A diferencia de otros países, en Costa Rica no se pueden realizar pruebas rápidas en las casas o lugares de trabajo para determinar si una persona tiene el virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19. Tampoco se vislumbra una fecha para que eso ocurra.
Estos exámenes miden los antígenos, es decir, las proteínas del virus, y determinan si una persona tiene los síntomas. Algunas requieren una muestra nasal que puede obtenerse con un hisopo (incluido en el kit en el que viene el test) y otras funcionan con una muestra de saliva. Los resultados están en cuestión de minutos.
Aquí no se pueden conseguir ninguno de los dos tipos de test, ni a nivel público ni a nivel privado, por la prohibición establecida en el Decreto Ejecutivo 34482-S denominado Reglamento para el registro, clasificación, importación y control de equipo y material biomédico (EMB) que en su artículo 24 indica: “los EMB para diagnóstico in vitro de uso personal establecidos en los numerales 4.3.12.4 y 4.4.10 del presente reglamento no serán autorizadas por el Ministerio de Salud para la venta al público”.
El numeral 4.3.12.4 se refiere a detectar la presencia o exposición a un agente infeccioso. El 4.4.10, por su parte, regula el monitoreo de niveles de drogas o medicamentos en el organismo.
La Universidad de Costa Rica (UCR) intenta desarrollar una prueba de saliva para esas condiciones, pero no ha logrado concretarla.
No obstante, la semana pasada, el ministro de Salud Daniel Salas Peraza, dijo a la prensa que someterá a estudio el uso de estas pruebas “en ciertos escenarios”, aunque sin especificar cuáles. Ese análisis, dijo, estaría a cargo de profesionales del Ministerio, de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) y de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Esta es la primera vez que se vislumbra la posibilidad, pues hasta inicios de noviembre Salud se mantenía firme en no permitirlas bajo ninguna circunstancia, según la respuesta que dio a La Nación.
“Las pruebas de uso personal, deja en el usuario la responsabilidad de la toma de la muestra y la interpretación del resultado, el cual puede ser erróneo, debido a la variedad de posibles interferentes y de los valores de sensibilidad y especificidad de estas pruebas, así como la complejidad del accionar del rector sanitario para las acciones de prevención de contagios y seguimiento de contactos”, respondió el Ministerio en aquel momento.
Para Santiago Núñez Corrales, costarricense investigador en sistemas complejos de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, en Estados Unidos, estas pruebas son trascendentales en el contexto de la pandemia.
“Costa Rica demostró no poder efectuar más de 12.000 exámenes diarios (aunque las autoridades nacionales hablaban de 30.000). Esto nos llevó a una estrategia reactiva (hacer pruebas solo a quienes llegaban a los centros de salud)”, expresó.
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Apoyo en toma de decisiones
El investigador considera que estos exámenes son útiles para que las personas puedan tomar sus decisiones sobre si asistir a actividades de trabajo o sociales o aislarse en caso de resultar positivos.
“No me gusta llamarlas ‘caseras’. Eso suena a que pudo haberlo hecho en una casa en una olla y les da vuelta hasta que estén listas, como los tamales. Estas son pruebas manufacturadas por laboratorios competentes que han sido verificadas y aprobadas por agencias reguladoras. Son como pruebas de embarazo. Pueden hacerse sin supervisión”, manifestó.
En criterio de Núñez estos análisis son confiables y lo que puede suceder es que haya resultados indeterminados. Si este es el caso, la persona nada más debe repetir la prueba.
Para saber cuán confiable es un test es bueno repasar los conceptos de sensibilidad y especificidad.
Sensibilidad: probabilidad de una prueba para detectar una infección. Si esta es alta, un resultado negativo sería muy cercano a la realidad y se podría descartar la presencia del virus. En otras palabras, a mayor sensibilidad, menor riesgo de falsos negativos.
Especificidad: la posibilidad de una prueba de descartar una infección cuando no se tiene. Si la especificidad es alta, la posibilidad de que un positivo realmente lo sea es muy alta. En otras palabras, a mayor especificidad, menor riesgo de falsos positivos.
