A finales de junio estaría listo el primer Plan Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, una herramienta para ordenar todo lo relacionado con este tema en el país, tanto en el sector público como en el privado.
Allan Varela Rodríguez, coordinador de la Secretaría Ejecutiva Técnica de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos Humanos, del Ministerio de Salud, reconoció que esta es una deuda pendiente desde hace siete años.
“La Secretaría tiene la responsabilidad del plan nacional de trasplantes, que hasta el día de hoy no ha sido elaborado. En febrero, comenzamos a hacer reuniones con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), diferentes ONG´s, y el sector privado, en un pequeño comité.
“Vamos a sumar a otros actores, como universidades, en todo lo que respecta a docencia. Esto tiene que ser aprobado por el Consejo en la sesión de finales de junio”, confirmó Varela.
Según informó el coordinador de la Secretaría, la elaboración del plan va a traer orden a todos los actores involucrados en alguna parte de este proceso. Sobre todo, porque establecerá las responsabilidades que va a tener cada quien: Ministerio de Salud, Caja y entes privados que realizan estos procedimientos.
Según la Memoria 2020, presentada por la Secretaría Técnica de Donación y Trasplantes, es necesario reorganizar la estructura del programa para fortalecerlo y hacer frente a las oportunidades de mejora, en áreas como las siguientes:
- Reforzamiento de las estructuras internas de los equipos de trabajo.
- Mejorar la comunicación interna de los equipos hospitalarios de donación y trasplante.
- Apoyar la coordinación entre hospitales.
- Fomentar la formación y capacitación continua.
- Impulsar el concepto de prioridad en la intervención sobre aquellos procesos que llevan al trasplante, en contraposición de la visión diferible que predomina en la actualidad.
De forma paralela, se trabaja la reforma al reglamento de donación y trasplante, para ajustarla a las necesidades actuales.
“Cuando salió la ley, estábamos con gran influencia del tema de trasiego de órganos a nivel nacional. Había salido una regulación bastante policíaca, en torno a la importación de órganos para trasplante.
“Esto hacía que, a pesar de que a nivel internacional existen bancos de órganos que pueden ser traídos al país para nuestros pacientes, el traerlos era sumamente engorroso por cuestiones de seguridad, pensando más en la prevención de un delito que en la salud pública”, explicó Varela.