El aborto terapéutico, o aborto impune, es una posibilidad que brinda la legislación costarricense desde hace 50 años a las mujeres cuya vida o salud corran riesgo de continuar con un embarazo. Esto también cubre a niñas y adolescentes.
Lo establece el artículo 121 del Código Penal y, más recientemente, la norma técnica para la interrupción del embarazo cuando peligra la vida o la salud de la madre, aprobada en diciembre del 2019, la cual se empezó a aplicar un año después en hospitales públicos.
De la norma técnica surgen los protocolos y guías hospitalarias para dirigir al personal de salud en el análisis de cada caso en el que una mujer solicite un aborto terapéutico. Hasta el 8 de marzo pasado, solo ocho lo habían pedido pero únicamente a tres se les aprobó el procedimiento, informó el Ministerio de Salud.
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La historia de la sustracción de una bebé de nueve meses arrebatada de los brazos de su madre, una niña de 13 años que quedó embarazada a los 12, plantea la pregunta: ¿se puede invocar la aplicación del aborto terapéutico para niñas y adolescentes?
La Nación consultó a una médica ginecoobstetra, un médico especialista en Bioética, una abogada especializada en Derechos Humanos y uno en Derecho Constitucional, además de una experta en salud sexual y reproductiva. Estas son sus respuestas a esa pregunta.
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Esto responde una ginecóloga
Rita Peralta es médica ginecóloga y ha participado activamente en la construcción de guías y protocolos relacionados con la atención de adolescentes embarazadas y adolescentes madres en hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Según confirmó, de los abortos terapéuticos realizados hasta ahora a partir de la norma, ninguno ha sido a una menor de edad. Tampoco, ninguna niña, adolescente o sus familias han solicitado este procedimiento. Las ocho solicitudes y los tres abortos terapéuticos han estado vinculados a mujeres adultas, confirmó.
“En el caso nuestro, con la legislación que tenemos, esa es una posibilidad que la familia podría pedir: valorar si cabría un aborto terapéutico por el efecto en la salud mental y biológica (de un embarazo a esas edades). Esa posibilidad existe en la legislación nuestra.
“Parte del problema es que el inicio del control prenatal en estas chicas es tardío porque ellas no dicen. Es cuando ya les sale la panza, y ahí se pierde la posibilidad de un aborto terapéutico. Ellas arrancan tarde, no es un control que arranca a las seis o siete semanas, que es momento para hacer el proceso”, explicó la médica.
La ginecóloga fue enfática al aclarar que un aborto terapéutico no es igual en una niña o adolescente que en una mujer adulta. Es un asunto, dijo, que hay que manejar con pinzas porque no se le puede dejar esa decisión a la chica solita”, advirtió.
Esto responde una experta en salud sexual
Evelyn Durán Porras es analista en Salud Sexual y Reproductiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en Costa Rica. Considera que la maternidad se ha romantizado (sic) al inculcar que los hijos son siempre una bendición.
“Es lo que muchos le dirán a una niña que quede embarazada. Es la romantización (sic) de que cualquier embarazo tiene que ser bien recibido y amado, pero lo que hace es poner en riesgo la vida.
“¿Qué hubiera pasado si a esta niña le hubieran dicho que hay un riesgo y que se podría hacer un aborto terapéutico? Hay una serie de sectores que piensan que hay un movimiento para que todas las mujeres aborten y no hayan embarazo. Es importante que esto se discuta más socialmente”, exhortó.
Durán considera que, por los tabúes que hay, ningún personal de salud se atreve a plantear a una menor que hay un riesgo para la vida al tener un parto y que es tan alto como para practicar un aborto terapéutico.
“En muchos países el tema de los embarazos en niñas por violación es causal de aborto. En Costa Rica no existe esa posibilidad. Es una decisión que ha tomado el país. También hay que generar esa discusión sobre lo que pasa en una niña”, dijo.
Esto responde especialista en Derechos Humanos
Larissa Arroyo Navarrete es abogada especialista en Derechos Humanos y una de las principales promotoras de la norma técnica para la interrupción terapéutica del embarazo.
Para Arroyo, cuando se detecta un embarazo en una niña o adolescente hay que ofrecerle tempranamente la opción del aborto terapéutico. Sin embargo, como abogada, duda que el personal de salud realmente esté ofreciendo esa posibilidad en estos casos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en los últimos cinco años 1.165 niñas menores de 15 años han sido madres.
Desde que se empezó a aplicar la norma, hace más de dos años, no se sabe si alguno de los tres procedimientos efectuados o de los ocho solicitados fue en esta población pues, según Arroyo, las autoridades de Salud no dan esos datos.
