“Soy viejo según el espejo pero según mi espíritu y mis ambiciones me siento joven. Soy feliz. Me estimulan mucho quienes me dicen que no creen la edad que tengo. Y no es que pretenda que no se me vean los años en el físico. No. Pero la gente me ve siempre alegre.
“Me gusta cantar, me gusta bailar, me gusta leer muchísimo. Este es mi alimento número uno, espiritual. Escribo poesía. Lo que le puedo decir a cualquiera que tenga una cierta edad es que siga adelante siempre. No hay que claudicar nunca”.
Las palabras de Jorge Arturo Salazar Padilla, de 87 años, resumen en pocos renglones varios de los consejos que sirven a todas las personas, en especial, a las adultas mayores, para vivir plenamente y sin depender de otros para las actividades diarias.
Veamos algunos de esos consejos: primero, es feliz y con sus años es una persona que se siente joven de espíritu. Esto lo ha logrado porque, con el paso del tiempo y desde su juventud, se ha mantenido activo: baila, canta, lee y escribe poesía. Y tal y como se ve en la foto de arriba, también le gusta pasear y comer bien.
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¿A quién le gustaría llegar a esa etapa de la vida lo más saludable posible e independiente para hacer sus cosas, como comer, ir al baño, subirse a un carro o un bus y salir a pasear con sus queridos? Probablemente, muchísimos levantarían la mano para responder afirmativamente a esta pregunta.
La campaña SIGA, impulsada por una alianza entre instituciones, públicas y privadas, pone de ejemplo varias historias de envejecimiento saludable y exitoso, entre ellas, las de don Jorge Arturo Salazar.
La campaña se lanzó este 28 de julio con presencia de autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam), la Asociación Gerontológica Costarricense (Ageco) y el Programa Institucional para la Persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Muchas otras entidades y organizaciones se sumarán al esfuerzo por divulgar un mensaje clave entre la población: las personas pueden llegar a su edad adulta mayor sanas, funcionales y plenamente activas. Esta campaña se prolongará hasta diciembre, con especial énfasis en actividades para octubre, el mes del adulto mayor.
Ocupados y moviéndose
No hay día en que Doris Falconer no haga ejercicio. Esa es su medicina física y mental. Sabe que el avance de los años puede minar fuerzas a quien no procure y trabaje por mantenerlas. La resistencia física para poder realizar actividades diarias que le encantan, como pasear con sus amigos, hacer caminatas o simplemente sentarse plácidamente a leer, es un ingrediente fundamental de su vida.
A sus 67 años, esta periodista considera que el movimiento es parte del bienestar, la salud y la calidad de vida de cualquier persona, y esto incluye a los adultos mayores. Jubilada hace varios años, Falconer se mantiene activa. Como experta en temas de turismo, produce un programa radiofónico, ‘Turisteando’, todos los días, por radio Columbia.
Ebel Quesada, de 72 años, es una de las personas adultas mayores para quien mantenerse ocupada es parte de las prácticas diarias para seguir saludable física y mentalmente.
“La vida hay que vivirla con alegría y con un poco de locura. Los años son para vivirlos y no para contarlos”, recomienda.
La carpintería y el jardín mueven el corazón de Franklin Ávalos Segura, de 83 años. Además, claro, de sus cuatro nietos y tres hijos. Cada día, con el desayuno, lee el periódico, luego sale a tomar vitamina D con los rayos del sol mientras poda las matas del jardín o apea limones.
Para este obrero de fábrica jubilado, parte de la clave para estar bien a su edad, aun con un diagnóstico de diabetes e hipertensión, es, dice, seguir haciendo lo que a uno le gusta sin que nadie se lo impida. “Esto los hará felices”, afirma.
Una que siempre ha sido feliz con las matas, su mayor fuente de relajamiento luego de extenuantes jornadas como enfermera de hospital, es María Teresa Rodríguez Valenciano.
Tiene ocho años de pensionada pero no sale del jardín. Y cuando lo hace, es para ir a hacer sus ejercicios al Ebáis, colaborar con la municipalidad de su cantón o participar en talleres de lectura, porque es lectora voraz.
“Desde antes de salir a tomar mi tiempo de jubilación tenía algunos proyectos, como el cultivo de las plantas que amo tanto y dedico mucho tiempo. Siempre que puedo voy a conocer esos rincones de nuestro país que nos llenan de vida y esperanza. Los insto a que hagan actividades para mantener el cuerpo y la mente siempre activos para tener una vejez saludable y plena”, exhorta.
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Como lo han demostrado los centenarios de la zona azul, en la península de Nicoya (Guanacaste), y como también lo revelan estos testimonios, la vejez se puede vivir sin mayores agobios.
Tener un propósito en la vida, dicen los centenarios de Nicoya –en los cantones de Nicoya, Hojancha, Carrillo, Nandayure y Santa Cruz–, una familia que cobije, amigos y una espiritualidad fuerte inyectan vida a los cuerpos y energía a los espíritus, ¡mucha! Y cuantos más años pasen, mucho más.