El primer deceso relacionado con la covid-19 ocurrió el 18 de marzo del 2020, cuando falleció el pediatra alajuelense Roberto Galva. Durante los siguientes tres meses se fueron sumando víctimas mortales pero de forma muy lenta, hasta el 7 de julio, día a partir del cual los registros de Salud sumaron muertes diariamente.

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La más reciente ola pandémica elevó, incluso, la mortalidad entre la población menor de edad, que registró a mediados de este año, un aumento significativo en la cantidad de decesos. La cifra se multiplicó por seis, pasando de cuatro en junio a 24 en setiembre. Desde entonces, no se han registrado más muertes entre menores de edad.

Este panorama comenzó a cambiar en octubre, con una baja en fallecimientos, hospitalizaciones y contagios. En la última semana, el promedio fue de cuatro muertes cada 24 horas, lo que evidencia el descenso, al menos temporal, del impacto de la covid-19 en el país, donde ya ha cobrado 7.324 vidas, contabilizadas por el Ministerio de Salud desde marzo del 2020.

Esta caída en la curva, permitió que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) iniciara un nuevo proceso de desescalada; es decir, un retorno paulatino a la normalidad en sus servicios. Esto incluyó el cierre técnico del Centro de Atención Especializada para Pacientes de Covid-19 (Ceaco), que se inició el 22 de noviembre.

Al mismo tiempo, el Gobierno flexibilizó las medidas con la reactivación incluso de actividades masivas, como conciertos y asistencia de público a los estadios, aunque siempre con aforos limitados.

La vacunación contra la covid-19 es considerada por los especialistas como la medida que más influencia ha tenido en este comportamiento de la pandemia. Aunque aclaran que las personas deben mantener la práctica de protocolos que han demostrado su efecto positivo en la contención del virus; principalmente, el lavado de manos con agua potable y jabón, el uso correcto de la mascarilla, y el distanciamiento físico.

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Costa Rica estuvo entre los primeros países del mundo en iniciar la vacunación. Las primeras dosis se colocaron el 24 de diciembre del 2020, en personas adultas mayores de hogares de larga estancia. Hasta el 6 de diciembre, se habían colocado más de 7,7 millones de dosis; un 75,6% corresponden a primeras dosis, y un 63,5% a segundas dosis. Menos de un 1% de la población, tiene ya la tercera.

Los resultados de todo este esfuerzo fueron destacados en un mensaje del presidente Carlos Alvarado, en sus redes sociales, este 8 de diciembre: “Hoy, la pandemia no le arrebató la vida a nadie en nuestro país. Se ven los efectos de vacunar. Gran noticia que nos llama a cuidarnos, respetar protocolos y seguir vacunando. ¡Adelante!”, dijo el mandatario.

De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud, este miércoles se registraron 118 casos nuevos de la covid-19. Además, hay 185 personas internadas en los hospitales, todos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). De ellos, 76 se mantienen en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).

Efecto de vacunación

Ronald Evans, epidemiólogo y coordinador del equipo de la Universidad Hispanoamericana que le lleva el pulso a la tasa de reproducción del coronavirus, no ocultó su alegría al conocer la noticia: “¡Albricias! Me parece una excelente noticia, un reflejo de la disminución brutalmente positiva del número de casos. También ha disminuido excepcionalmente el número de hospitalizados, tanto en salas generales como en Cuidados Intensivos. Es el momento que estamos viviendo de la ola pandémica, ojalá que llegue a nivel basal.

“En los próximos días, se puede repetir el mismo fenómeno, sin ninguna muerte, aunque también puede que fallezcan algunos porque todavía tenemos personas internadas, y sabemos que la duración de los hospitalizados es bastante larga, hasta dos o tres meses en casos extremos”, manifestó el médico.

Evans confirma que el país está saliendo de la última ola pandémica, y pronostica que la que siga probablemente no será tan violenta y prolongada como esta.

“No podemos decir que esto se acabó. ¡De ninguna manera! Hay que ver lo que ha ocurrido en otros países, que es un reflejo de lo que nos puede pasar a la vuelta de unos meses. Hay que estar alerta, porque a principios del 2022 es posible que haya una nueva ola, con la única diferencia de que no será tan violenta”, dijo.

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El microbiólogo y salubrista Darner Mora Alvarado, director del Laboratorio Nacional de Aguas, confirmó que el dato de casos nuevos reportado el martes, con 92, es el más bajo registrado en el mismo periodo.

Mora pronostica para las próximas semanas que esa cifra esté por debajo de los 200 casos diarios, “mientras no nos descuidemos”, adviertió. Para el microbiólogo, las causas de este significativo descenso en la mortalidad son multifactoriales, pero la principal entre todas es la vacunación.

“Aunque no evita el contagio sí evita la gravedad. Por eso, ese dato es muy halagüeño y positivo. Sigo siendo consistente con el clima, con el sol, con mañanas y tardes espectaculares, cuando la gente se expone (a los rayos solares, que fortalecen el sistema inmunitario) con solo caminar por la calle. Esto para mí es fundamental, porque la madre naturaleza ha sido así siempre, desde que Hipócrates lo dijo hace 2.500 años, creo en eso.

“Ayuda también la educación del pueblo. Nos hemos educado: hay que mantener el lavado de manos como la vacuna social más importante. No debemos descuidarnos. Estados Unidos tiene una quinta ola, y países potencia como Alemania, tienen muertos y muertos. No nos podemos descuidar”, advirtió Mora.

Colaboró la periodista Natasha Cambronero.