Confiada en que el agua no volvería a faltar, una vecina de Llorente se atrevió a lavar la ropa acumulada, al recordar la promesa de que dos nuevos pozos habilitados el 11 de marzo aliviarían el faltante de agua que enfrentaron más de 107.000 habiantes de Tibás, Moravia y Goicoechea por varias semanas.
Pero se quedó con la lavada a medias. De repente, la lavadora empezó a sonar rarísimo. Resulta que se quedó sin una sola gota de agua para llenar el tanque con sábanas y paños enjabonados. Así, sorpresivamente, este lunes se le fue el agua sin previo aviso.
Pese a que el presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), Juan Manuel Quesada, prometió que los pozos inyectarían suficiente agua para hacer frente a la temporada seca y al déficit actual, a centenares de vecinos les ha tocado enfrentar el calor con la tubería de agua potable a secas para llenar sus necesidades más básicas.
En redes sociales de AyA, así como de grupos comunales de varios cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM), abundan los comentarios de usuarios molestos porque no se cumplen los horarios de racionamiento. Sobre todo, porque se falla en la comunicación: el agua se va mucho antes de lo anunciado y regresa horas después.
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“El agua se fue a las 9 a. m. pero publicaron los avisos hasta las 11 a. m.”, reclamó una usuaria de Tibás que, al igual que muchos, organizó su vida en función del horario de racionamiento. Otro le aclara: “En Guadalupe estamos sin agua desde más temprano en la mañana”. A las quejas se unió la de una vecina de San Ramón de La Unión, preguntando por qué les está faltando el agua.
Desde el viernes 22 de marzo, La Nación ha enviado consultas a la oficina de prensa de AyA para conocer cuántas personas y de cuáles comunidades están actualmente con problemas en el suministro de agua potable.
Este lunes, se le reiteró esa consulta y se le agregó otra: conocer las razones de esas inconsistencias en la comunicación de los horarios de racionamiento, pues hay múltiples quejas de clientes afectados.
Al cierre de esta nota, no había sido posible tener una respuesta de AyA a ambas consultas, que también fueron enviadas a un encargado de prensa vía WhatsApp.
Muchos problemas
A los cortes y mala comunicación, se suman los episodios de contaminación del agua enfrentados por los vecinos de Tibás, Moravia y Goicoechea, y otros más recientes en el cantón de Turrialba, y dos eventos en Calle Robles y Calle Cementerio, en San Juan de Dios de Desamparados.
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Además, de manera permanente, casi 70.000 habitantes de los Hatillos, al sur de San José, han manifestado sufrir problemas constantes con el suministro de agua, al punto de llevarlos a protestar con cierres en la carretera de Circunvalación. Los vecinos de Alajuelita y Escazú tampoco se han quedado atrás en sus reclamos.
El fenómeno El Niño, sumado a los efectos del cambio climático y a una deficiente inversión estatal en infraestructura para agua potable y saneamiento básico desde hace varias décadas, se han convertido en los acelerantes de esta crisis del agua.
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