Una semana después de fallecer su hija menor de cáncer, a finales de enero, el taxista Jorge López Barboza arregló su deuda de casi ¢200 millones con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
El monto que López adeudaba era considerado uno de los más altos entre los trabajadores independientes, según la organización Borrón y Cuenta Nueva, que se creó para apoyar a este grupo laboral con sus deudas ante la Caja.
La información la confirmó a este medio el trabajador independiente, quien además aparece ‘al día’ en el Sistema Centralizado de Recaudación (Sicere), de la CCSS, según constató La Nación.
La historia de Jorge López se publicó en este medio el 7 de enero. En ella, contó que la atención del cáncer que padecía su hija menor, Naidelin del Carmen, le había sido cargada a su cuenta morosa con la CCSS. Eso incluyó, entre otros servicios, operaciones, quimioterapia, radioterapia, medicamentos y cuidados paliativos.
La pequeña falleció el 27 de enero a consecuencia de un neuroblastoma, un tipo de cáncer que se origina durante el desarrollo fetal. Tenía tan solo cuatro años.
A Naidelin López nunca le faltó atención. Incluso, el equipo de cuidados paliativos del Hospital Nacional de Niños la visitó muy frecuentemente en sus últimos días, mientras su papá veía crecer la deuda con la CCSS a montos exorbitantes.
Jorge López atribuyó ese incremento a las facturas por la atención de la enfermedad terminal de su hija.
Jorge López relató que funcionarios de la sucursal de la CCSS, en Alajuela, lo citaron pocos días después de la primera publicación para revisar el caso. Según dijo, fue atendido por el jefe de la oficina y por otros trabajadores de forma muy amable.
Le pidieron varios papeles para completar la revisión, y una semana después le enviaron un mensaje en donde le confirmaron el arreglo de la deuda. Como parte de todo este proceso, lo visitó en su casa una funcionaria de la CCSS.
López solo firmó un convenio de pago por un pendiente del 2019, por poco más de ¢300.000, pero que podrá cancelar en un plazo de 40 meses.
“Es muy poco lo que tengo que pagar por mes. La verdad es que ellos (los de la CCSS) ahora se portaron muy bien. El pendiente que quedó fue por una situación que se dio con unos conocidos a quienes quise ayudar con su empresa ese año. Pero ya no le debo nada a la Caja de lo otro y tengo seguro”, contó López.
La posibilidad de estar asegurado para cubrir los riesgos de enfermedad es una de las condiciones que hoy más agradece y tranquiliza a Jorge López.
Según contó en enero anterior, la deuda que tenía con la CCSS pero, sobre todo, la enfermedad de su hija, le detonaron la diabetes. En ese momento, estar moroso le impidió controlar esa enfermedad por lo que se tuvo que automedicar o pedir medicinas regaladas a conocidos.
López Barboza aparece registrado en la CCSS como trabajador independiente desde el 2005. Salió cinco años del país y al regresar, en el 2013, se enteró de que la CCSS le estaba cobrando ¢1,6 millones por no haber cumplido con el pago de su seguro.
Su morosidad con la institución se disparó hace más de un año, cuando le detectaron el tumor a su hija menor. La deuda llegó a alcanzar los ¢172,3 millones, el 16 de diciembre del 2022.
Aunque hay más de 126.000 trabajadores independientes y 16.373 patronos activos morosos con la Caja, apenas el 5% (casi 6.000 morosos) ha tramitado la condonación de recargos, multas e intereses de sus deudas desde que entró en vigencia el reglamento a la Ley autorización de condonación para la formalización y recaudación de las cargas sociales, a finales del 2022.
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Hasta el 3 de marzo anterior, la CCSS había recibido 5.956 solicitudes: 5.057 son de trabajadores independientes (un 4% del total moroso) y 899 son solicitudes de patronos (5%).