Tiene año y seis meses en la coordinación de trasplantes de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Es, además, cirujano hepatobiliar y en su momento fue uno de los más críticos sobre el manejo de estos procedimientos en los hospitales públicos.
José Pablo Garbanzo Corrales asumió las riendas de la coordinación del programa institucional de trasplantes luego de que renunciara su antecesor como resultado de la crisis revelada por La Nación en octubre del 2019.
Con el peso de la responsabilidad de resolver una orden sanitaria del ministro de Salud, Daniel Salas, este cirujano admite que no ha podido avanzar con la celeridad que se necesita. En parte, por los efectos de la pandemia, que llegó a paralizar casi todo.
El siguiente, es un resumen de la entrevista con él.
– ¿Por qué ha costado tanto organizar este programa?
– No ha sido tan fácil empatar la parte clínica con la administrativa. Esa normativa, que es necesaria para definir cuándo se remunera, cuándo no, ha habido que conversarla bastante. Está pendiente. Estamos en los últimos detalles.
“La pandemia no es la razón. La razón es el tiempo que se requiere tener un documento que nos brinde seguridad a todas las partes de que las cosas se están haciendo bien”.
– Las organizaciones de pacientes afirman que el tema está rezagado, mientras los enfermos siguen muriendo.
– La gran mayoría de sus exigencias son legítimas. Yo creo que sí, no hemos avanzado mucho, hemos avanzado muy poco. Soy autocrítico. No hemos logrado reflejar el trabajo porque se trabaja mucho, pero no se ve. No se han paralizado los trasplantes. La donación ha disminuido, sí.
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“Pues sí, los pacientes que no tienen la oportunidad son más. Si tuviéramos la respuesta que tenemos ahora con una mayor donación, incluso la que teníamos antes de la pandemia, sí habría un avance. (...) Sí, se sigue muriendo gente esperando trasplante”.
– ¿Hay desperdicio de órganos?
– Sí hemos tenido no utilización de injertos, pero todo ha sido justificado técnicamente. En hígado han sido utilizados todos los utilizables. Por más ambiciosos que seamos siempre habrá pacientes en lista de espera que no podamos resolver. La brecha sigue siendo amplia. No hemos podido responder a la fecha. Sí, es frustrante”.
– ¿Qué pueden esperar los pacientes en el segundo año pandémico?
– Me comprometo, como coordinación institucional, a que la actividad de trasplantes se va a mantener o aumentar. Probablemente, va a aumentar. Si los servicios hospitalarios se abarrotan, ¡pues ahí ni modo!
“Me comprometo a buscar la forma para que la mayor cantidad de injertos se utilicen. Y, además, que se utilicen en la persona que tiene la oportunidad en ese momento de que se le realice el trasplante. Me comprometo a que vamos a comenzar a implementar cosas claramente para aumentar la tasa de donación.
“Tal vez en pandemia no lo logremos, pero en el mediano plazo nos va a empezar a generar donantes y mayor oportunidad de trasplante para el paciente. Uno de los objetivos que tenemos es que sea un programa institucional. ¿Por qué? Porque los pacientes tienen que ser vistos como pacientes país, no por hospital”.