“¿Cómo comprobar que el personal de salud está ofreciendo un servicio que es legal y es para resguardar la salud y la vida de las menores? Pareciera que no hay ninguna garantía de poder acceder a este y que son las mujeres quienes lo tienen que pedir. Pero si usted no sabe que existe, ¿cómo lo pide? Si pudiéramos trabajar en quitar ese estigma podríamos garantizar el acceso, que es legal”, afirmó la abogada.
Esto dice especialista en Bioética
Alejandro Marín Mora además de médico es especialista en Bioética. Él considera que la norma técnica para la interrupción del embarazo se puede aplicar en casos donde estén involucradas niñas y adolescentes siempre y cuando, aclaró, haya una indicación médica, como establece ese instrumento jurídico.
Para Marín, la historia que vive esta niña madre se convierte en una llamada de atención para una sociedad machista y violenta. Aseguró, además, que se se necesitan cambios en la legislación que permitan el aborto por violación, como sucedió en este caso. En Costa Rica, la ley no lo permite.
En otros países, como Argentina o Chile, existe la figura del aborto ético, que lo permite cuando está en riesgo la salud o la vida de la madre, pero también cuando el embarazo fue producto de violación o incesto, explicó Marín.
En su opinión, si esa niña hubiera llegado a un servicio de salud a las 8 semanas de embarazo, el panorama hubiera sido otro. Según dijo, al revelar un embarazo de seis meses cuando ya hay viabilidad fetal (la criatura puede sobrevivir fuera del útero), ya no se podría hablar de aborto, aclaró.
“Se podría dar una interrupción y si el feto sobrevive se lleva a incubadora y se da en adopción. En ningún lado del mundo se hace un aborto a los 8 meses: el bebé se da en adopción.
“(...) Usualmente estas violaciones se esconden, son repetidas, el violador está en casa. Son mujeres que se ven sometidas a violaciones durante años. En este caso, con esa edad gestacional si no hay riesgo para la salud de la niña, se deja continuar el embarazo porque un procedimiento médico podría ser riesgoso. Por eso la valoración ginecológica es fundamental. Si hay peligro, se hace, si no, no”, advirtió Marín.
Esto responde especialista en Derecho Constitucional
Mario Carvajal Pérez es abogado especialista en Derecho Constitucional de la firma Alta Batalla. Participó en las fases iniciales de construcción de la norma técnica para la interrupción del embarazo.
Para el especialista, esa norma se puede aplicar independientemente de la edad gestacional de la madre o la condición del feto.
“El sentido común ciertamente nos indica que una menor de tan corta edad posiblemente no tiene el desarrollo físico y probablemente tampoco el psicológico para afrontar el embarazo y la maternidad. La norma nos indica que cada caso debe ser valorado técnicamente y de manera individual.
“No se puede generalizar en esta materia, aunque el sentido común nos diga que este es un caso donde, muy probablemente, estaríamos en alguna circunstancia donde se haya puesto en grave riesgo la vida y la salud física y mental de esta menor de edad por la situación tan lamentable”, dijo Carvajal.
Para este abogado, el personal de salud tiene una “obligación indiscutible” de brindar información para tomar una decisión informada en la que debería participar la persona menor de edad y sus representantes, además del criterio técnico por parte de instancias como el Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
“En algunos países la posibilidad de abortar de manera libre está relacionada con la edad gestacional y tiene sentido. En el caso del aborto terapéutico eso se discutió en los primeros borradores de la norma técnica. Sin embargo, si por desgracia en un estadio avanzado del embarazo surge una condición que genere grave riesgo sin importar qué tan avanzado esté el proceso de gestación, la norma puede ser aplicada.
“Por supuesto, cuando se tiene noticia del embarazo, en algunos casos ya ha transcurrido mucho tiempo y hay un feto en formación en etapa avanzada. Pero estos no son aspectos que deban condicionar la aplicación de la norma técnica, porque esta tiene como finalidad proteger la vida y la salud de la madre”, enfatizó.
Marvin Carvajal recuerda que hay una norma del Código Penal en la cual el aborto que se realice para proteger la vida y la salud de la madre es un impune; es decir, no es sancionable.
“No importa el grado de avance del proceso gestacional ni la viabilidad del gestante. Esto no es lo que se determina porque en una situación con riesgo de la vida y salud de la madre, la ley optó por proteger a la madre”, reiteró.
Colaboró la periodista Irene Rodríguez