Los exámenes rápidos más difundidos tienen una sensibilidad entre el 76,8% y el 90%, el promedio son 84,6%. Las recomendaciones del CDC indican que, si se quiere mejorar la confiabilidad en los resultados, puede realizarse otro test al menos 24 horas después, para descartar falsos negativos o ante la posibilidad de que la primera vez no se tuviera la cantidad de virus suficiente (carga viral) para que la prueba la registrara.
“Eso es suficiente para reducir drásticamente la proporción de gente que pueda infectar aun si hay falsos negativos. Y si se hace más de una vez, la sensibilidad aumenta”, dijo Núñez.
Según dice, si hay acceso a estas pruebas y las personas ven el resultado positivo, tomarán decisiones para no exponer a los demás, y si fuera grave se podría confirmar el resultado con un prueba PCR en un hospital o centro de salud. De esta forma, cree que ayudarán a mantener mayor control sobre el comportamiento de la pandemia.
“El número famoso de R, de cuántas personas positivas contagian a otra, con solo que la mayoría de las personas contagiadas lo sepan y se aíslen ya le baja la presión a la pandemia.
“Una epidemia es un juego de números, es estadística, no pruebas individuales. (...) Los efectos poblaciones nos dicen que, inclusive si hay una cantidad de falsos negativos, habrá más gente enferma bien diagnosticada y eso va a reducir la transmisión”, agregó.
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Microbiólogos en contra
Otras son las consideraciones del Colegio de Microbiólogos y Químicos Clínicos (CMCQ), para el cual “la autorización de estas pruebas no puede tomarse a la ligera porque se puede perder la trazabilidad epidemiológica de la pandemia”.
“No porque se utilicen en otros países quiere decir que sea bueno para Costa Rica, hay que tomar en cuenta muchas variables, como la infraestructura del país en salud, muy diferente a la de países que utilizan estas pruebas caseras, y además la cobertura de centros de diagnóstico tanto públicos como privados es mayor a la de otros países”, señaló Hugo Núñez Navas, de la Junta Directiva del CMQC.
Para Santiago Núñez, si se trata de pruebas de PCR (que miden la presencia de la genética del virus), por sus características, sí se necesita de microbiólogos y requiere niveles de laboratorios y conocimientos profesionales de cierto nivel. Para ello sí se necesita de un profesional en microbiología.
“Hay un error de concepto importante. No es para trazabilidad ni rastreo, para analizar datos epidemiológicos, es para que las personas puedan tomar decisiones a partir de sus propios síntomas. Esto va en contra del manejo de la epidemia, de identificar, aislar y así evitar la transmisión”, añadió.
Esto sí podría repercutir sobre la cantidad de casos positivos reportados, aunque según recuerda Santiago Núñez, siempre se han dado subregistros en los casos reportados. Los números más certeros para saber cómo se comporta la pandemia son las hospitalizaciones, pues en este país todas las personas que requieren ir a centro médico por covid-19 tienen acceso a este, y si llegan sin un diagnóstico ahí se determina si o no la enfermedad.
Mayor uso a nivel internacional
Entretanto, en otros países han optado por promover todavía más el uso de tests de detección casera, sobre todo con la llegada de fiestas y reuniones de la época. En Estados Unidos, el presidente Joe Biden anunció el jueves que, ante la llegada del fin de año y la variante ómicron, el seguro médico pagará estos análisis a todas las personas, y, para quienes no tienen seguro, aumentará la disponibilidad de tests gratuitos.
El sitio del Centro de Control de Enfermedades de dicho país (CDC, por sus siglas en inglés), tiene videos para explicar cómo usarlos e interpretarlos y motiva a quienes tienen síntomas a hacérselos. También se indica qué se debe hacer en caso de que den resultados como “error” o “no determinados”.
“Pueden ser usados por cualquier persona en su casa o en cualquier lugar”, puntualiza la página de Internet, a la vez que motiva a quienes ven un resultado positivo a no salir e informar a aquellos con los que estuvieron en contacto.
Por su parte, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), tiene instrucciones de cuáles tests sí están autorizados y funcionan y cuáles deberían evitarse.
Este escenario es el mismo en otros países del continente americano y de Europa. En Reino Unido, por ejemplo, las personas pueden acceder a ellas incluso si no tienen síntomas. En Alemania, fueron gratis entre marzo y octubre pasado, y se volvió a cobrar para motivar a la vacunación, pero los habitantes siguen teniendo acceso a ellas.