Estuve en San Carlos la semana pasada. Por más de una razón, este cantón de la zona norte se había convertido en el epicentro de las noticias relacionadas con la pandemia.
Se hablaba de hospital colapsado, de influencia de grupos antivacunas, de presiones de grupos religiosos, de trabajar con zonas agrícolas para convencerlos de vacunar a sus peones, de sitios turísticos que cerraron por la presión económica. Entonces me fui a la zona a ver cómo se trabajaba.
Sí, sí hay influencia de grupos antivacunas. Sí, hubo colapso hospitalario. Sí, hay grupos resistentes a protegerse. Sí, hubo un fuerte impacto en el sector turístico, que poco a poco comienza a levantarse.
Sin embargo, además de esa realidad, también vi esfuerzos conjuntos no solo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Ministerio de Salud, también se unieron con vecinos, con cooperativas, con empresas. Entre todos han evacuado dudas, han motivado a la gente, han ayudado para extender la vacunación a más sitios.
Por supuesto, escuchar todos estos testimonios, ver el trabajo en el campo y atestiguar todo lo que están haciendo los sancarleños, fue muy aleccionador.
Se los dejo en esta edición de Reporteras de Covid.