En una carrera contra el tiempo, Rita Artavia Mora visita casa por casa los barrios más alejados de Puriscal.
Es una de las 14 técnicas de atención primaria (Ataps) de esa Área de Salud responsables de ubicar a los niños que aún quedan por vacunar contra el sarampión.
Principalmente, buscan a quienes tienen entre siete y poco menos de diez años. Son los niños que, según la Caja, registran las coberturas más bajas durante la actual campaña contra ese virus: alrededor de un 75%.
En comunidades que colindan con la llamada fila del Aguacate, casi pegando con Palmichal, Acosta y Turrubares, han visto a Rita recorrer con su cuadraciclo los empolvados caminos de esos pueblos.
Mientras tanto, las enfermeras del Área de Salud de Puriscal, en el centro de este cantón, mantienen abierto el vacunatorio en espera de quienes puedan llegar ahí con sus hijos referidos de Ebáis de la zona, en busca de la vacuna.
No se puede aflojar. Las autoridades de Salud esperan que en cualquier momento aparezca el primer caso confirmado de sarampión, ya sea importado o autóctono, un virus que ha enfermado a miles en todo el mundo y que se ensaña con los niños.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) inició una campaña de vacunación extraordinaria el 12 de diciembre.
La primera fase culminará el 8 de febrero, con la esperanza de haber protegido a la mayoría de los 770.000 niños entre 15 meses y menos de diez años, la población meta.
El lunes 4 de febrero, quedaban aún por vacunar 112.000 chiquitos.
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Luego del 8 de febrero, se espera que todo el personal de salud responsable del programa de inmunizaciones se “eche a la calle” para buscar, detectar y vacunar a los niños y niñas que se hayan quedado sin vacuna. Esta segunda fase, terminará el 31 de marzo.
La coordinadora del Programa de Inmunizaciones de la CCSS, Leandra Abarca, confirmó que esa búsqueda se hará en escuelas, aprovechando el ingreso a clases, este 6 de febrero. También se visitarán guarderías, Cen-Cinái y casas de habitación.
Se les contacta por teléfono
El enfermero Abraham Chavarría Mathiew, responsable del programa de inmunizaciones y de atención primaria, en el Área de Salud de Puriscal, confirmó que ahí ya se alcanzó el ciento por ciento de la población meta registrada originalmente.
Eso significa que ya vacunaron a 3.996 niños del cantón.
Sin embargo, el vacunatorio ahí no se ha cerrado, porque siguen llegando menores de diferentes sitios. Incluso, aclaró Chavarría, si vienen de otras zonas del país o son hijos de papás indocumentados, se les tiene que vacunar porque así lo obliga la ley.
Por eso, hasta este viernes 1.° de febrero ahí se habían vacunado 4.017 menores, y seguían llegando.
Katiana Araya Fallas bajó desde Los Cañales de Puriscal con su hija de dos años, Lucía Retana. Estaba en el vacunatorio del Área de Salud de Puriscal.
No la había vacunado antes porque estaba un poco resfriada, contó. Cuando finalmente pudo llevarla al Ebáis de su comunidad, la vacuna ya se había agotado.
“Me anotaron en una lista, y no tardaron dos días en llamarme para que me presentara aquí”, comentó Araya, quien es auxiliar de Enfermería en el servicio de Emergencias del Hospital Nacional de Niños.
Una situación parecida enfrentó una pareja de Desamparaditos de Puriscal, que también bajó hasta el centro del cantón para vacunar a sus dos hijos, Juliam de 9 años, y Jafeth, de año y cinco meses.
“Estuvieron muy resfriados y nos dijeron que era mejor esperar unos días. Cuando volvimos, la vacuna estaba agotada. Ayer (lunes para los lectores) nos llamaron y aproveché que estoy libre hoy para traerlos”, comentó Tony Arias, quien estaba en compañía de su esposa, María Fernanda Quirós.
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Esta área de salud cubre comunidades ubicadas en 52,6 kilómetros cuadrados, para un total de 45.000 personas.
Abraham Chavarría explicó que para campañas como estas ellos se valen de la Fuerza Pública, las iglesias, los transportistas y los comerciantes para diseminar la información y motivar a la gente a protegerse.
Han vacunado a niños no solo de su zona de referencia, sino también de comunidades tan lejanas como Santa Cruz, Nandayure o Belén, en Guanacaste, y varios niños venezolanos. También han pasado por ahí menores de Orotina y Parrita.
“Los extranjeros, sobre todo, se asustan cuando les decimos que no tienen que pagar. Se asombran cuando le decimos que el país cubre esta vacuna”, mencionó Chavarría.
Entrevista a la doctora Leandra Abarca, coordinadora de Inmunizaciones de la CCSS. Hablamos sobre el trabajo que realizará la CCSS para vacunar contra el sarampión a los niños que faltan.
Posted by nacion.com on Monday, February 4, 2019
El personal de salud de este cantón ha tenido que enfrentar algunos retos importantes con esta y otras campañas de vacunación.
Principalmente, con foráneos de Europa o Estados Unidos, que llegan a residir a este lugar, pues hay muchos que no creen en la vacunación.
“Ha sido todo un proceso de convencimiento. Tienen que saber que aquí es obligatorio vacunar a los niños. No hemos tenido que recurrir a medidas más severas para que traigan a sus hijos”, comentó el enfermero.
La CCSS, el Ministerio de Salud y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) recordaron que recurrirán a la aplicación de la ley en los casos en donde haya padres que se resistan a vacunar a sus hijos.
La medida más severa incluye penas de prisión si se comprueba una actitud negligente con los menores de edad.