La tasa de contagio de la covid-19 en Costa Rica llegó a los niveles más bajos desde el pasado 11 de febrero.
Estas son las conclusiones del análisis semanal de la Universidad Hispanoamericana (UH), que en esta ocasión, con motivo de la Semana Santa, aporta los datos de los últimos 14 días.
Dicho indicador se ubica este viernes en 0,83, mismo nivel en el que se ubicaba hace ocho semanas.
Este valor, también llamado tasa R o número de reproducción básica indica a cuantas personas, en promedio, infectaría un portado del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19.
Para los analistas, hubo un cambio drástico en la semana anterior a la que debe prestársele atención.
“La gran sorpresa se presentó del 28 de marzo al 3 abril. En esos días se registró un descenso en todos los indicadores: el promedio diario disminuyó en 75 casos, una reducción del 17,2%.
“La tasa de incidencia bajó de 85,2 a 70,6 por cada millón de habitantes. Y la tasa de contagio bajó de 1,12 a 0,83: una disminución del 25,9″, cita el documento.
Pero Ronald Evans, coordinador del informe, señala que esto puede ser engañoso, ya que durante Semana Santa pudieron presentarse menos registros, pues las personas, al encontrarse de días libres podrían haber acudido menos a los centros de salud.
“Este cambio realmente no esperado no debe dar pie a ilusiones infundadas. Más bien podría tratarse de un espejismo y no sorprendería ver en esta semana un incremento de casos que fueron la consecuencia de la ‘vida loca’ tomada por algunos durante los días festivos”, subrayó el médico y epidemiólogo.
Precisamente, estas cifras surgen en momentos en que las hospitalizaciones vuelven a incrementarse, tanto que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) se vio obligada a frenar el proceso de desescalada y rehabilitar camas para covid-19.
¿Cómo entender la tasa de contagio?
La tasa de contagio explica a cuántas personas infectaría en promedio un portador del virus.
Se trata de un valor promedio porque hay personas que, al tomar los cuidados necesarios, no infectarían a otras personas, mientras que otras, por desconocimiento y por la actividades que realizan podrían infectar a varias personas.
Si se toma en cuenta el tiempo de incubación del virus, las infecciones con las que se hace el cálculo de R se dieron unos seis días antes.
Este indicador es muy volátil y puede cambiar en cuestión de pocos días, pues depende de las interacción y dinámicas humanas. Sin embargo, sí es un valor importante al analizar el comportamiento de una enfermedad infecciosa.
Lo ideal es que R sea inferior a 1, ya que un índice en 1 diría que cada portador del virus, le pasa, en promedio, el virus a una persona más y la infección se mantiene constante.
Un índice por debajo de 1 es señal de que el ritmo de casos nuevos va hacia la baja.
Si el valor es superior a 1 la evolución de la enfermedad tendrá mayor velocidad.
Un índice de 0,83, como el visto hoy, señala que un grupo de 100 portadores del virus infectarían a 83 personas.
En el último informe presentado, el 27 de marzo (y con datos del 13 al 20 de marzo), esa tasa estaba en 1,08, donde 100 personas habrían afectado a 108.
Después de eso, recalca Evans, habría subido en la semana del 20 al 27 de marzo a 1,12 (100 personas infectan a 112), el nivel más alto desde el 14 de enero. Ese informe no se dio a conocer por la Semana Santa.
Ahora se refleja una baja al 0,83, del 28 de marzo al 3 de abril, en el índice presentado esta semana.
Eso sí: R no habla de cuán agresiva o letal es una enfermedad, ya que mide la velocidad a la que este virus se transmite, pero esto sí tendrá impacto sobre el número futuro de casos. Entre más contagios se den, pueden aumentar las hospitalizaciones y las muertes.
Hay otro detalle que se debe tomar en cuenta: la acción de una tasa de contagio también depende de la cantidad de casos activos que puedan propagar el virus.
Una tasa de contagio de 0,83 como la que vemos hoy, en un lugar con muchos casos activos puede dar origen a más casos que una tasa de 1,5 en un lugar con muy pocos casos.
O, por el contrario, una tasa de 0,5 en un lugar con muchos casos, puede dar origen a más infecciones que la de 0,83 en un lugar con pocas personas que puedan transmitir la enfermedad.
LEA MÁS: Vacuna de Johnson & Johnson: Regulador europeo analiza casos de coágulos sanguíneos
En las provincias
Como R es un valor que depende de las dinámicas humanas, no es igual en todo el país. Cada provincia lleva su propio ritmo.
Todas las provincias tienen un R menor a 1.
La cifra más alta fue de 0,91 para Guanacaste, que en las últimas tres semanas se ha mantenido en el primer lugar. Aquí, 100 personas infectarían a 91.
Le siguen Heredia y Puntarenas, con 0,87 cada una, San José, con 0,85 y Alajuela, con 0,84. Cartago bajó a 0,77.
Limón reporta la tasa más baja, con 0,74. Aquí, 100 personas infectarían a 74.
LEA MÁS: Enfermos graves por covid-19 vuelven a llenar camas de hospitales
Movimiento en los cantones
El análisis por cantones se enfoca en ver el riesgo en la cantidad de casos de covid-19, según la población de cada uno.
Lo anterior también se hace porque el cálculo de la tasa de contagio no es factible en lugares con menos de 25.000 habitantes, situación que se da en varios territorios del país.
Se considera categoría de alto riesgo cuando hay más de 250 casos por millón de habitantes, por lo que más personas podrían contagiar.
En este momento hay dos cantones en categoría de alto riesgo, ambos en la provincia de Puntarenas: Garabito y Quepos.
En Garabito, la tasa es de 345,8 casos por millón de habitantes y el R de 1,03; mientras que Quepos tiene una tasa de 2,72 y un R de 0,94.
Hay tres cantones en mediano riesgo (tasas de 150 a 249 por millón de habitantes).
Guácimo, en Limón (tasa de 181,4 y R de 0,7), Guatuso, en Alajuela (tasa de 156, población muy pequeña para cálculo de R) y Belén, en Heredia (tasa de 151,2 y R de 1,33).
En cambio, 68 cantones (el 83%) están en una categoría de riesgo muy bajo (tasa de menos de 100).
LEA MÁS: Comisión Nacional aprueba uso de vacuna de AstraZeneca
Cuidados
El análisis indica que este es momento para que cada persona redoble esfuerzos para combatir al virus.
“No queda nada más que vacunarse y continuar adhiriéndose a las medidas de mitigación que han surtido efecto.
“Nuevos medicamentos vendrán en un futuro no lejano, que combatirán los efectos mortales de los virus, pero hasta tanto no aparezcan, esto es lo que tenemos y no podemos quedarnos cruzados de brazos”, concluyó Evans.
LEA MÁS: Gobierno uruguayo extiende medidas para ‘blindar abril’ en peor momento de la pandemia