La falta de planificación de la CCSS mantiene al borde de una nueva crisis a su único servicio de radioterapia, donde los enfermos de cáncer reciben radiación como parte de su tratamiento contra esa enfermedad.
Desde hace seis meses, los cuatro aceleradores instalados en el Hospital México trabajan más allá de su capacidad, las 24 horas del día, de lunes a sábado, corriendo un altísimo riesgo de salir de operación en cualquier momento por la sobrecarga, advirtió el Colegio de Médicos y Cirujanos.
Si eso sucede, cientos de enfermos oncológicos quedarían a la deriva en un tratamiento que exige sincronía entre la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia para garantizar la mayor sobrevida a los enfermos.
En menos de un mes, entre setiembre y octubre pasados, varios de esos equipos salieron de operación por periodos cortos, retrasando el tratamiento para decenas de enfermos; esta situación está totalmente contraindicada.
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El presidente del Colegio de Médicos, Andrés Castillo Saborío, confirmó que un grupo de especialistas de Radioterapia del Hospital México trasladó a ese órgano colegiado la preocupación que existe entre esos profesionales por la sobrecarga de trabajo de los aparatos.
Estas inquietudes también fueron planteadas por el Colegio a las autoridades de la Caja y del Ministerio de Salud, sin que hasta el momento hayan recibido respuesta.
Castillo explicó que el caso se analizó con cuidado en un grupo técnico llamado Consenso Nacional de Excelencia Tecnológica y Médica en Manejo de Enfermedades Crónicas y Cáncer.
“A nosotros nos preocupó y se lo enviamos a la Junta Directiva y Presidencia Ejecutiva de la Caja, y al Ministerio de Salud porque en guerra avisada no mueren soldados. Es un problema serio en el país que se viene advirtiendo desde hace años.
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"Según los estándares internacionales que Costa Rica debería cumplir, para un país con ingresos medios como el nuestro se recomienda un aparato por cada 284.000 habitantes. Mínimo, deberían haber entre 10 y 15 aceleradores lineales y lo que estamos viendo es que apenas se van a sustituir los cuatro que hay y que no dan abasto”, advirtió Castillo.
En junio del año pasado, Estiven Arroyo Artavia, físico médico y jefe del área operativa de ese servicio, advirtió que, aunque los aparatos tienen dispositivos de alerta que les dan seguridad para funcionar, si se presenta algún desperfecto ya no hay otro de refuerzo para ver a los pacientes.
“Si están 24 horas y cualquiera se detiene media hora, no hay margen para actuar. Es una situación que no se debería dar y esperamos que no se dé, pero el riesgo existe. Si se llevan a su máxima capacidad, no hay margen de acción. Esto no es conveniente”, advirtió Arroyo en junio del 2018.
Hace 15 años, la CCSS no aumenta la cantidad de estos equipos, indicados para eliminar o contener el crecimiento de tumores con uso de radiación.
Desde la semana anterior, se intentó conversar con alguna autoridad de la Gerencia Médica, pero no fue posible que se refirieran a este tema.
También se intentó este lunes localizar a Román Macaya Hayes, presidente ejecutivo de la CCSS, pero no se pudo conversar con él de un asunto que calificó como prioritario al inicio de su gestión.
Tampoco fue posible obtener una versión del Ministerio de Salud y la Defensoría de los Habitantes.
Radioterapia 'a toda máquina’
La intensidad del trabajo en estos cuatro equipos aumentó en julio del año pasado, cuando la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) decidió ponerlos a funcionar en un tercer turno hasta completar las 24 horas; esto con el propósito de aliviar una presa de 800 enfermos en espera de ese tratamiento.
La lista no solo era extensa en cantidad de pacientes. Lo más preocupante era la prolongada espera que cada uno de ellos tenía que hacer para recibir la terapia: tres meses o más, cuando no se aconseja que supere las dos semanas.
