, informó Jiménez. Por eso mismo, será investigada por el equipo de Trabajo Social del centro médico.
Hay dos versiones sobre lo que ocurrió, según contaron acompañantes del paciente, quien es vecino de la ciudadela León XIII. Una, dice que al chiquito le dieron directamente la bengala. Otra, que solo se la acercaron y las chispas le cayeron en cara y manos.
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“Es una historia poco clara. Debe ser sometida a una investigación para ver dónde estaban los cuidadores porque lo expusieron en un ambiente de riesgo”, afirmó Carlos Jiménez.
El niño de 7 años, vecino de La Uruca, en San José, fue trasladado por ambulancias de Salitrillos de Aserrí.
“Aparentemente, un familiar cercano estaba manipulando los cachiflines y uno se fue en la dirección equivocada, contra el niño, quemándole muslos y zona genital”, explicó el médico.
Este menor permanece en la Unidad de Quemados del hospital, mientras que el de dos años está internado en un salón para menores con síntomas respiratorios, pues también se le identificó un virus no covid.
Estos son los primeros dos casos de quemados con pólvora de este año. En el 2022, solo hubo uno, el cual también ingresó en las primeras horas de ese año.
Carlos Jiménez hace un nuevo llamado a las familias para proteger a los menores contra este tipo de quemaduras; especialmente, porque en estas primeras semanas del año diferentes comunidades celebran sus fiestas patronales y se tiene la costumbre de reventar pólvora.
“Los festejos se inician en diferentes poblados: Santa Cruz (Guanacaste), Palmares (Alajuela) y cantones del norte del país. Por favor, guarden prudencia y no permitan que ningún niño manipule pólvora o esté cerca de los sitios donde hay pólvora”, exhortó el médico.
A final de año, la Municipalidad de Curridabat prohibió la venta de pólvora como un primer paso para evitar este tipo de incidentes y, además, proteger el bienestar de personas con algún padecimiento especial, así como las mascotas.
La prohibición se da en el marco de la campaña “Más luces en el cielo, más espíritu navideño”, que pretende reducir el consumo de este explosivo en la temporada de Navidad y Año Nuevo y proteger a los niños y a las mascotas por el ruido y la luz que generan las explosiones.
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En julio del año pasado, se lanzó una campaña nacional para evitar todo tipo de quemaduras en menores de edad.
En los últimos cinco años, 1.639 chiquitos, principalmente menores de 4 años, fueron atendidos en la Unidad de Quemados del Hospital Nacional de Niños (HNN). Un 75% de ellos se quemó en su hogar y más del 50% fue víctima de líquidos calientes.
Estas lesiones suceden entre 10 a. m. y el mediodía, y de 4 p. m. a 6 p.m. a consecuencia de descuido de papás, mamás y otros cuidadores, informó en julio Carlos Jiménez Herrera.