Las bicimotos se han convertido en un medio de transporte muy popular en Costa Rica, pero también en un frecuente partícipe de accidentes y ahora en causante de quemaduras en menores, como lo advirtió este jueves el Hospital Nacional de Niños (HNN).
Es cierto que entre los pacientes que llegan a la Unidad de Quemados del centro médico, la principal causa de quemadura sigue siendo el derrame de líquidos calientes, pero cada vez son más comunes las quemaduras por fricción que se dan principalmente en bicimotos y motocicletas.
“En el número de pacientes con quemaduras por fricción la mayor frecuencia fue de niños transportados en bicimotos. A pesar de que no hay una regulación como tal, este no es un transporte seguro para los niños y hay ciertas características para cumplir. Así como hay reglas para cumplir para transportar menores en motos, también debería haberlas para bicimotos”, manifestó Hannia Pacheco Gutiérrez, especialista en Fisiatría y Rehabilitación del HNN y secretaria de la Asociación Sobreviviendo a Quemaduras (AsoQuem).
Las bicimotos son bicicletas equipadas con un motor que les permite alcanzar velocidades mayores que con el pedaleo convencional, pero no tienen la estabilidad de una motocicleta ni son inscritas ante el Registro de la Propiedad como un medio de transporte intermedio. Tampoco se requiere una licencia para manejarlas ni están sujetas a derechos de circulación. En Costa Rica, no hay una regulación sobre ellas, aunque se evalúa tenerla.
Pacheco indicó que en los dos últimos meses, este tipo de lesiones ya constituyeron el 40% de las atenciones por quemaduras en el HNN.
De acuerdo con Juan Ramón Poveda Xatruch, jefe de la Unidad de Quemados, se pasó de ver un caso al mes hasta ahora tener tres niños internados al mismo tiempo por quemaduras por fricción. Además, han atendido situaciones aisladas que presentan este tipo de quemaduras una vez al mes.
“Este año particularmente hemos tenido un aumento importantísimo de quemaduras por fricción: bicicletas, bicimotos que no tienen documentos, se les permite como si fueran bicicletas, pero andan por la libre como si fueran motos”, señaló Poveda.
Por las características de un viaje en bicimoto, el 95% de las quemaduras se dan en las extremidades inferiores: rodilla, pierna, tobillo y pie. El tipo de accidentes que conlleva este tipo de medio transporte hace que muchos de estos niños también se fracturen y deban atenderse ambas cosas.
“Hemos tenido que hacer reconstrucciones de tejido por pérdida importante de la región anatómica afectada”, manifestó el especialista.
Villalobos manifestó que las lesiones por bicimoto son profundas y requieren de varios días e incluso semanas de hospitalización. El área quemada tal vez no es muy grande, pero las quemaduras son profundas, y en extremidades que necesitan mantenerse funcionales.
En 2023, en todos los centros hospitalarios de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) se registraron 118 internamientos por quemadura y corrosión de tobillo y pie; este año, para finales de mayo, había 56. Aunque estos números no indican cómo se ocasionaron estas quemaduras, Poveda y Pacheco afirmaron la mayor cantidad relacionada con el uso de bicimotos es cada vez mayor; tampoco pueden descartarse las sucedidas en motocicletas y bicicletas, que ocurren en menor medida, pero sí se dan.
¿Cómo se da una quemadura por fricción?
Poveda explicó que en la mayoría de los casos los menores no van manejando. Van de pasajeros: de un lado, atrás y ahí es más difícil sostenerse. La forma en la que ubican los pies hace que se dé una fricción constante con partes de la bicimoto o de una bicicleta. Esto, aunado a la velocidad con la que se desplaza y el calor generado, causa la quemadura.
“Los niños pequeños no deberían ser transportados por esos medios. Entendemos que mucha gente tiene la necesidad, tiene que movilizarse y no tiene otro medio, pero también solo un descuido puede generar quemaduras o traumas que pudieron prevenirse”, destacó el médico.
‘Mi hijo se quemó en una motocicleta’
Las quemaduras por fricción no solo se dan en bicimotos; también pueden ocurrir en vehículos de mayor tamaño y con regulaciones, como las motocicletas.
Douglas Barahona y Alejandra Villalobos saben cómo se vive una quemadura por fricción. Su hijo de cuatro años sufrió esta lesión cuando salió a hacer unos mandados una mañana con su papá.
Él niño iba en la parte trasera del vehículo, cuando estaban cerca de llegar a la casa, el menor comenzó a mover sus piernas y a jugar que estaba en un caballo. Fue así como una pierna quedó atrapada en medio del compensador y la llanta. Esto provocó la quemadura por fricción.
El menor requirió de una cirugía para colocarle un injerto de piel.
“Cuando sucedió pensé que era un accidente, pero fue negligencia. Cuando uno es adulto, uno tiene que aprender que las decisiones que toma tienen consecuencias. Yo era adulto y sabía que a niños de esa edad no debía montarlos en motocicleta y lo hice. Nosotros somos los adultos y debemos ser responsables. Si eso está prohibido es por algo”, manifestó el padre.
La madre, por su parte, reconoció que pudo haber sido una tragedia mayor pero también pudo haberse evitado.
“Pudo prevenirse si no hubiéramos permitido que nuestro hijo se montara en una moto a tan temprana edad”, admitió.
Los padres recomendaron que ante una situación de este tipo se debe acudir al hospital, sin temor a juzgamientos.