La lista se originó, entre otras causas, por la salida definitiva de operación de la única bomba de cobalto de la Caja, instalada en el Hospital San Juan de Dios, hecho que tampoco previó la institución.
También se le achaca al aumento en la demanda de tratamientos más complejos, que requerían más tiempo de exposición del paciente a la radiación.
Especialistas en Radioterapia atribuyen el germen de esa lista a la falta de previsión para comprar con suficiente tiempo estos equipos y evitarles inconvenientes a los enfermos.
Esta primera crisis, tomó a la Caja desprevenida, a pesar de que, al menos desde el 2013, diversos oficios enviados por especialistas de ese servicio –de los cuales tiene copia este diario– advertían de la necesidad de renovar y aumentar la cantidad de equipos disponibles.
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Trabajar las 24 horas si bien bajó a la mitad la lista de espera, mantiene al borde del colapso a estos equipos. Esa reducción se dio , entre julio a octubre, cuando el número de pacientes que hacían fila por el tratamiento pasó de 798 a 367.
El alivio más inmediato apenas llegaría en julio, cuando la CCSS tiene programada la entrada en operación del primer acelerador lineal. La compra de ese equipo por casi $4 millones, ya fue adjudicada, informó la CCSS el año anterior.
Gonzalo Vargas Chacón, especialista en Oncología y coordinador del Consenso Nacional de Excelencia Tecnológica y Médica en Manejo de Enfermedades Crónicas y Cáncer, tiene elementos para afirmar que lo que ha faltado en la Caja es planificación.
“Necesitamos 15 aceleradores y solo tenemos cuatro. Si alguno se llega a apagar, ¿adónde vamos a poner al paciente?”, cuestionó el especialista, quien tiene cuatro años de jubilado y dirigió durante varias décadas el servicio de Oncología del San Juan de Dios.
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Vargas contó que él esperaba ver antes de jubilarse el cumplimiento de la promesa del centro que atendería la radioterapia para el San Juan, el Hospital Geriátrico y el Nacional de Niños.
“Llevo cuatro años de jubilado y apenas está en proyecto una obra para la cual se habían destinado fondos del extinto Instituto Costarricense Contra el Cáncer. ¿Qué se hizo la plata? ¿Dónde quedaron los planos que se hicieron? ¡No sé!”, contestó.
A un año o más
Aunque el Colegio de Médicos reconoce que se ha sacado la lista de espera, la intensidad con la que se utilizan estos equipos los dejará fuera de operaciones dentro de poco.
Para el 2020, la CCSS tiene planificada la construcción de un centro donde instalará dos aceleradores para atender a los pacientes oncológicos de los hospitales Geriátrico, San Juan de Dios y Nacional de Niños.
La institución también planea dar otros dos equipos al Hospital Calderón Guardia en el 2021.
Para este año, se espera que tres equipos desahoguen la presión de la demanda de tratamientos; entre ellos, el nuevo acelerador del Hospital México.
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Una carta enviada por varios médicos radioterapeutas a la gerencias Médica y de Infraestructura de la Caja, entre otras autoridades institucionales, el 30 de octubre anterior, y de la cual tiene copia este medio, recomienda que en esos centros el uso de estos aparatos no sobrepase las 12 horas diarias.
Esa es la recomendación que hace la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) para estos tratamientos.
Además, aconsejan que la millonaria inversión que se hará contemple también el uso de las licencias para realizar complejas técnicas de radioterapia, entre ellas, la de Intensidad Modulada (IMRT) y la Volumétrica en Arco (VMAT).
Actualmente, la compra se centra en la adquisición de los aceleradores y en la construcción o adaptación de las instalaciones que necesitan para irradiar.
Si no se incluyen esas licencias en las compras, advierten los radioterapeutas, la CCSS comprará equipos para tenerlos subutilizados, y limitará a los pacientes el acceso a nuevas técnicas para las cuales ya hay profesionales capacitados en el país.