La renuncia en agosto de dos ortopedistas y un neurocirujano del Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare), obligó a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) a suspender el programa para operar problemas de columna, que funcionaba en ese centro desde el 2021.
Como consecuencia inmediata de la medida, al menos 650 pacientes con diversos padecimientos de columna quedaron en lista de espera para cirugía. Son personas que sufren problemas de hernias de disco, desplazamientos o secuelas de fracturas de vértebras, y escoliosis, una desviación de la columna que requiere una intervención importante para lograr la mayor simetría posible.
El Programa de Atención de Patología de Columna del Cenare, como se le conoce, realizó apenas 230 procedimientos desde el 2021, cuando arrancó, hasta junio de este año, fecha de su suspensión, confirmó el subdirector de ese hospital, Milton Chamorro Flores, ante consulta de La Nación.
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La falta de más quirófanos −el Cenare solo tiene tres para todas las especialidades quirúrgicas–, así como de personal de apoyo e insumos para este tipo de cirugías, solo permitía operar un promedio de cuatro pacientes a la semana.
“Operábamos 45 semanas al año, es decir, unas 180 cirugías al año, eso para poder eliminar lo que se tenía en ese momento. Sacar lo pendiente significaba una tarea de cuatro años”, explicó Chamorro.
El gerente médico interino de la CCSS, Alexánder Sánchez Cabo, y la directora de la Red de Servicios de Salud, Karla Solano Durán, informaron de la suspensión del programa a los directores de hospitales nacionales y regionales, en una circular enviada el 17 de octubre.
En el oficio, del cual tiene copia La Nación, Sánchez y Solano confirman la imposibilidad para el Cenare de continuar con el programa de cirugía de columna debido a la falta de recurso especializado, que en la misiva identifican como “columnólogos” (sic).
Además, les notifican estas cuatro disposiciones:
- Que el Cenare no puede aceptar referencias de pacientes para consulta externa o cirugía, por lo que estos no deben ser referidos a este hospital sino al centro correspondiente según la red.
- Que los pacientes que fueron referidos por especialista en Ortopedia de otros hospitales del país y no recibieron atención por primera vez en el Cenare, serán reenviados a los centros de donde fueron referidos originalmente para continuar el control y seguimiento.
- Que los pacientes que ya fueron valorados en el Cenare y están en control en la consulta externa de este hospital pero aún no tienen definido un plan quirúrgico o requieren completar estudios, serán valorados por ese centro en coordinación con la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE).
- Que los pacientes que ya fueron valorados en el Cenare y tienen definido su plan quirúrgico para la cirugía de columna, serán referidos a otros hospitales que tengan ortopedistas subespecializados en columna.
Plan para operar columnas sin recursos... ni motivación
El programa para operar columnas nació en el Cenare en el 2021, cuando el país y este centro apenas retornaban a la normalidad después de los años más turbulentos de la pandemia de covid-19.
Durante la emergencia sanitaria, el Cenare se transformó en el Centro de Atención Especializada para Pacientes de Covid-19 (Ceaco), para atender las necesidades más apremiantes de la pandemia durante aproximadamente 20 meses.
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“La jefatura de Cirugía logra amalgamar un equipo con dos especialistas en Ortopedia con una subespecialidad en cirugía de columna, y un tercer colega neurocirujano. Ellos comienzan a trabajar sobre la línea de atraer los pacientes de columna de los otros centros hospitalarios y atacar la lista desde este hospital.
“Uno de los colegas llegó del Hospital San Juan de Dios y parte de su negociación de traslado fue traerse la lista de espera al Cenare. Otro colega venía de Heredia y negoció su traslado en esas mismas condiciones. Es decir, empezamos con un marcador en contra, con listas de espera arrastradas de hospitales generales”, explicó Chamorro.
A pesar de que se organizó lo necesario y el Cenare estuvo anuente a echar a andar el programa en este hospital, comenzaron a aflorar las carencias para ejecutarlo. Incluidos, reconoció Chamorro, situaciones de clima organizacional, como desmotivación por la falta de recursos y roce entre el personal.
Los ortopedistas y el neurocirujano que integraban el programa requerían insumos en lo concerniente a personal y equipamiento, considerados por ellos como imprescindibles para trabajar. Chamorro destaca la falta de un equipo de tac (tomografía) y resonador, aparatos que, históricamente, el Cenare nunca ha tenido.
“El ritmo que se podía con la tramitología institucional, implicó que la respuesta a sus necesidades o requerimientos no llegó a la velocidad que pretendieron. Poco a poco, fueron perdiendo la motivación, empezaron a tener dificultades con el personal técnico y con otros médicos especialistas, y el ambiente como equipo comenzó a verse muy deteriorado a lo interno”, explicó el subdirector.
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La situación escaló al punto que estos especialistas empezaron a pedir permisos sin goce de salario desde febrero anterior, culminando en agosto con la solicitud de cese de sus nombramientos, afirmó Chamorro.
Según el subdirector, la Gerencia Médica de la CCSS ha procurado apoyar desde el momento en que se plantea la creación del programa. En la situación actual de suspensión, Chamorro asegura que la Gerencia está interesada en hallar una solución a los pacientes y que su problema sea resuelto.