La toma de decisiones en temas clave como la reforma al sistema de pensiones, o la reestructuración del nivel central de la CCSS, quedarían paralizadas con la salida del representante patronal ante la Junta Directiva de la institución, Renato Alvarado Rivera.
El ahora exdirectivo confirmó a La Nación haber presentado su renuncia la semana anterior, pues se incorporará a la campaña del candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC), Carlos Alvarado, quien de ganar la segunda ronda electoral lo convocaría para formar parte de su gabinete.
Alvarado Rivera declinó adelantar cuál puesto ocuparía eventualmente. Él es filósofo de profesión y empresario porcicultor.
Él es uno de los tres representantes patronales ante el máximo órgano de decisión de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Por los empresarios también están Marielos Alfaro Murillo y Adolfo Gutiérrez Jiménez.
Además, la Junta está conformada por tres representantes del sector estatal y otro tanto del sector laboral.
Según comentó Alvarado, este lunes el Consejo de Gobierno aceptó su renuncia.
Para nombrar a su sustituto, la Presidencia debe enviar una convocatoria a la Unión de Cámaras para que hagan una asamblea general que nombre, en el menor tiempo posible, su reemplazo.
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"Yo esperaría que los procesos continúen. Ahí (en la Junta) estaban algunos compañeros que, como Mario Devandas (representante sindical), Rolando Barrantes (del Estado) y Marielos Alfaro (empresarios), también los han venido apoyando intensamente", expresó el exdirectivo.
Admitió, sin embargo, preocupación por la posible paralización de la Junta mientras se nombra al nuevo miembro.
"Se podrían retardar los procesos, pero tengo toda la fe de que ninguno quede truncado por mi salida. Tuve que tomar esa decisión (la renuncia) por las condiciones políticas del país, pero con la fe de que hay compañeros en la Junta que tienen clara la necesidad de finalizar la transformación de la institución", añadió.
Alvarado fue, hasta hace poco, el vocero de la Junta sobre el proceso de reestructuración del nivel central, que tanta crítica ha recibido desde el 2015, cuando se inició con el fin de inyectar más eficiencia a los servicios de salud.
Sobre este proceso, Alvarado reconoció la existencia de "intereses creados" y "feudos en la Caja, que no quieren perder su fuerza y su poder".
Según él, esos grupos o personas están dinamitando los puentes necesarios para hacer una transformación y una transición tranquila.
"Los gerentes son quienes han levantado la voz, aterrorizados porque se les quita el poder que tienen", dijo.
También manifestó su malestar por los resultados de la mesa de diálogo sobre las pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
Este grupo –integrado también por representantes patronales, laborales y del Estado–, presentó una propuesta que lo tuvo a él entre los principales críticos dentro de la Junta Directiva, pues no tocó puntos clave como el aumento en edad y cuotas.
“Soy el único disidente que opina que la mesa fue poco fructífera. Pero encuentro una actitud complaciente (en otros miembros de Junta), como que se logró un gran éxito con ese proceso. Yo no veo a la Junta Directiva aguerrida, tomando algunas de las observaciones y diciendo que son insuficientes.
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”¡Es tan poco lo que proponen! No veo una disposición a hacer cambios sustantivos, o que por lo menos se tome una decisión profunda para dejar planteados los cambios reales que se requieren para el mediano y largo plazo”, dijo Alvarado en enero.
Él ha trabajado en la Junta Directiva de la CCSS en dos periodos: de 2004 al 2010, y del 2014 hasta su renuncia. Su periodo terminaba en abril próximo.